diumenge, 28 de febrer del 2021

Alemania, 3- Eslovaquia, 0 (Euro 2016-Octavos de final)

104. Jerome Boateng (1-0)

Los defensas han tenido que cambiar sus roles habituales para interpretar bien el fútbol de los últimos años. Ya no son aquellos jugadores poco técnicos que iban sobrados siendo duros para poder sobrevivir en sus clubes. Ahora han de acompañar al equipo, sacar el balón bien jugado y vivir, en las formaciones grandes, con muchos metros a la espalda, lo que los convierte en vulnerables. En ecosistemas como los que han acompañado a la selección alemana de la última década y media, ha sido esencial un futbolista listo tácticamente y también fuerte físicamente como Jerome Boateng.

Nació en Berlín un año y dos meses antes de caer el muro. Hijo de madre alemana y de padre ghanés, es hermanastro de otro famoso jugador, Kevin-Prince Boateng, con quien comparten padre ya quien se enfrentó al mundial del 2010. Jerome nunca ha dudado de defender los colores de la selección del su país de nacimiento, aunque explica que siente una conexión especial con el centroafricano, donde no viajó nunca en sus veinte primeros años de vida. Kevin-Prince también nació en Berlín, y seguramente sus costumbres, como gustos musicales, son más europeos, pero él sí aceptó defender la nación de origen de su padre.

Jerome Boateng vivió sus inicios en el Tenis Borussia de la capital alemana antes de ser fichado por el Hertha, el conjunto principal de la ciudad, con el que debutó en la élite. Lo hizo con dieciocho años pero duró poco allí. Recibió una oferta de un millón de euros del Hamburgo y vivió tres muy buenas temporadas en el conjunto hanseático, con el que estuvo en las posiciones principales de la liga y llegó a una semifinales de la Copa de la UEFA . Este salto le abrió las puertas de la selección de Joachim Löw, técnico que buscaba jugadores con buen movimiento de balón y solventes físicamente como él para renovar la defensa.

También formaba parte del equipo alemán que se proclamó campeón europeo sub-21 en Suecia y el mismo año debutó en la absoluta, en un partido de clasificación para el mundial de Sudáfrica. Entró en la convocatoria, sólo con 21 años, y fue allí donde se enfrentó durante 72 minutos a su hermano, en un triunfo alemán por 0-1, con gol de Özil. Alemania llegó a las semifinales, con él disputando cinco partidos, siempre de titular. Ya no dejaría las convocatorias de la Mannschaft durante los nueve años posteriores.

El mismo verano lo fichó el emergente Manchester City, que pagó por él más de diez millones de euros. Pero se lesionó en un partido internacional y nunca se adaptó al juego del equipo. Por ello, el verano siguiente expresó su deseo de marcharse y encontró al Bayern de Múnich, que le contrató por 13 millones de euros. Y allí inició la mejor parte de su carrera. La primera temporada se saldó con muchos subcampeonatos, ninguno más doloroso que el de la Champions, en casa, contra el Chelsea. Pero fue el preludio de una gran temporada 2012-13 en la que él era esencial en el equipo de Jupp Heynckes que logró el triplete.

El año anterior, había llegado a las semifinales de la Eurocopa 2012 con Alemania y, el posterior, logró la mejor logro internacional de su carrera, cuando quedó campeón del mundo con la selección en Brasil. En aquellas épocas alternaba la posición de lateral derecho con la de central, aunque fue en esta última en la que se consolidó. Boateng disputó siete partidos de aquel mundial a un nivel extraordinario que mantuvo al Bayern con la llegada de Pep Guardiola, en 2013. De hecho, desde entonces, ha ganado siete ligas consecutivas y cinco de las últimas siete Copas, en un dominio insultante de los bávaros.

En 2016, después de una fase de clasificación más complicada de lo esperado, con derrotas en Polonia e Irlanda, Alemania había entrado en la Eurocopa de Francia de 2016. La primera fase del campeonato fue efectiva, pero poco brillante para los alemanes. Con él de titular indiscutible vencieron a Ucrania por 2-0 y a Irlanda del Norte por 1-0 y cedieron un empate a cero contra Polonia. En la ronda de octavos de final esperaba Eslovaquia.


El gol

Alemania era clara favorita pero no quería fiarse contra un rival que había hecho buenas actuaciones en la primera fase, con triunfo ante Rusia y empate ante Inglaterra incluido. A la hora de la verdad, el duelo fue sencillo para el conjunto de Löw, que se adelantó a los ocho minutos con un gran gol.


Fue en un córner lanzado por Kroos que rechazó el defensa Skriniar, Curiosamente, alguien de la envergadura de Boateng no había ido a rematar el lanzamiento y se había quedado en la cobertura fuera del área. Por eso, estaba bien situado cuando el balón le cayó del cielo y con la pierna derecha empalmó una espléndida volea, muy controlada y a baja altura, que superó al portero Kozacik, tapado por muchos defensas. Fue su único gol en un gran torneo de selecciones y lo celebró besando su único tatuaje, uno que lleva en el brazo derecho, en el que se puede leer "Agyenim", su segundo nombre que significa "El Grande" en el idioma ashanti-twi, el de su padre.

Alemania no sufrió mucho para ganar el partido por 3-0, con goles posteriores de Mario Gómez y Julian Draxler. Lo hizo más para dejar en la cuneta a Italia en los cuartos de final, en un duelo resuelto por penales y en el que él anotó el suyo, justo el anterior al error definitivo de Matteo Darmian. Las cosas no fue tan positivas en las semifinales, con derrota por 0-2 contra Francia.

Los siguientes años han sido buenos para Jerome Boateng, que ha conservado su estatus al Bayern con todos los técnicos y que asume bastante bien su veteranía, ya con 32 años. Vivió el punto negro del mundial de Rusia 2018. Estuvo presente en la derrota contra México por 0-1 y fue expulsado en el segundo partido, contra Suecia, que al final los alemanes ganaron por 2-1. Se perdió el tercero, con derrota y eliminación sonada contra Corea del Sur. Sólo jugó dos partidos más de la siguiente Liga de Naciones antes de que el seleccionador, Joachim Löw, anunciara que no contaría más con él, ni con Thomas Müller, ni con Mats Hummels. Los dos primeros lo dejaron mal durante la temporada pasada, siendo piezas clave en el triplete del Bayern de Hansi Flick, a pesar de que él se lesionó en la final de la Champions ganada al París Saint-Germain.

Boateng parece que no irá a la Eurocopa 2021, aunque los últimos resultados demuestran que Löw todavía no ha encontrado a buenos sustitutos para él y sus compañeros de generación. Jerome, persona con raíces africanas pero que se siente muy alemán, ha sido parte fundamental de la última década de éxitos del Bayern y de la selección, con momentos para el recuerdo como aquel gol contra Eslovaquia en Lille.

dissabte, 27 de febrer del 2021

Rusia, 0- Portugal, 2 (Euro 2004-Primera fase)
Portugal, 2- Países Bajos, 1 (Euro 2004-Semifinales)

105. Maniche (0-1 y 2-0)

Ya se ha explicado muchas veces en esta lista que hay jugadores que destacan más por su sentido táctico que por su técnica individual, ni que ésta sea más que aceptable, ya que, si no, no llegarían a la élite. En la Portugal de principio de siglo, la que llegó a la final de la Eurocopa de 2004 y a las semifinales del mundial 2006, destacaba una pareja de medio centros que equilibraban a un conjunto virtuoso. El más posicional era Costinha y el más móvil, que solía llegar más a posiciones de ataque, era Nuno Ricardo Oliveira Ribeiro, más conocido por todos como Maniche.

Y como hemos visto ya también en muchos casos de jugadores portugueses, y queda reflejado con la camiseta con la que aparece en esta entrada, la del Oporto, Maniche fue un jugador originario de una zona del país que triunfó en la otra. De hecho, es uno de los pocos de la historia que ha vestido las camisetas de los tres grandes de Portugal. Nació en Lisboa, creció en el Benfica y estaba tan arraigado en el club de las águilas que su apodo procede de un ex jugador del equipo. Cuando era pequeño, era rubio y le dijeron que se parecía a Michael Manniche, un jugador danés que actuó en el club benfiquista, con notable éxito, durante la década de los ochenta. Adaptó la denominación al portugués, le quitó una "n" y fue conocido así durante toda su trayectoria.

Creció en el club de la capital y los 19 años, cuando todavía era considerado un extremo, fue cedido al Alverca, una entidad que servía al Benfica para foguear jugadores jóvenes. Estuvo tres años allí, entre la primera y la segunda categoría, antes no volver a Lisboa para consolidarse en el primer equipo "encarnado". A diferencia de casi todos sus compañeros de generación, él no formó parte nunca de las premiadas selecciones de base portuguesas. Su explosión llegó tarde.

El salto lo dio en 2002. Con 24 años terminó su contrato con el Benfica y fue reclutado por José Mourinho, que había llegado al Oporto. Fue un indiscutible del técnico de Setúbal desde el comienzo. Lo consolidó en una posición de medio centro pero con mucha llegada al área para explotar su gran virtud, el disparo desde larga distancia. La primera temporada fue espectacular, con títulos de liga, Copa y Copa de la UEFA con los Dragoes y la segunda, aún más, ya que los portugueses consiguieron proclamarse campeones de Europa de clubes. En el trayecto, Maniche anotó tres goles, dos particularmente importantes en los cuartos de final contra el Olympique de Lyon.

Su explosión había provocado que el nuevo seleccionador portugués, un Luiz Felipe Scolari de una escuela muy parecida a la de Mourinho, empezara a contar con él para la selección absoluta. Debutó en los amistosos de 2003, ya que Portugal no debía disputar fase de clasificación para una Eurocopa que tenía que organizar y, después de su gran año en el Oporto y de ser campeón de Europa, era un fijo para el torneo que se inició en junio de 2004.


El gol

Portugal no empezó bien el campeonato con una derrota contra Grecia en el duelo inaugural de Oporto. El segundo partido, en Lisboa, era contra Rusia y había que ganar y Maniche puso la primera piedra en pocos minutos.


Fue en una falta provocada por Simao en la banda derecha. Figo la lanzó y hubo un rechazo, pero el propio Maniche lo recuperó y se dirigió hacia el área tras pasar el balón a Deco. El jugador nacionalizado disparó desde lejos, como solía hacer, pero le quedó un disparo interceptado que volvió a pies de Maniche quien, en posición de delantero centro, se revolvió y superó al portero Ovchinnikov. Un gol de Rui Costa en la segunda parte selló el 2-0 final.

