dijous, 25 de febrer del 2021

Francia, 2- Irlanda, 1 (Euro 2016-Octavos de final)

107. Antoine Griezmann (1-1 y 2-1)

Aunque el principio de su relación con la estrella del FC Barcelona, ​​Leo Messi, no fue fluida, comparten algunos rasgos en común en su trayectoria. Además de ser delanteros y zurdos, ninguno de los dos ha crecido deportivamente en su país, ya que su trayectoria profesional, y una buena parte de la de formación, se ha desarrollado en equipos de la liga española. A pesar de ser estrellas de los respectivos combinados nacionales, a ambos les ha costado ser aceptados por una afición que no les había visto crecer y que, por tanto, no los conocía de inicio. Aparte del argentino, la segunda parte de este binomio es Antoine Griezmann.


Porque aunque se proclamó campeón de Europa sub-19 y cuarto clasificado en el mundial sub-20 con la selección francesa, Griezmann nunca ha jugado de manera profesional en ningún equipo de su país. En aquellas convocatorias coincidió con estrellas futuras como Lacazette o el central Koulibaly, y con jugadores bien conocidos aquí como Coquelin o Bakambu, pero entre que su apellido es de origen alemán, su madre de ascendencia portuguesa y que él entró muy joven en la cantera de la Real Sociedad, los franceses tardaron en sentir que fuera suyo.

El conjunto donostiarra lo captó cuando él vivía en Bayona, al otro lado de la frontera administrativa con Francia, después de ser captado en un torneo en París cuando actuaba con el Montpellier. Debutó en el primer equipo de los vascos en una época complicada, cuando estos militaban en la Segunda División, pero recibió la total confianza del entrenador, el uruguayo Martín Lasarte, y ascendió la temporada 2009-10, el año de su debut, cuando tenía 19 años.

En Anoeta jugó cuatro temporadas en Primera, en las que fue pasando de ser un jugador más de banda, aprovechando el hecho de ser zurdo y su velocidad, a centrar su posición y convertirse en un segundo delantero con gran llegada al área rival. Queda claro en su rendimiento de cara a la portería contraria, en el que pasó de 7 goles en el campeonato durante los dos primeros cursos, a 10 en el tercero y 16 en el cuarto, en 2014.

Aquel fue el año en el que debutó en la absoluta. Fue en marzo, en un partido contra los Países Bajos, y convenció tanto a Deschamps que éste no dudó en llevarlo al mundial de Brasil, que afrontó con 23 años, después de una experiencia de sólo cuatro amistosos con los "bleus". Fue titular en tres partidos y entró de relevo en dos en una delantera en la que entre él, Benzema y Giroud se disputaban dos lugares. El equipo quedó eliminado en los cuartos de final por Alemania, pero ya se había ganado un lugar en las convocatorias.

En verano de 2014 dio otro salto en su carrera y fichó por el Atlético de Madrid, con el que ganó una Supercopa de España nada más aterrizar. Le costó adaptarse a la filosofía del técnico Simeone, pero una vez lo hizo, ya no lo sacaron de la titularidad. En su segunda campaña condujo al equipo a la final de la Champions. Pero en aquel partido erró un penalti decisivo durante el tiempo reglamentario que pudo dar el título a su equipo. En la tanda, anotó el que le tocaba, pero los colchoneros cayeron por un error de Juanfran. Había que rehacerse, porque pocos días después arrancaba la Eurocopa que, además, se celebraba en Francia.

El equipo anfitrión empezó con dudas, con una victoria a última hora contra Rumanía gracias a un gol de Payet. En el segundo duelo, a los franceses les costó vencer Albania. Hasta entonces, Griezmann no estaba haciendo una buena competición, pero anotó casi en el descuento y abrió la lata de un 2-0 que completó Payet. También jugó el tercer partido, un empate sin goles contra Suiza. El equipo se había clasificado como primero de grupo y en los octavos esperaba la rocosa Irlanda.


Los goles

Y las cosas no empezaron nada bien en Lyon. Los isleños se adelantaron pronto con un penalti transformado por Robbie Brady tras una falta en el área de Pogba a Long. El partido se estaba complicando y llegó al descanso con el 0-1. En la reanudación, Francia acechó el área rival y en tres minutos cambió todo.


Y lo empezó a hacer a los trece minutos de una manera insospechada. Los locales llevaron a cabo una buena transición y Griezmann liberó el balón atrás hacia Payet tras un pase interior de Pogba. Éste llegó a la banda derecha, para la incorporación de Sagna y el lateral mandó un centro milimétrico hacia el punto de penalti donde el mismo Griezmann, que había encontrado el espacio entre los centrales, solo, remató de cabeza, un tipo de acción que no es frecuente pero que ejecutó como un especialista, y batió al portero Randolph. Sin tiempo para reaccionar, los irlandeses recibieron el segundo.


En esta oportunidad, el gol no fue tan elaborado. Llegó en un balón largo de Rami hacia el delantero centro Giroud. Éste estaba de espaldas a portería, pero el central Duffy cometió el error de ir a tapar una acción que ya controlaba su compañero Keogh. Dejó un espacio enorme vacío en el área y cuando Giroud descargó el balón, los dos defensas estaban en el mismo lugar y habían dejado camino libre para la llegada de Griezmann quien, totalmente solo, no perdonó. Encima, Duffy fue expulsado cinco minutos más tarde y con más problemas de los previstos, Francia entraba en los cuartos de final.

En aquel partido, con los dos goles que servían para avanzar ronda, el público francés aprendió a querer a un jugador que necesita su tiempo para adaptarse a las nuevas situaciones y que no tiene un juego fácil de descifrar a primera vista. Griezmann ya acumulaba tres goles en el campeonato, pero llegarían más, y más importantes.

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