Portugal pasó a cuartos gracias a un gol de Nuno Gomes contra España y después a semifinales en un partido espectacular contra Inglaterra resuelto por penaltis cuando los 120 minutos de juego habían finalizado con empate a dos. El rival en semifinales eran los Países Bajos y el partido se desatascó con un cabezazo de Cristiano Ronaldo en el minuto 25. A los trece de la reanudación, llegó el segundo.


Fue en un contraataque luso que finalizó en córner. Cristiano lo sirvió rápidamente, como suele ser habitual el realizador de la retransmisión se entretuvo más de la cuenta emitiendo repeticiones que no llevan a nada y se comió con patatas como Maniche recibía el balón desde fuera del área y anotaba el 2 -0 con un gran disparo parabólico. Por suerte, había repeticiones, estas sí útiles, y todo el mundo pudo observar el golazo. Portugal sufrió hasta el final por culpa de un autogol de Jorge Andrade, pero llegó a la final, que perdió pocos días después de forma inesperada, nuevamente ante Grecia.

Maniche estuvo medio año más en un Oporto que había perdido a su gran valedor, José Mourinho, y en el mercado de invierno fichó por el Dinamo de Moscú por 16 millones de euros, aunque en el verano siguiente salió cedido al Chelsea, nuevamente de Mourinho. Pero esta vez fue diferente. La gran competencia que había no le dejó jugar muchos partidos, sólo once, y en 2006, el año del mundial, saldría con destino al Atlético de Madrid.

Aquel verano, disputó su primera y única Copa del Mundo, la de Alemania, en la que llegó lejos, a la cuarta posición. Volvió a marcar dos goles, uno particularmente importante, el 1-0, nuevamente contra los neerlandeses, en un duelo que fue una batalla campal en Núremberg. Scolari sí mantenía la confianza en él, a pesar de los problemas con los clubes, y fue titular en todos los partidos.

Con 28 años, parecía en un gran momento para un futbolista, pero comenzó a encadenar temporadas con un rendimiento por debajo de lo esperado. Estuvo dos en el Atlético, con unas actuaciones irregulares, y a la tercera fue cortado por el técnico Javier Aguirre y cedido al Inter, donde tampoco jugó mucho pero quedó campeón de liga, con un gol importante contra la Juventus incluido. Entonces recibió un gran golpe, cuando a pesar de haber participado en casi todos los partidos de la fase de clasificación, Scolari le dejó fuera de la Eurocopa de 2008. Ya no jugó ningún otro gran campeonato.

Maniche volvió a Madrid donde jugó otra temporada antes de una aventura bastante positiva en Alemania, en Colonia, y la retirada en su ciudad, pero no en el Benfica, que lo había descubierto, sino en el Sporting, con lo cual hacía triplete de los tres grandes equipos de Portugal. Aunque tenía un acuerdo de renovación con los Leones, Maniche decidió retirarse con 33 años, en 2011, e inició una carrera de entrenador que no duró mucho, como su trayectoria en la élite del fútbol europeo , que fue de pocos años, pero intensa y fructífera para él.

divendres, 26 de febrer del 2021

Grecia, 1- España, 2 (Euro 2008-Primera fase)
y Rusia, 0- España, 3 (Euro 2008-Semifinales)

106. Dani Güiza (1-2 y 0-2)

Hay futbolistas, sobre todo delanteros y goleadores, que llevan a cabo una carrera bastante anónima en equipos de segunda fila y en categorías incluso que no son las primeras de cada país que, en un momento dado, explotan, enganchan una temporada extraordinaria y pasan al primer plano, antes de volver a bajar en su rendimiento. Si esta época de explosión coincide con el mejor momento de la selección nacional de tu país y sabes coger bien la ola, esta te lleva hacia títulos tan importantes como la Eurocopa contigo de protagonista, ni que seas secundario. Es lo que ocurrió en 2008 con el delantero Daniel González Güiza.


El jugador andaluz vivió su mejor temporada en el club que primero confió en él, aunque lo dejara escapar en primera instancia. Había empezado a jugar al fútbol en el su ciudad, Jerez de la Frontera, y fue cuando actuó en Segunda B, con el Dos Hermanas, cuando fue contactado por el Mallorca. Güiza, un delantero oportunista y con buenos movimientos dentro y fuera del área, que tenía en Kiko como ídolo, aunque él era más anotador y no tan artista como el gaditano, aterrizó en la isla con 19 años pero casi no tuvo oportunidades durante tres temporadas en las que los insulares vivían momentos de éxitos.

En 2003 fue cedido al Recreativo de Huelva, donde tampoco gozó de minutos, y al filial del FC Barcelona, ​​donde sí se reencontró con la portería contraria a Segunda División B. Por ello fue contratado por el Ciudad de Murcia, en Segunda, donde vivió dos grandes temporadas, con 16 y 20 goles. Por este motivo fue fichado por el Getafe, la temporada 2005-06.

Fue en el sur de Madrid donde volvió a sonar su nombre después de dos años muy buenos, sobre todo el segundo, en el que con el equipo llegó a la final de la Copa del Rey tras eliminar al FC Barcelona ganándolo por 4-0 en casa con dos goles suyos. El partido decisivo lo perdieron contra el Sevilla, pero él se ganó el regreso al Mallorca, el equipo que lo había rechazado sólo cuatro años atrás. Y allí vivió la temporada de su vida.

Con 27 goles en la liga se convirtió en el máximo anotador de la competición y, además, fue llamado por primera vez por el seleccionador, Luis Aragonés, para un partido contra Francia. Era complicado que luchara con Villa y Torres para ocupar un puesto de delantero titular, pero el veterano entrenador confió en él como atacante suplente y lo incluyó en la lista para la Eurocopa de 2008, en Suiza y Austria.


Los goles

Güiza no jugó ninguno de los dos primeros partidos, pero las victorias contra Rusia y Suecia aseguraban a los españoles el primer puesto del grupo. Por ello, el técnico introdujo a un equipo de suplentes en el tercer partido, contra una Grecia ya eliminada. Los helenos se adelantaron con un gol de Charisteas antes del descanso, pero España jugó mejor en la reanudación y empató con un remate de De la Red en el cuarto de hora. Parecía que el partido terminaría con igualada, pero todavía faltaba un gol.



Dos minutos antes del final, Iniesta, el único habitual titular que había jugado el partido, entró por la banda derecha, pero centró con la izquierda, la que en teoría no es la buena. El balón se fue cerrando y Güiza rompió la defensa rival, se adelantó al portero Nikopolidis y, de cabeza, marcó el gol de la victoria. En los cuartos de final, relevó a Torres cinco minutos antes del final del partido contra Italia, que terminó sin goles y que se decidió por penaltis. Él falló el suyo, pero los errores de De Rossi y Di Natale clasificaron a España para las semifinales. El rival volvía a ser Rusia, ahora en Viena. Él volvió a entrar en el campo en el ecuador de la segunda parte, de nuevo en el lugar de Torres. España ya ganaba por 0-1 y, siete minutos después, vivió otro momento de gloria.


Fue en una pared entre Silva y Cesc, que había sustituido a Villa. El balón regresaba hacia el canario, pero Güiza se encontraba en la misma trayectoria, se adelantó al portero Akinfeev y le batió con un remate con el exterior del pie derecho. El tercer gol de Silva, nueve minutos más tarde, confirmaba una clasificación para la final que España ganaría por 1-0 contra Alemania con gol de Torres. Güiza jugó los doce minutos finales. Con 28 años, se encontraba en el cenit de su carrera.

Pero paralelamente a sus éxitos, Güiza también llevaba una vida convulsa. Durante su etapa de Getafe se había divorciado de la primera mujer, con quien tenía un hijo, y había conocido a Nuria Bermúdez, una habitual tertuliana de los programas televisivos del corazón que se convirtió en su agente y pareja. La vida de ambos salía a todas horas por los medios y él mismo había confesado que la vida nocturna le gustaba demasiado. Durante la Eurocopa, Bermúdez estaba embarazada y salía en todas partes y fue ella quien le ató el siguiente contrato, con el Fenerbahçe turco, que lo fichó por 14 millones de euros.

En Turquía jugó tres temporadas y, aunque ganó la liga en la última, su rendimiento bajó. Con la selección todavía participó en la Copa Confederaciones de 2009, con dos goles contra Sudáfrica en la victoria en el partido por el tercer puesto, pero después de un amistoso contra Francia en marzo de 2010, dejó de contar para Vicente del Bosque. No entró en la lista para el mundial que los españoles ganaron y ya no volvió más.

Tras dejar el Fenerbahçe, ya con 31 años, volvió al Getafe, donde sólo marcó tres goles en 32 partidos e inició el crepúsculo de su carrera con dos años en el Cerro Porteño paraguayo, donde ganó un campeonato de clausura, un ascenso de Segunda B a Segunda con su Cádiz y la retirada con el Atlético Sanluqueño, la formación de su ciudad, donde todavía juega en Segunda B con 40 años. Al final, la carrera de Güiza ha sido muy larga y con momentos de lucimiento, como aquel 2008 en el que fue campeón de Europa y que nunca olvidará.

dijous, 25 de febrer del 2021

Francia, 2- Irlanda, 1 (Euro 2016-Octavos de final)

107. Antoine Griezmann (1-1 y 2-1)

Aunque el principio de su relación con la estrella del FC Barcelona, ​​Leo Messi, no fue fluida, comparten algunos rasgos en común en su trayectoria. Además de ser delanteros y zurdos, ninguno de los dos ha crecido deportivamente en su país, ya que su trayectoria profesional, y una buena parte de la de formación, se ha desarrollado en equipos de la liga española. A pesar de ser estrellas de los respectivos combinados nacionales, a ambos les ha costado ser aceptados por una afición que no les había visto crecer y que, por tanto, no los conocía de inicio. Aparte del argentino, la segunda parte de este binomio es Antoine Griezmann.


Porque aunque se proclamó campeón de Europa sub-19 y cuarto clasificado en el mundial sub-20 con la selección francesa, Griezmann nunca ha jugado de manera profesional en ningún equipo de su país. En aquellas convocatorias coincidió con estrellas futuras como Lacazette o el central Koulibaly, y con jugadores bien conocidos aquí como Coquelin o Bakambu, pero entre que su apellido es de origen alemán, su madre de ascendencia portuguesa y que él entró muy joven en la cantera de la Real Sociedad, los franceses tardaron en sentir que fuera suyo.

El conjunto donostiarra lo captó cuando él vivía en Bayona, al otro lado de la frontera administrativa con Francia, después de ser captado en un torneo en París cuando actuaba con el Montpellier. Debutó en el primer equipo de los vascos en una época complicada, cuando estos militaban en la Segunda División, pero recibió la total confianza del entrenador, el uruguayo Martín Lasarte, y ascendió la temporada 2009-10, el año de su debut, cuando tenía 19 años.

En Anoeta jugó cuatro temporadas en Primera, en las que fue pasando de ser un jugador más de banda, aprovechando el hecho de ser zurdo y su velocidad, a centrar su posición y convertirse en un segundo delantero con gran llegada al área rival. Queda claro en su rendimiento de cara a la portería contraria, en el que pasó de 7 goles en el campeonato durante los dos primeros cursos, a 10 en el tercero y 16 en el cuarto, en 2014.

Aquel fue el año en el que debutó en la absoluta. Fue en marzo, en un partido contra los Países Bajos, y convenció tanto a Deschamps que éste no dudó en llevarlo al mundial de Brasil, que afrontó con 23 años, después de una experiencia de sólo cuatro amistosos con los "bleus". Fue titular en tres partidos y entró de relevo en dos en una delantera en la que entre él, Benzema y Giroud se disputaban dos lugares. El equipo quedó eliminado en los cuartos de final por Alemania, pero ya se había ganado un lugar en las convocatorias.

En verano de 2014 dio otro salto en su carrera y fichó por el Atlético de Madrid, con el que ganó una Supercopa de España nada más aterrizar. Le costó adaptarse a la filosofía del técnico Simeone, pero una vez lo hizo, ya no lo sacaron de la titularidad. En su segunda campaña condujo al equipo a la final de la Champions. Pero en aquel partido erró un penalti decisivo durante el tiempo reglamentario que pudo dar el título a su equipo. En la tanda, anotó el que le tocaba, pero los colchoneros cayeron por un error de Juanfran. Había que rehacerse, porque pocos días después arrancaba la Eurocopa que, además, se celebraba en Francia.

El equipo anfitrión empezó con dudas, con una victoria a última hora contra Rumanía gracias a un gol de Payet. En el segundo duelo, a los franceses les costó vencer Albania. Hasta entonces, Griezmann no estaba haciendo una buena competición, pero anotó casi en el descuento y abrió la lata de un 2-0 que completó Payet. También jugó el tercer partido, un empate sin goles contra Suiza. El equipo se había clasificado como primero de grupo y en los octavos esperaba la rocosa Irlanda.


Los goles

Y las cosas no empezaron nada bien en Lyon. Los isleños se adelantaron pronto con un penalti transformado por Robbie Brady tras una falta en el área de Pogba a Long. El partido se estaba complicando y llegó al descanso con el 0-1. En la reanudación, Francia acechó el área rival y en tres minutos cambió todo.


Y lo empezó a hacer a los trece minutos de una manera insospechada. Los locales llevaron a cabo una buena transición y Griezmann liberó el balón atrás hacia Payet tras un pase interior de Pogba. Éste llegó a la banda derecha, para la incorporación de Sagna y el lateral mandó un centro milimétrico hacia el punto de penalti donde el mismo Griezmann, que había encontrado el espacio entre los centrales, solo, remató de cabeza, un tipo de acción que no es frecuente pero que ejecutó como un especialista, y batió al portero Randolph. Sin tiempo para reaccionar, los irlandeses recibieron el segundo.


En esta oportunidad, el gol no fue tan elaborado. Llegó en un balón largo de Rami hacia el delantero centro Giroud. Éste estaba de espaldas a portería, pero el central Duffy cometió el error de ir a tapar una acción que ya controlaba su compañero Keogh. Dejó un espacio enorme vacío en el área y cuando Giroud descargó el balón, los dos defensas estaban en el mismo lugar y habían dejado camino libre para la llegada de Griezmann quien, totalmente solo, no perdonó. Encima, Duffy fue expulsado cinco minutos más tarde y con más problemas de los previstos, Francia entraba en los cuartos de final.

En aquel partido, con los dos goles que servían para avanzar ronda, el público francés aprendió a querer a un jugador que necesita su tiempo para adaptarse a las nuevas situaciones y que no tiene un juego fácil de descifrar a primera vista. Griezmann ya acumulaba tres goles en el campeonato, pero llegarían más, y más importantes.

dimecres, 24 de febrer del 2021

Italia, 2- España, 0 (Euro 2016-Cuartos de final)

108. Giorgio Chiellini (1-0)

Italia ha sido siempre una tierra de grandes defensas. El juego que se ha practicado durante mucho tiempo en el país transalpino favorecía las características de los jugadores disciplinados tácticamente, fuertes físicamente y algunos incluso mejor dotados técnicamente de lo que parecía. Además, formaban parte de entramados que favorecían sus virtudes. En las últimas temporadas, el juego en Italia se ha abierto y esto ha provocado la necesidad de disponer de jugadores de cobertura rápidos y correctores. Algunos han tenido que reciclar ya veces les ha costado, pero lo han logrado con capacidad de sacrificio y con voluntad de mejora. Es el caso de Giorgio Chiellini.


Ni la imagen que tenemos de él, ni su apariencia física, son las de un fino estilista. Chiellini es un jugador duro, contundente cuando hace falta, pero como suele ocurrir con otros de sus características, como Pepe o Materazzi, no es nada desaprovechable técnicamente. Zurdo, sus orígenes son de lateral, pero se fue trasladando a la posición de central donde ha formado grandes defensas de tres, con Barzagli y Bonucci, o de dos, con este último, siempre potenciando su perfil.

Nacido en Pisa, comenzó a jugar en la vecina Livorno, donde curiosamente sus orígenes son de centrocampista, primero, y de extremo izquierdo, después. Poco a poco, sin embargo, los técnicos le fueron viendo cualidades defensivas y lo retrasaron hasta terminar de lateral. Debutó con el primer equipo y entonces pasó una de esas situaciones que le podrían haber cambiado la carrera. Con 18 años fue contratado por la Roma por más de tres millones de euros. Pero el club de la capital no se lo creyó, y lo cedió a su equipo de origen, primero, y en la Fiorentina, después.

Chiellini lo aprovechó para llevar a cabo dos años sensacionales, primero en la Serie B y luego en la Serie A. Habitual de las selecciones inferiores, en 2004 ganó la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Atenas, justo entre las dos cesiones, y debutó con la selección absoluta cuando ya vestía de "viola". Como carta de presentación, fue amonestado en su primer duelo, contra Finlandia. En 2005, viendo su evolución, la Juventus apostó por él y pagó 4 millones de euros.

Su arranque en el club fue bueno, entrando a menudo en los planes de Fabio Capello, aunque todavía era suplente y no formó parte de la lista para el mundial que los italianos ganaron en 2006. Además, aquel verano estalló el escándalo Calciopoli, que envió a los turineses a la Serie B. Aquella fue una gran oportunidad para Chiellini. Entonces, su estatus aún no era alto, pero con la marcha de algunos puntales aprovechó los partidos en Segunda para convertirse en insustituible, Jugó 32 partidos y marcó tres goles. El equipo regresó a la Serie A y todos los miembros de aquella plantilla fueron considerados héroes por los aficionados.

Con el equipo de retorno a la élite, ya nadie lo quitó de la titularidad y también se convirtió en un fijo de la selección, con la que disputó su primer torneo internacional en 2008, una Eurocopa en la que jugó tres partidos. En todas estas temporadas ha ganado nueve ligas y cinco Copas con los juventinos, entre otros galardones. En 2011, con la llegada al banquillo de Antonio Conte y la introducción del sistema de tres centrales, Chiellini, que tampoco tenía la rapidez de antes, fue dejando la posición de lateral para convertirse en un central rápido y atento siempre a cualquier situación.

Desde el punto de vista internacional, disputó los mundiales de Sudáfrica y Brasil, ambos con eliminaciones en la primera fase y en el segundo con un episodio controvertido cuando fue mordido por Luis Suárez, en una jugada que dio la vuelta en el mundo. También llegó a la final de la Eurocopa 2012 con el equipo que entonces dirigía Cesare Prandelli. El equipo perdió contra España por 4-0 y él se lesionó en el minuto 21. Porque las lesiones recurrentes le han acompañado bastante, sobre todo en los últimos años.

En 2016, Chiellini se reencontró con Conte para afrontar una Eurocopa para la que Italia se había clasificado con gran solvencia. Con la cobertura de la Juventus, los azzurri hicieron una buena primera fase, con triunfos sobre Bélgica y Suecia y una derrota intrascendente ante Irlanda. En octavos de final esperaba España, el equipo que había echado a los italianos de los dos últimos torneos continentales.


El gol

El partido se disputó en Saint-Denis. España ya había interpretado el canto del cisne en el mundial anterior, después de haber encadenado títulos entre las Eurocopas de 2008 y 2012 y el mundial de 2010, y parecía que la etapa de Vicente del Bosque como seleccionador llegaba a su fin. Los italianos, mucho más intensos, jugaron mejor y se adelantaron pasada la media hora de juego.


Sergio Ramos cometió una falta evitable sobre un Graziano Pelle que estaba de espaldas a la portería. El lanzamiento lo hizo el brasileño nacionalidado Éder con una gran potencia. De Gea no pudo atrapar el balón, que quedó muerto. Giaccherini no llegó con claridad, obstaculizado por el portero, pero Chiellini capturó el rebote adelantándose a Piqué y marcó el primer gol del partido. Justo antes del final, Pellè metería el segundo y pondría fin al reinado europeo de los españoles. Lamentablemente, Italia quedó eliminada en la siguiente ronda por Alemania en la tanda de penaltis, en un partido en el que Chiellini fue sustituido por Simone Zaza en el último minuto de la prórroga para evitarle chutar un penalti en la tanda. Curiosamente, Zaza lo falló y los transalpinos quedaron fuera del campeonato.

Desde entonces, Chiellini, persona de fuerte carácter, que no ha dudado en criticar incluso a compañeros en público en documentales de Netflix o en su autobiografía, "Io, Giorgio", ha seguido ganado títulos, aunque vivió el gran punto negro de la eliminación de Italia en la fase de clasificación del mundial del 2018 de Rusia a manos de Suecia en el play-off. Sin embargo, y pese a tener ya 36 años y muchas lesiones musculares, es un habitual de las convocatorias de Roberto Mancini, el nuevo seleccionador, y si el físico se lo permite debe estar presente en la Eurocopa del 2021, donde volverá a poner todo su oficio a disposición de una Italia muy diferente a aquella en la que comenzó a jugar. 

dimarts, 23 de febrer del 2021

Alemania, 4- Grecia, 2 (Euro 2012-Cuartos de final)

109- Sami Khedira (2-1)

La selección alemana que ha conseguido grandes éxitos durante la segunda década del siglo, entre ellos el mundial de 2014, y ha llegado a instancias superiores de otras competiciones ha dispuesto de mucho talento en diversas líneas del campo, que han provocado que su juego de toque y de posición se haya impuesto en la mayoría de partidos que ha disputado. Pero para sostener la estructura también se ha basado en elementos que, aparte de no estar exentos de calidad, tal vez hayan brillado menos de manera a menudo injusta. Es el caso del medio centro Sami Khedira.


De padre tunecino y de madre alemana, nacido en Stuttgart, en el sur del país, Khedira, que tiene un hermano, Rani, que también juega al fútbol en un alto nivel, en el Augsburgo de la Bundesliga, ha ido tejiendo una gran carrera en varios clubes importantes del continente como el Real Madrid y la Juventus. Además, ha sido pieza básica, junto con Toni Kroos, para dar equilibrio al combinado nacional de Joachim Löw.

Él forma parte de la gran generación que ganó el europeo sub-21 de 2009 en Suecia, junto a elementos como Neuer, Howedes, Hummels, Boateng u Özil, que cinco años después serían campeones del mundo en Brasil. Su debut en la élite no pudo ser más favorable. Lo hizo con 19 años en el equipo de su ciudad y fue llegar y besar, ya que en el Stuttgart ganó la liga con él disputando 22 partidos y marcando cuatro goles.

Desde siempre ha destacado por ser un jugador muy regular y que cubre mucho campo, que tiene una aceptable técnica, una gran colocación y capacidad de recuperación de balones y una muy buena, aunque a veces demasiado poco explotada, llegada a el área rival. Después de un inicio tan fulgurante, en la campaña 2006-07, se estabilizó a la élite, debutó con la selección absoluta en 2009, en un rol similar al que había desarrollado hasta entonces Michael Ballack, aunque más defensivo, y al año siguiente ya fue uno de los fijos en el equipo que quedó tercero en el mundial de Sudáfrica, el embrión de lo que sucedería después.

Su evolución no pasó desapercibida y en 2010, con 23 años, firmó por el Real Madrid en el que acababa de llegar al banquillo José Mourinho. Se convirtió en uno de los habituales de un conjunto que ganó la Copa del Rey el primer año y que consiguió la liga, batiendo todos los récords y superando el FC Barcelona de Guardiola, en el segundo, con un gol suyo muy importante en la victoria por 1-2 en el Camp Nou. Aquel verano había Eurocopa, sería la primera de su carrera.


El gol

Alemania hizo buena la condición de favorita y ganó los tres partidos de la primera fase del torneo, disputado entre Polonia y Ucrania. Había recaído en un grupo bastante duro, con Portugal, Dinamarca y los Países Bajos, y ganó los tres enfrentamientos por un solo gol de diferencia. En cuartos de final parecía que las cosas iban a ser más fáciles, ya que jugaría contra Grecia.

El partido de Gdansk se celebró en medio de una gran tensión política entre los dos países por el posicionamiento alemán contrario a rescatar a Grecia de su gran crisis económica. Con la canciller Angela Merkel en el palco, los helenos veían el duelo como una cuestión de honor y pusieron las cosas muy complicadas. Lahm tardó 39 minutos en abrir el marcador, pero a los diez de la segunda empató Samaras, en una acción que desató la euforia entre los aficionados de su país presentes en las gradas. Alemania, sin embargo, tardó sólo seis minutos en reaccionar.


Fue en una jugada típica de los alemanes de la época, que tuvieron mucha paciencia para mover el balón de lado. Khedira, en el centro, se la pasó a Schweinsteiger, éste a Özil y el esférico terminó a la derecha, en la posición de un Boateng que entonces era lateral. Centró al área buscando la cabeza de Klose, que no llegó, pero entrando de trailer, Khedira nuevamente ocupó el espacio, se adelantó a la acción del lateral Maniatis y con un remate espectacular que seguramente realizó con la espinilla, batió al portero Sifakis.

El gol desatascó el partido, ya que en los trece minutos siguientes, Klose y Reus lo sentenciarían y, ya al final, Salpingidis, de penalti, maquillaría el resultado. Alemania, sin embargo, no llegó más lejos ya que cayó en las semifinales ante una Italia que vio como Mario Balotelli disputaba el mejor partido de su vida con la selección. Por segundo torneo consecutivo, Khedira y los suyos se quedaban a un paso de la final.

El jugador alemán disputó tres temporadas más en España, la siguiente con Mourinho, en blanco. En la temporada 2013-14 sufrió un doble rotura de ligamentos de la rodilla derecha en un amistoso justamente contra Italia. Parecía que se perdería el final de la temporada con el Madrid y el mundial, pero llegó a tiempo para jugar la final de Lisboa, en la que los blancos vencieron por 4-1 al Atlético de Madrid, y la Copa del Mundo, en la que intervino en cinco partidos, entre ellos el increíble 1-7 contra los anfitriones. Lo pagó con una nueva lesión que no le dejó disputar la final, ganada por su equipo por 1-0 contra Argentina con un gol de Mario Götze.

Su última temporada en el Real Madrid fue complicada y dejó de contar para los técnicos tras una dura derrota por 4-0 contra el Atlético. Con 28 años, tocaba salir del equipo y recayó en una Juventus que había sido subcampeona de Europa ese mismo año. Con los turineses su palmarés aumentó con, de momento, cinco ligas y tres Copas, aunque se le resistió la Champions. En 2017 él fue titular en la final disputada contra su antiguo equipo, el Real Madrid, que los piamonteses perdieron por 1-4.

Con la selección disputó la Eurocopa de 2016, con semifinales nuevamente, ahora perdidas contra Francia, y el mundial de 2018, en que se despidió de la Mannschaft con dos dolorosas derrotas, con él de titular, contra México y Corea del Sur que dejaban al equipo fuera del torneo a las primeras de cambio. La renovación de Löw le afectó de lleno y se centró en su equipo, aunque a los 33 años su participación ha bajado mucho. Con el paso del tiempo, cuando se mencione a los grandes jugadores alemanes de las últimas temporadas posiblemente el nombre de Khedira no salga entre los diez más repetidos, pero él ha estado siempre ahí y con momentos de lucimiento, como el gol contra los griegos que abrió el camino para llegar a las semifinales de una Eurocopa.

dilluns, 22 de febrer del 2021

Polonia, 1 (3) - Portugal, 1 (5) (Euro 2016-Cuartos de final)

110. Ricardo Quaresma (3-5 en los penaltis)

Portugal merecía ser campeón de alguna Eurocopa después de su trayectoria en las ediciones que se habían disputado de este siglo. Semifinalista en 2000 y en 2012, finalista en 2004 y cuartofinalista en 2008, siempre encontraba alguna piedra en el camino que le impedía reinar. Seguramente, en 2016 era el año en que menos se pensaba que pasaría, pero el equipo fue sobrepasando barreras y, en algunos momentos importantes, encontró un ejecutor inesperado. Fue el extremo Ricardo Andrade Quaresma.


Dentro de un par de semanas volverá a aparecer en esta lista por un gol que consiguió justo en el partido anterior. Por ello, habrá que hacer un recorrido cronológico inverso a su carrera. Más adelante saldrá como fueron sus primeros años, y el paso de gran estrella emergente a jugador talentoso, pero que no terminó de explotar nunca.

En 2016, Quaresma ya tenía 32 años y había dejado atrás el tramo en el que parecía que podría convertirse en un gran jugador en cualquier momento. Había aterrizado en Besiktas en 2015, donde viviría su segunda etapa, tras abandonar la segunda etapa con el Oporto. Fue una buena temporada para él, ya que ganó la liga y también participó en la mayoría de partidos de la fase de clasificación para la Eurocopa y en los amistosos programados por Fernando Santos.

Quaresma no era titular en la selección, lugares de punta reservados para Nani y Cristiano Ronaldo, pero su técnico lo utilizó a menudo como agitador de partidos. Así, en el torneo europeo de Francia sólo fue titular en el segundo duelo, contra Austria, en el que el técnico luso esperaba, como así fue, un choque cerrado y tenía necesidad de extremos como él. Quaresma ha sido toda la vida un jugador de banda, con una excepcional aceleración y un extraordinario toque con la pierna derecha con una acción patentada, el centro con el exterior del pie, que ha desembocado en muchos goles de sus compañeros. Su carácter, sin embargo, ha sido el que le ha jugado malas pasadas durante su vida deportiva, con tendencia al poco sacrificio para llegar a los objetivos.

En la Eurocopa, dio una asistencia en uno de los goles de Cristiano Ronaldo contra Hungría, en la fase de grupos. Luego, en el tanto que veremos dentro de unos días, fue determinante en la prórroga de los octavos de final ante Croacia, ganada por 0-1. El siguiente rival sería otro conjunto rocoso, Polonia, y el partido de cuartos de final duró mucho.


El gol

Polonia se adelantó con un gol de Lewandowski, que fue igualado poco después por un gran disparo del joven Renato Sanches. Quaresma volvió a ser suplente y esta vez entró en el minuto 80, en sustitución del centrocampista Joao Mário en el intento de su equipo de encontrar más profundidad. Pero nadie marcó y se llegó a una tanda de penaltis resuelta por un solo error.


Los portugueses marcaron sus primeros cuatro lanzamientos, mediante Cristiano, que ahora los tiraba el primero y no el último, como en la última Eurocopa, en la que no pudo intentar el último tiro contra España porque su país había perdido antes, Renato Sanches, Moutinho y Nani. Para los polacos acertaron Lewandowski, Milik y Glik. El cuarto tiro lo asumió Blaszczykowski, y su disparo fue detenido por Rui Patrício. Actualmente, con el VAR, el penalti se habría repetido porque el portero se adelantó mucho. Quaresma asumió la responsabilidad de clasificar a su equipo para las semifinales y no falló, con un disparo alto y centrado que venció la débil oposición de Fabianski.

El penalti marcado por el extremo fue un paso más en el camino, completado con la victoria por 2-0 contra Gales en las semifinales y en el sorprendente triunfo en la final contra Francia por 0-1. Siguiendo la costumbre, Quaresma entró de suplente los dos días, en el segundo con más protagonismo, porque tuvo que relevar a Cristiano cuando se lesionó, en el minuto 25. En el crepúsculo de su carrera, obtenía su gran título.

Y la Eurocopa pareció relanzarlo, ya que a los 37 años sigue en activo. Santos, consciente de su valía, le llevó a la Copa Confederaciones del año siguiente y al mundial de Rusia de 2018, donde cerró su periplo con el equipo nacional con una eliminación en los octavos de final después de haber vuelto a jugar tres ratos con un duelo decisivo, contra Irán. En este fue titular y lo aprovechó marcando un gol que posibilitó la clasificación para la siguiente fase, en la que el equipo cayó contra Uruguay.

A nivel de clubes, estuvo en el Besiktas tres temporadas más, con dos participaciones consecutivas en la Champions y una clasificación para los octavos de final, en la que fue eliminado por el Bayern. En verano del 2019 bajó un nivel y fichó por otro conjunto otomano, el Kasimpasa, con el que pasó el confinamiento y finalizó la temporada en media clasificación. El verano pasado, ya con 37 años, volvió a casa y firmó por el Vitória Guimaraes, un conjunto aún bastante competitivo en el que no se sabe cuando finalizará su trayectoria. Quaresma aprovechó los años en los que muchos ya empiezan a pensar en la retirada para relanzar una carrera errática durante mucho tiempo y ser decisivo en el primer título de la historia de Portugal, que no es poco.

diumenge, 21 de febrer del 2021

Turquía, 3- República Checa, 2 (Euro 2008-Primera fase)

111. Nihat (2-2 y 3-2)

El fútbol es un deporte en el que los rasgos físicos son mucho menos importantes que en cualquier otro. Los jugadores de todas las alturas y condiciones podrán participar, lo que lo convierte en tan universal. Los que no son tan altos, ni fuertes, se tienen que buscar la vida siendo técnicos o, lo más importante, siendo listos y encontrando sus ventajas con picardía. Era el estilo de juego de uno de los mejores jugadores turcos de los últimos años, del delantero Nihat Kahveci.


Producto de la cantera del Besiktas de Estambul, su desembarco en una de las mejores ligas del mundo fue fruto de la casualidad. En el conjunto blanquinegro coincidió con el entrenador galés John Toshack, que le hizo debutar en el primer equipo y tuteló unos primeros pasos en los que Nihat ganó una Copa y una Supercopa turca con su formación. En 2001, cuando él tenía 22 años y el técnico británico regresó a la Real Sociedad, este utilizó el conocimiento que tenía del fútbol otomano y los fichó a él ya su compatriota Tayfun en un mercado de invierno. Ambos ayudaron a salvar a una formación que no se encontraba en su mejor momento y en que Toshack no terminó la temporada.

Nihat ya había debutado con la selección y había ayudado a su clasificación para el mundial de 2002, el primero que jugaba Turquía desde 1954. Su rol era de suplente y sólo disputó dos ratos, uno en el duelo de octavos de final contra Japón, con victoria por 0-1, pero colaboró ​​en la tercera posición del equipo en el campeonato, un hito impensable. La temporada siguiente, con la Real Sociedad, sería mejor. Formando una peculiar pareja con el espigado delantero serbio Darko Kovacevic, los vascos estuvieron muy cerca de ganar la liga, en una campaña excepcional con el francés Reynald Denoueix, que se torció por una derrota en la penúltima jornada en Vigo por 3- 2, un enfrentamiento en el que él marcó los dos goles. En total, acumuló 23, en aquel campeonato, empatado con Ronaldo y sólo superado por los 29 de Roy Makaay.

El año siguiente debutó en la Champions, en la que la Real fue eliminada por el Olympique de Lyon en los octavos de final. Con Turquía su rol era cada vez más protagonista, pero el equipo no pudo entrar en la fase final de la Eurocopa de Portugal, de 2004, al perder sorprendentemente un play-off contra Letonia. Los otomanos tampoco entrarían en el mundial de 2006 en dejar escapar otro desempate, esta vez contra Suiza, por diferencia de goles. Él no pudo disputar el partido de vuelta por lesión.

En 2006, después de cinco temporadas en Anoeta y con 26 años, Nihat fichó por el Villarreal para intentar dar un paso adelante en su carrera. En la primera temporada feu víctima de una grave lesión en la rodilla en un entrenamiento y se la pasó casi toda en blanco, pero la segunda fue muy buena, anotó 18 goles y ayudó al equipo a conseguir su mejor clasificación de la historia, un segundo lugar en la liga. Debido a la lesión se había perdido la primera parte de la fase de clasificación para la Eurocopa del 2008, pero una vez recuperado entró en la lista del veterano Fatih Terim para el torneo, en el que los turcos habían entrado gracias a un gol suyo contra Bosnia en la última jornada.


Los goles

Turquía debutó contra Portugal con mal pie. Los lusos se impusieron con un gol de Pepe y otro de Raúl Meireles. Pero en el segundo partido llegó una sufrida victoria contra uno de los anfitriones, Suiza, de manera bastante milagrosa, con un gol de Arda Turan en el último minuto. El tercer enfrentamiento era contra la República Checa en un duelo con una particularidad especial. Si el partido terminaba en empate, ambos equipos igualaban a todo en la segunda posición, con lo que se tenía que recurrir a una tanda de penaltis, un hecho inédito en una fase de grupos, para desempatar. El partido comenzó fatal para los turcos, con un gol de Koller y otro de Plasil, este ya en el minuto 17 de la segunda parte, que parecía que lo dejaban todo sentenciado. Pero nuevamente Arda Turan, en el minuto 75, dio esperanzas a los otomanos. Tres antes del final llegó un hecho impensable.


Hamit Altintop centró por la banda derecha un balón que no tenía aparente peligro. Pero el portero Petr Cech, uno de los mejores del mundo en ese momento, erró incomprensiblemente, dejó caer el balón de las manos y Nihat, mucho más rápido que el defensa Ujfalusi, puso el pie y anotó el empate que llevaba a los penaltis. Pero aún quedaba tiempo, y los turcos lo aprovecharon.


Dos minutos más tarde, el mismo Ujfalusi pierde un esférico en la salida y se lo entrega a Arda Turan. Este se lo pasa a Nihat y corre para recibirlo de nuevo, pero el delantero tiene la portería entre ceja y ceja y envía un disparo colocadísimo que entra por la escuadra. En dos minutos, Turquía había cambiado la situación y se había clasificado para los cuartos de final con dos goles de su delantero estrella. Nihat participó en otro milagro, el de la eliminatoria contra Croacia, decidida por penaltis después de que Turquía empatara en el último minuto de la prórroga, pero en este partido se lesionó y no pudo ayudar a su equipo, que perdió las semifinales contra Alemania, también en el minuto final con un gol de Philip Lahm.

Nihat agotó un último año con el Villarreal, con el que participó en la siguiente Champions, pero el físico le empezaba a pasar factura y se perdió muchos partidos por culpa de las lesiones. Por ello, en la campaña siguiente decidió volver al Besiktas, donde sólo jugó dos temporadas más porque se peleó con el portugués Quaresma y dijo que no volvería más a Turquía porque terminó discutido con toda la plantilla. Se dijo que retornaría a la Real, que jugaría en el Castellón y también se le relacionó con Los Ángeles Galaxy, pero con sólo 32 años decidió poner punto final a su carrera.

Con la selección, sólo disputó diez partidos más, con algunos partidos de dos fases de clasificación. Turquía no entró ni el mundial de Sudáfrica, ni en la Eurocopa de 2012, en este caso eliminada por Croacia en otro play-off. Fue el año en que se retiró Nihat, el jugador que convirtió las limitaciones en virtud y que hizo entrar en éxtasis a los aficionados de su país en aquellos tres minutos mágicos del partido contra el checos en Ginebra.

dissabte, 20 de febrer del 2021

España, 0- Portugal, 1 (Euro 2004-Primera fase)

112. Nuno Gomes (0-1)

Ha aparecido dos veces ya en esta lista y la actual será la última. Fue una novedad en el panorama internacional en la Eurocopa del 2000, en la que estuvo a punto de situar a su selección en la final. Cuatro años más tarde, después de un mal mundial desde el punto de vista colectivo y de haber tenido que volver a los orígenes, no parecía su momento, pero volvió a aparecer para firmar una anotación vital que estuvo a punto ser decisiva para conseguir un título. Por tercera vez nos cruzamos en el camino de Nuno Gomes.


Tras el torneo de 2000, el delantero fichó por la Fiorentina, con la que consiguió buenos números en la liga desde el punto de vista individual, con nueve goles, y marcó de nuevo en la final de la Copa que su equipo ganó al Parma. Pero la segunda temporada en la Toscana terminó mal por la situación financiera del club, que perdió varias categorías en los despachos y se tuvo que deshacer de los elementos que le salían más caros. Uno de ellos era Nuno Gomes, que salió de regreso al Benfica. Además, había vuelto a perder la titularidad del equipo nacional en favor de Pauleta y Portugal fracasó en la Copa del Mundo de 2002, en la que quedó eliminada en la primera fase.

De vuelta a casa, una serie de lesiones condicionaron su rendimiento, aunque se acercó a la decena de goles en cada una de las campañas. Portugal tenía que organizar la Eurocopa. Él jugó pocos partidos durante 2003, pero en el año del campeonato, en 2004, el seleccionador Scolari lo convocó para una serie de amistosos en los que respondió con goles en cada uno de ellos. Por eso lo incluyó en la lista, pero no como titular.


El gol

Pauleta le había vuelto a quitar el sitio e inició los dos primeros partidos, aunque el jugador de las Azores no estuvo acertado en ninguno de los dos. Nuno Gomes entró en su lugar y tampoco marcó. Portugal había perdido en su debut contra Grecia y ganado por 0-2 ante Rusia en el segundo partido. Los otros resultados le obligaban a vencer a España para no quedar eliminada de su campeonato. Scolari volvió a apostar por Pauleta, pero en la media parte, Nuno Gomes lo relevó. Y a los doce minutos de la reanudación, demostró que tenía una conexión especial con las Eurocopas.

En una transición lusa, Maniche descargó el balón hacia Figo y éste lo cedió a Nuno Gomes, que ejercí de boya desde fuera del área de espaldas a la portería. Los defensas españoles lo dejaron girar. Parecía que podía volver el pase a Figo, pero buscó posición en medio de Helguera y de Juanito y soltó un disparo duro y colocado ante el que no pudo hacer nada Casillas. Sería el único gol del partido, la eliminación española y la clasificación de los portugueses como primeros de grupo.

Nuno Gomes fue titular en el siguiente partido porque Pauleta debía descansar por acumulación de amonestaciones. Disputó los 120 minutos sin marcar, ni siquiera en los penaltis, en el triunfo contra Inglaterra y fue suplente tanto en las semifinales, con victoria contra los Países Bajos, como en la final, con derrota contra Grecia nuevamente. Jugó los dieciséis minutos finales, de nuevo en el lugar del atacante titular, pero sin acierto. Actuó en dos torneos internacionales más, el mundial de 2006, en el que anotó un gol pero tuvo un papel secundario en el cuarto lugar final de su equipo, y en la Eurocopa de 2008, en la que sí jugó siempre desde el inicio, ya casi con 32 años. También consiguió un gol en los cuartos de final contra Alemania, pero fue insuficiente.

A nivel de equipos, ganó una liga y tres Copas de la Liga más con el Benfica, con el que jugó hasta 2010, a punto de cumplir 34 años. En el último período de su trayectoria, actuó un año en el Braga, con el que anotó seis goles, y completó todo con una salida en Inglaterra, en el Blackburn, en la segunda categoría, un tipo de fútbol en el que quizás hubiera debido recaer antes dadas sus características. Lo dejó con 37 años y el Benfica le proporcionó un trabajo de preparador de las categorías inferiores que le duró hasta 2017. Nuno Gomes había completado una trayectoria espectacular en algunos torneos europeos, pero dejando la sensación de que podía haber llegado más lejos.

divendres, 19 de febrer del 2021

Italia, 0- Irlanda, 1 (Euro 2016-Primera fase) y
Francia, 2- Irlanda, 1 (Euro 2016-Octavos de final)

113. Robbie Brady (0-1 y 0-1)

Los grandes clubes de fútbol del mundo invierten mucho dinero en las respectivas canteraas, de las que deben surgir jugadores para nutrir a los primeros equipos. Por una simple razón estadística, no todos ellos pueden llegar a triunfar en estas entidades, pero sí refuerzan a otras donde pueden llevar a cabo carreras que les permitan disputar grandes campeonatos internacionales. No pudo triunfar en el Manchester United, pero fue muy importante en la última Eurocopa el media punta irlandés Robbie Brady.


Nacido en el norte de Dublín, sólo había jugado en equipos escolares y de barrio cuando fue captado por los espías del Manchester United, de aquellos que peinan las islas buscando talento. Brady llegó a los diablos rojos el día en que cumplía dieciséis años y allí comenzó a intentar acceder a la élite. En sus inicios, en los que ya había actuado en campeonatos internacionales con la selección irlandesa, era un jugador rápido, con tendencia a moverse por las bandas, y con una buena relación con el gol que lo podían convertir en un talentoso media punta. Pero fue cumpliendo etapas sin ser convocado nunca para el equipo de Old Trafford, estadio en el que sólo actuaría como local durante cuatro minutos.

Antes, en 2011, con 19 años, fue cedido al Hull City, con el que disputó muchos partidos en la segunda categoría antes de regresa a casa. Era el momento de dar el gran salto, pero en el United, aunque con Alex Ferguson en el banquillo, sólo disputó en un duelo de tercera ronda de Copa de la Liga ganado por 2-1 contra el Newcastle. Inmediatamente, volvió a salir hacia Hull, en otro año de cesión que se convertirían en dos de traspaso.

En la temporada 2012-13, los tigers, apelativo del Hull, ascendieron brillantemente a la Premier de la mano del técnico Steve Bruce, con él disputando muchos minutos y anotando cuatro goles. Fue cuando debutó con la selección absoluta, con la que jugó dos partidos de la fase de clasificación para el mundial de Brasil en la que Irlanda se quedó lejos de obtener el billete. El conjunto de Martin O'Neill ya había disputado la última Eurocopa, la de 2012, sin mucha suerte, y con la ampliación a 24 equipos tenía esperanzas de llegar a la de 2016.

Durante esta fase, Brady debutó en la Premier, con dos buenos años en Hull, más el segundo que el primero, aunque éste se saldó con el descenso del equipo a Championship. Entonces lo contrató el Norwich, otro de los habituales ascensores de las competiciones inglesas. De hecho, terminaría la temporada con descenso, el segundo en tres años. En la fase de clasificación para el torneo europeo de selecciones, Brady fue esencial, con once participaciones y un gol, conseguido en el play-off contra Bosnia-Herzegovina que supuso el billete para el certamen del combinado de la Isla Esmeralda.


El gol

Los irlandeses comenzaron la fase final con un empate contra Suecia, con un gol de Hoolahan, pero cayeron por 3-0 ante la potente Bélgica en el segundo enfrentamiento. El tercero sería ante Italia, ya clasificada, y sólo valía la victoria para llegar a octavos. Los transalpinos ayudaron, poniendo en el once a muchos suplentes para reservar a los titulares, pero Irlanda seguía sin marcar. Hasta cinco minutos antes del final.


El portero Randolph detuvo un disparo flojo de El Shaarawy y cedió el esférico a Brady, que partía desde su campo. Este lo pasó a McGeady, mientras comenzó a correr hacia el área. El esférico recayó en Hoolahan, que miró hacia adelante y vio el desmarque del jugador del Norwich. El primero envió un centro perfecto y tenso por encima de Bonucci y Brady, que había cubierto setenta metros de carrera, se adelantó al portero Sirigu y anotó de cabeza el gol de la victoria. Irlanda ya estaba en octavos de final.

El rival sería duro. Francia, la anfitriona, lo tenía todo a favor antes de iniciar el partido en Lyon. Pero no contaba con un tropiezo justo en el minuto 2.



Fue en una pelota suelta en el área que cayó a pies del pícaro delantero Shane Long. Este percibió como se le acercaba Paul Pogba, le puso las piernas en medio de las suyas y forzó la caída con una importante dosis de teatralidad. El colegiado italiano Rizzoli picó e indicó los once metros. Brady, lleno de confianza por el gol de cuatro días antes, tomó la responsabilidad y superó a Lloris con un disparo ajustado que pegó en el palo antes de entrar. Lamentablemente para Irlanda, dos goles seguidos de Antoine Griezmann al inicio de la segunda mitad pusieron fin a sus aspiraciones.

Brady jugó la temporada siguiente en la segunda categoría con el Norwich. El equipo no ascendió, pero sí lo hizo el jugador, que fue contratado por el Burnley, conjunto para el que juega desde entonces, aunque sin mucha continuidad por culpa de muchas lesiones, la más importante en diciembre de 2017, en una rodilla, que lo dejó sin jugar medio año. Con la selección, ha sido condenado por dos play-offs. El primero, contra Dinamarca, no le permitió disputar el mundial de Rusia, en el que tampoco habría podido participar por culpa de la articulación dañada. El segundo, hace unos meses, supuso la eliminación contra Eslovaquia en la tanda de penaltis, en la que él transformó el suyo pero en el que erraron sus compatriotas Browne y Doherty. Brady no podrá repetir en la Eurocopa del 2021 los momentos de alegría de 2016, pero a los 29 años aún tiene opciones de llegar a más torneos internacionales, si las lesiones le respetan.

dijous, 18 de febrer del 2021

Gales, 1- Irlanda del Norte, 0 (Euro 2.016-Octavos de final)

114. Gareth McAuley, en propia puerta (1-0)

En el número 146 de esta lista se explicó el primer gol en la Eurocopa de 2016 de Irlanda del Norte, alcanzado por un veterano central que había llevado a cabo una larga y trabajada trayectoria hasta tocar la gloria con las manos. Como su gol había hecho levantar al público vestido de verde en el Parque OL de Lyon y como había sido fundamental para que los británicos llegaran a los octavos de final del torneo. Pero en pocos días la suerte puede cambiar de manera cruel. Lo comprobó Gareth McAuley.


Su gol contra Ucrania sirvió para iniciar una victoria que completaría McGinn en el tiempo de descuento. Irlanda del Norte, que había caído en el primer partido, contra Polonia, sumaba, por tanto, tres puntos y le faltaba la tercera cita, contra la potente Alemania, en la que debía puntuar para clasificarse por primera vez para la segunda fase. No lo consiguió, ya que salió derrotada por 1-0 por culpa de un solitario gol de Mario Gómez. De todos modos, los tres puntos fueron suficientes ya que la diferencia de goles respecto de Turquía y Albania, terceros clasificados de otros grupos que quedaron eliminados, era mejor, por dos goles respecto de los segundos.

Además, la suerte había provocado que Irlanda del Norte quedara situada en la parte favorable del cuadro, ya que los favoritos, a priori, habían ido a parar a la otra. Los octavos de final establecerían un derby británico contra Gales, un adversario que había mostrado su potencial durante el campeonato, pero que era más asequible que muchos otros. Los norirlandeses afrontaron el duelo del Parque de los Príncipes con posibilidades fundadas de victoria.


El gol

El partido fue muy igualado. Gales, por el potencial de algunos de sus elementos como Bale y Ramsey, parecía que disponía de más oportunidades para llevarse el triunfo, pero se había llegado en un tramo sin movimientos en el marcador en el que el duelo se encaminaba hacia una prórroga. Fue un cuarto de hora antes del final cuando llegó la acción desafortunada del día.


Los galeses lo intentaron dos veces por la banda izquierda, por donde jugaba Bale ese día. El primer centro del madridista fue rechazado por la defensa, pero Jonathan Williams recuperó el esférico y lo cedió a Ramsey. Este intentó primero jugar con el delantero centro Robson-Kanu, que le devolvió la bola y el centrocampista la cedió de nuevo a Bale, ahora en mejor posición. Su nuevo centro era muy bueno, entre el portero y los defensas y, antes de que llegara al mencionado Robson-Kanu, McAuley puso el pie para intentar evitar el remate pero no hizo nada más que introducir el balón en la portería de McGovern . Sería el único gol del partido y la eliminación de los norirlandeses. En nueve días, el central pasó de la gloria a la miseria, a pesar de que la acción era muy complicada y si no hubiera puesto el pie seguramente hubiera sido gol igualmente.

Tras el torneo, McAuley regresó al West Bromwich Albion, donde llevó a cabo una gran temporada, con seis goles en la liga y dejando los baggies en una destacadísima décima posición. El segundo año ya no fue tan bueno. Sólo jugó nueve partidos y, encima, el equipo bajó. A los 38 años, dejó el campeonato y decidió retirarse a una liga menos competitiva como la escocesa. El cuerpo ya estaba diciendo basta y sólo disputó siete partidos en unos Rangers que fueron segundos. Tres años después de su gran momento, ya a punto de cumplir cuarenta años, dejó la práctica del fútbol después de una larga carrera de idas y venidas, como las que vivió durante esos nueve días de la Eurocopa de 2016.

dimecres, 17 de febrer del 2021

Rusia, 2- Grecia, 1 (Euro 2004-Primera fase)

115. Zisis Vryzas (2-1)

Pocas veces un gol que no sirve ni siquiera para empatar en un partido de fase de grupos puede ser tan rentable. Grecia ganó de manera sorprendente la Eurocopa del 2004 y todo el mundo recuerda el título de mejor jugador para Zagorakis, los goles de Charisteas, sobre todo el de la final, la anotación de plata del central Dellas en las semifinales contra los checos, la defensa rocosa que implementó y las dos victorias, en el primer y el último partido, ante el anfitrión, Portugal. Pero nada de esto habría llegado si no se hubiera producido un gol que sólo sirvió para perder por menos diferencia. Lo anotó el delantero Zisis Vryzas.


Vryzas ya tenía 30 años cuando llegó la Eurocopa de 2004 y su trayectoria había recorrido toda la travesía del desierto entre la aislada participación griega en el mundial de 1994 y la clasificación para el torneo europeo de diez años más tarde. A pesar de haber debutado con la selección y haber jugado dos amistosos antes de aquella Copa del Mundo, cuando tenía 20 años, no entró en la lista para el campeonato pero sí participó en las siguientes y no exitosas fases de clasificación para todos los torneos.

El delantero, nacido en Kavala, al este de Salónica, había comenzado su trayectoria en la vecina Xanthi con el Skoda, donde destacó ya por su capacidad anotadora. En 1996, cuando ya era internacional, fichó por PAOK, en el que actuó durante cuatro temporadas. No ganó nada, y justamente entre 1998 y 2000 cayó de las convocatorias para la selección, pero consiguió cierto renombre en una eliminatoria de Copa de la UEFA en la que un gol suyo tumbó al Arsenal en Highbury. Cuando el PAOK entró en suspensión de pagos, con el cambio del nuevo siglo, Vryzas recibió una oferta del Perugia, un conjunto italiano que viviría una gran época de la mano del particular entrenador Serse Cosmi.

Lo primero de mérito que hizo Vryzas en Italia fue endosarle tres goles a la Fiorentina, que posteriormente sería su equipo, en un recordado 3-4 en el Artemio Franchi. Terminó la temporada con nueve goles y el equipo se salvó sin dificultades. Jugó en Perugia durante tres temporadas y media en las que llegaron a ganar una Copa Intertoto, la competición que permitía llegar a la Copa de la UEFA. Medio año antes de la Eurocopa, fichó justamente por la Fiorentina, cuando los viola estaban en la Serie B.

Grecia había ido estrellándose en todas las fases de clasificación hasta la del torneo de 2004. El equipo comenzó a entender las órdenes del alemán Otto Rehaggel, que había dotado a la selección de una disciplina espartana, nunca mejor dicho. Vryzas fue pieza clave en el equipo. No era un delantero excesivamente goleador, pero formó una pareja con Charisteas que fue clave para iniciar la primera presión y para aprovechar las pocas ocasiones que los griegos tenían. Marcó un gol en Armenia que fue vital para llegar al primer lugar del grupo y entrar en el torneo por la puerta grande.


El gol

Grecia debutó de la mejor manera, con una victoria contra Portugal en Oporto  por 1-2. En el segundo partido, un gol de Charisteas permitió empatar contra España y llegar con cuatro puntos a la última jornada. Ésta tenía abiertas muchas posibilidades. Los españoles acumulaban los mismos puntos y la misma diferencia de goles, pero con menos anotaciones, por lo que los griegos debían igualar el resultado que lograran en el último partido contra la eliminada Rusia. Además, si España derrotaba a Portugal o empataba, se clasificaban automáticamente. El partido entre Rusia y Grecia en Faro no empezó nada bien porque Kiritxenko y Bulykin anotaron dos goles que podían dejar a los griegos eliminados en caso de un gol de Portugal en el otro partido. Antes del descanso, llegó una acción que pareció no tener importancia, pero que fue vital.


Llegó en una internada de Seitaridis por la banda derecha. Envió un centro altísimo al área, donde Papadopoulos bajó el balón con la cabeza. Éste quedó muerto en la frontal de la pequeña, donde Vryzas metió el cuerpo ante el defensa Sharonov y remató por encima del portero Malafeev. Era el 2-1. El partido terminó así, con derrota griega, pero el triunfo portugués sobre España en el otro partido, con un gol de Nuno Gomes, determinó que, aunque griegos y españoles acabaran con la misma diferencia de goles (0) a favor y en contra, los cuatro anotados por los helenos eran superiores a dos de sus rivales y, por tanto, se clasificaban como segundos de grupo. Si Vryzas no hubiera marcado y Grecia hubiera caído por 2-0, habría terminado con una diferencia de -1 y, por tanto, eliminada.

Vryzas vio una tarjeta en este partido contra Rusia y se perdió los cuartos de final, con triunfo sobre Francia. Rehaggel lo recuperó para las semifinales, ante la República Checa, y para la final, contra Portugal, en la que fue titular y se proclamó campeón de Europa, aunque y no marcara ningún otro gol. Con la selección, Vryzas aun jugó toda la fase de clasificación para el siguiente mundial, el de Alemania, para el que Grecia no se clasificó por dos puntos, y tuvo el premio de ir convocado en la Copa Confederaciones del 2005, con los tres partidos jugados en la primera fase.

A nivel de clubes, el delantero de Kavala fue cedido, tras la Eurocopa, a un Celta que jugaba en Segunda División. Disputó 32 partidos y anotó siete goles importantes para el ascenso de los vigueses. Regresó a la Fiorentina pero volvió a salir cedido, esta vez al Torino, con el que también subió a la Serie A después de un duro play-off contra el Mantova en que él no jugó.

En 2006, ya con 32 años, decidió volver a casa, donde había empezado todo, en Xanthi, primero, y al PAOK, después, equipos con los que sólo marcó un gol en dos años. Los albinegros eran el club de su corazón y la despedida en el estadio Toumba fue emotivo. Entró en el minuto 82 en sustitución del autor del único gol del partido contra el Larissa, Christodoulopoulos, que le dedicó la anotación. Los últimos choques, además, los pudo compartir con Zagorakis, el mejor jugador de aquella Eurocopa de 2004, un torneo que no se habría conseguido si no hubiera sido por un gol que, en principio, sólo debía servir para perder por menos diferencia.

dimarts, 16 de febrer del 2021

Islandia, 2- Austria, 1 (Euro 2016-Primera fase)

116. Arnór Ingvi Traustason (2-1)

Entre la Eurocopa de 2016 y el mundial de 2018, Islandia ha disputado ocho partidos en fases finales de grandes campeonatos, a las que no había podido acceder hasta entonces. En total, por tanto, 720 minutos, sin contar los respectivos descuentos de los partidos. De todos estos, en uno de ellos se produjo el estallido de alegría más extraordinario de su afición, que llenó los campos franceses y rusos con una presencia que traspasó fronteras. Y curiosamente, lo protagonizó un jugador que, de todos estos minutos, jugó sólo 11, aparte de los tiempos añadidos. Es Arnór Ingvi Traustason.


Los islandeses se hicieron notar en la Eurocopa de 2016 gracias a una afición que, aparte de popularizar un grito de moda, apoyó en todo momento a sus jugadores. La hazaña de un país tan pequeño, que después ser repetiría en el mundial de 2018, fue alabada por todo el continente. Pero los isleños no se limitaron a estar en el torneo, sino que mostraron una gran solidez, complicando la vida a casi todo el mundo y sólo cayendo contra el anfitrión en los cuartos de final.

Islandia recayó en un grupo más o menos asequible, pero tenía que debutar contra la favorita del grupo, la Portugal de Cristiano Ronaldo. Rascó un empate, con un gol de Bjarnason en la segunda mitad. El dúo de seleccionadores formado por el sueco Lars Lagerbäck y el islandés Heimir Hallgrímsson, tenían un once tipo muy claro al que añadían pequeñas variaciones, pero ya en los tramos finales del enfrentamiento. Uno de los centrocampistas de los quee disponían, en el banquillo, era Arnór Traustason.

Tenía 23 años y había empezado a jugar de profesional, o semiprofesional, tres años atrás en el Keflavik, el club de su población, situada en la punta sur-occidental de la isla, muy cerca de Reikiavík. El equipo no era de los más destacados de la liga, pero él jugó 30 partidos en dos años y en 2013 fue cedido a un conjunto noruego, el Sandnes, con el que disputó una promoción de descenso que salvó. Fue entonces cuando le llegó una oferta aún más importante, la de un conjunto sueco, el Norrköping.

Allí vivió dos grandes temporadas y media, sobre todo la segunda, en 2015, en la que el equipo ganó la liga con él en un papel capital, con 29 titularidades de 30 partidos y siete goles. Su capacidad de llegada era muy apreciada en una liga de mayor nivel de las que había disputado hasta entonces.

Traustason había sido un habitual de las selecciones de base, pero aún no había entrado en los planes de los seleccionadores absolutos. De hecho, no disputó ningún enfrentamiento de la histórica fase de clasificación para la Eurocopa y sólo jugar dos amistosos antes del 2016. Pero su gran año le abrió las puertas. Entró en la lista para el torneo, aunque el centro del campo era la zona más competitiva del equipo. Así, los rocosos Gudmunsson y Gunnarsson, el rápido Bjarnason y la estrella del equipo, el virtuoso Sigurdsson, no dejaban espacio para nadie más en la innegociable 4-4-2.

En la Eurocopa, después del partido contra Portugal, Traustason tampoco jugó en el empate a un gol contra Hungría. Islandia sumaba dos puntos y un empate contra Austria podía ser suficiente para pasar ronda, pero una derrota la dejaba fuera del campeonato.


El gol

Los austriacos sólo habían sumado un punto, con un empate a cero contra Portugal, y necesitaban ganar como fuera. Pero las cosas se les pusieron de espalda cuando Bödvarsson adelantó a Islandia. El equipo centroeuropeo se lanzó al ataque y el centrocampista Schöpf empató al cuarto de hora de la segunda mitad. Austria fue a buscar el gol de la victoria como fuera e Islandia montó la muralla frente a la portería de Halldórsson. No pudo respirar hasta el tiempo de descuento.


Los seleccionadores ya habían realizado los tres cambios buscando piernas frescas. En el segundo, en el minuto 80, Traustason había debutado en el lugar del delantero Sigthórsson, con lo cual quedaba claro que había que defender como fuera. Con el tiempo reglamentario cumplido, Bjarnason rechazó y el balón cayó a otro jugador que comparte apellido con él, pero no parentesco, Teddy Bjarnason, uno de los que había entrado de refresco. Arrancó de su campo y encaró al área, con dos compañeros en el segundo palo y la única oposición del defensa Klein y del portero Almer. Centró, el balón superó la posición del Bjarnason que había comenzado la jugada, pero no la de Traustason, que remató cayendo y, con un poco de ayuda del portero, anotó el 2-1. La parte azul de las gradas de Saint-Denis estallaron. Islandia estaba en octavos de final como segunda de grupo.

La mala suerte, sin embargo, provocó que cayera en la zona complicada del cuadro. Había que jugar contra Inglaterra. En una de las grandes sorpresas del torneo, los islandeses remontaron y acabaron ganado por 1-2. Traustason disputó el último minuto del partido, para perder tiempo. Ya no entró en el campo en los cuartos de final, en la derrota contra Francia por 5-2, el final del sueño.

Curiosamente, después de la competición Traustason fue a jugar al país que había eliminado con su gol, Austria, en concreto al Rapid de Viena. Desempeñó una temporada correcta, con 22 partidos, la mayoría titular, y tres goles en la liga, pero el equipo quedó lejos del título. En verano de 2017 fichó por el AEK de Atenas, pero no entró en los planes del entrenador, el andaluz Manolo Jiménez, y volvió a Suecia en el mercado de invierno de 2018.

Con la selección, sus participaciones volvían a ser testimoniales. El equipo había llegado a su primer mundial. Ahora, el único seleccionador era Hallgrímsson y lo incluyó en la lista de 23. Como en Francia, su participación fue testimonial. De hecho, aún más. Un solo minuto. Entró en el campo con empate a uno contra una Croacia ya clasificada en el último partido. Un gol, como el de St. Denis, podía dar el billete para octavos a los islandeses, que habrían superado a los argentinos. Pero justo entrar él en el campo, Perisic marcó el 1-2 y puso punto final a su participación en el campeonato.

Traustason siguió jugando en el Malmö, en el que ha vivido dos sensaciones opuestas hace sólo tres meses. Por un lado, ganó de nuevo la liga sueca con el equipo del sur del país. con una intervención intermitente por su parte, con nueve titularidades de 18 partidos en los que actuó. Por otro, vivió desde el banquillo como Islandia quedaba fuera de la Eurocopa 2021 en un final de partido loco en Budapest, cuando los húngaros remontaron un 0-1 en tres minutos sin tiempo para reaccionar. A los 27 años, no podría ampliar su escuálida nómina de minutos en el torneo de este verano, ni recordar aquel gol en el descuento del Stade de France, cuando el volcán islandés entró en erupción.

dilluns, 15 de febrer del 2021

Hungría, 3- Portugal, 3 (Euro 2016-Primera fase)

117. Cristiano Ronaldo (2-2 y 3-3)

En su lucha por ser el mejor jugador del mundo, vivió un fructífero período de cuatro años entre la Eurocopa del 2012 y la del 2016. En este tiempo ganó dos Ligas de Campeones con el Real Madrid que lo catapultaron hacia sendos Balones de Oro. Hacía pocas semanas había ganado el torneo más importante a nivel de clubes y ahora buscaba, a sus 31 años, lo mismo en selecciones. Es la tercera mención en esta lista de las anotaciones en las Eurocopas de Cristiano Ronaldo.


Después de que Portugal fuera eliminada en la Eurocopa de 2012 ante España, Cristiano y el Real Madrid no vivieron una buena temporada. Terminaron el año en blanco y ello precipitó la marcha de José Mourinho del equipo. De todos modos, el jugador consiguió su segundo Balón de Oro de manera inesperada. Carlo Ancelotti llegó al club y, no es que las prestaciones del equipo mejoraran en la liga, pero sí en la Champions, que consiguieron ganar con una victoria contra el Atlético de Madrid en Lisboa que rompía una sequía de doce años en el club y de seis en el jugador. A pesar de su buen momento, sin embargo, Portugal no tuvo una buena actuación en el mundial de Brasil, donde fue eliminada en la primera fase, con un solo gol del delantero de Madeira.

Pese a ello, él ganó el Balón de Oro de 2014, por el título europeo de clubes y también por la Copa del Rey. El ejercicio siguiente no fue tan positivo. El Madrid vio como su gran rival, el FC Barcelona, ​​lograba el triplete y Messi recuperaba el Balón de Oro, en la particular lucha de toda la década entre los dos futbolistas. A nivel personal, él iba superando marcas con el equipo nacional. Se convirtió en el jugador con más goles anotados en la Eurocopa, contando fases de clasificación, y también superaba a Luis Figo como futbolista con más internacionalidades.

2016 condujo a Zinédine Zidane al banquillo blanco y el club lo notó sumando su undécima Copa de Europa, después de volver a ganar al Atlético de Madrid, esta vez por penaltis, en una final disputada en Milán. Pocas semanas después llegaba la Eurocopa de Francia, la cuarta de la carrera de Cristiano Ronaldo.


Los goles

El torneo no comenzó demasiado bien. El grupo era, en principio, asequible, contra la debutante Islandia, Austria y Hungría. Ante los nórdicos, empate a un gol y pocas posibilidades para perforar la retaguardia del equipo rival. En el segundo partido, contra Austria, empate a cero en el único partido en el que los centroeuropeos puntuaron. El tercer duelo era contra Hungría. Y no se podía distraerse, ya que una derrota suponía la eliminación. El choque fue espectacular. Los magiares se adelantaron mediante Zoltan Gera y empató Nani. Los primeros diecisiete minutos de la reanudación hicieron levantar continuamente a los aficionados de los asientos. Fue Dzsudzsák, que anotaría dos goles, quien marcó el 2-1. Portugal empató tres minutos más tarde.


El centrocampista del Sporting Joao Mário entró por la banda derecha del ataque y envió un centro que quedó retrasado para Cristiano. Éste utilizó el único recurso que le quedaba. Marcado por el defensa Korhut, remató de espuela e introdujo el balón en la portería de Király. El empate podía valer, pero el partido se volvió a complicar con el segundo gol de Dzsudzsák. Esta vez los lusos tardaron siete minutos en responder.


El extremo Quaresma, que había entrado al campo sólo un minuto antes en el lugar de André Gomes, centró desde la banda izquierda tras un córner en corto y Cristiano utilizó una de sus especialidades, vista hace un par de días, el remate de cabeza, para adelantarse esta vez a Juhász y marcar el empate a tres. Fue suficiente, porque Portugal entró en los octavos de final como una de las cuatro mejores terceras del torneo, aun sin haber ganado ningún partido.

Con estas prestaciones, parecía difícil pensar que los portugueses llegaran muy lejos en el torneo, pero la aventura terminó de la mejor manera, una historia que se acabará de conocer en esta lista en el tramo final del recorrido.

diumenge, 14 de febrer del 2021

Portugal, 2 (6) - Inglaterra, 2 (5)

118. Hélder Postiga (1-1)

Cuando somos pequeños nos aficionamos al fútbol porque, generalmente, nos hacemos de un club. Seguimos sus partidos, le animamos y hay quien dice que en la vida se puede cambiar de todo menos de equipo. Este no fue el caso de un delantero centro que era un gran aficionado al Benfica de pequeño, pero que de mayor jugó y ganó títulos por sus dos rivales más importantes, el Sporting y, sobre todo, el Oporto. Fue el delantero centro Hélder Postiga.


Aunque nació en el norte, en Vila do Conde, cerca de Oporto, el corazón del pequeño Hélder era "encarnado" del conjunto lisboeta. Comenzó a jugar al fútbol en el Varzim y los trece años los captadores de talento del Oporto lo descubrieron y no dudaron de vestirlo de azul y blanco. Con 19 años debutó en la máxima categoría y en su segunda temporada, después de haber sido un habitual de la formación sub-21, ya ganó la liga y marcó nueve goles en el campeonato. Postiga era un delantero de los de antes, de área, de envergadura y de buen remate, tanto con los dos pies como con la cabeza, un típico atacante que casi todos los equipos quieren tener, aunque no exento de una cierta técnica que le permitía caer a las bandas.

El mismo año en que ganó la liga, la primera de Mourinho en Dragao, se llevó también la Copa y debutó con la selección en algunos amistosos. El Oporto iba lanzado y ganó la Copa de la UEFA en Sevilla contra el Celtic. Él no pudo jugar la final por una expulsión en las semifinales contra la Lazio. En verano recibió una oferta del Tottenham, que pagaba por él nueve millones de euros y, al aceptarla, se perdió el mejor año de la historia del Oporto, que terminó con la Liga de Campeones. De todos modos, él fue convocado para la Eurocopa que se jugaría en casa, donde jugaría un papel muy secundario.

Lo fue tanto que vio todos los partidos de la primera fase desde el banquillo. Portugal se clasificó con un gol contra España en el tercer enfrentamiento y del torneo y tenía que disputar los cuartos de final contra Inglaterra, en el que fue el mejor choque del campeonato.


El gol

Los ingleses se adelantaron en la primera parte con un golazo de Michael Owen. Portugal, que ya había perdido el partido inaugural del torneo contra Grecia, iba a contrareloj y su seleccionador, el vigente campeón del mundo con Brasil, Luiz Felipe Scolari, introdujo cambios. Simao había entrado por Costinha y el segundo relevo fue Postiga en el lugar de un apagado Figo buscando el juego directo. Poco después, entró Rui Costa en sustitución del lateral Miguel. Entre estos dos últimos crearon la jugada del gol del empate.


Faltaban ocho minutos para el final cuando Portugal dispuso de un córner que se sirvió en corto. Rui Costa centró al área y Hélder Postiga, entrando al primer palo, se adelantó a los defensas contra los que ya había tenido que luchar con el Tottenham, superó a David James y forzó la prórroga. Todo, en su primer partido oficial con la selección. En el tiempo suplementario, Rui Costa adelantó a los portugueses y Lampard forzó la tanda de penaltis. En esta, Hélder Postiga anotó su tiro, el sexto que lanzó Portugal. El posterior error de Vassell y la anotación del portero Ricardo clasificaron al equipo para las semifinales. Sería lo último que haría Postiga en el torneo, ya que no jugó ningún minuto en la semifinal contra los Países Bajos, ni en la final perdida contra Grecia.

El delantero volvió al año siguiente al Oporto como compensación por el traspaso de Pedro Mendes al Tottenham. Estuvo allí cuatro años, en los que ganó otra liga, en la época post-Mourinho, pero a partir de 2008, cuando tenía 26 años, su carrera fue poco estable. Fue cedido al St.-Etienne y al Panathinaikos antes de volver a Portugal, pero ahora para jugar por el Sporting. Estuvo cuatro temporadas con los leones, pero sólo cayó una Supercopa en su palmarés, a excepción de una liga india con el Kolkata, en 2016, en su último año en activo, fue el único título que ganaría, en unos años en que desfiló con más pena que gloria por el Zaragoza, el Valencia, la Lazio, el Deportivo y el Rio Ave, con un descenso con los aragoneses.

Pero a pesar de estas idas y venidas, Postiga ha sido siempre un jugador apreciado por los seleccionadores. Entre él y Hugo Almeida se han encargado de asistir a los campeonatos como recurso en caso de necesidad ofensiva. Disputó dos Eurocopas más. Marcó un gol en cada una de ellas. En la segunda, la del 2012, era titular, pero se lesionó en el partido de cuartos de final contra la República Checa y se perdió las semifinales contra España. También fue a los mundiales de Alemania, en 2006, y el de Brasil, de 2014, donde su participación fue anecdótica. Postiga completó una carrera que fue a menos, con el canto del cisne del 2012, cuando ya tenía 30 años, pero podrá decir que ha cerrado una trayectoria llena de presencias en grandes campeonatos gracias a explotar sus cualidades al máximo.