dimecres, 24 de febrer del 2021

Italia, 2- España, 0 (Euro 2016-Cuartos de final)

108. Giorgio Chiellini (1-0)

Italia ha sido siempre una tierra de grandes defensas. El juego que se ha practicado durante mucho tiempo en el país transalpino favorecía las características de los jugadores disciplinados tácticamente, fuertes físicamente y algunos incluso mejor dotados técnicamente de lo que parecía. Además, formaban parte de entramados que favorecían sus virtudes. En las últimas temporadas, el juego en Italia se ha abierto y esto ha provocado la necesidad de disponer de jugadores de cobertura rápidos y correctores. Algunos han tenido que reciclar ya veces les ha costado, pero lo han logrado con capacidad de sacrificio y con voluntad de mejora. Es el caso de Giorgio Chiellini.


Ni la imagen que tenemos de él, ni su apariencia física, son las de un fino estilista. Chiellini es un jugador duro, contundente cuando hace falta, pero como suele ocurrir con otros de sus características, como Pepe o Materazzi, no es nada desaprovechable técnicamente. Zurdo, sus orígenes son de lateral, pero se fue trasladando a la posición de central donde ha formado grandes defensas de tres, con Barzagli y Bonucci, o de dos, con este último, siempre potenciando su perfil.

Nacido en Pisa, comenzó a jugar en la vecina Livorno, donde curiosamente sus orígenes son de centrocampista, primero, y de extremo izquierdo, después. Poco a poco, sin embargo, los técnicos le fueron viendo cualidades defensivas y lo retrasaron hasta terminar de lateral. Debutó con el primer equipo y entonces pasó una de esas situaciones que le podrían haber cambiado la carrera. Con 18 años fue contratado por la Roma por más de tres millones de euros. Pero el club de la capital no se lo creyó, y lo cedió a su equipo de origen, primero, y en la Fiorentina, después.

Chiellini lo aprovechó para llevar a cabo dos años sensacionales, primero en la Serie B y luego en la Serie A. Habitual de las selecciones inferiores, en 2004 ganó la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Atenas, justo entre las dos cesiones, y debutó con la selección absoluta cuando ya vestía de "viola". Como carta de presentación, fue amonestado en su primer duelo, contra Finlandia. En 2005, viendo su evolución, la Juventus apostó por él y pagó 4 millones de euros.

Su arranque en el club fue bueno, entrando a menudo en los planes de Fabio Capello, aunque todavía era suplente y no formó parte de la lista para el mundial que los italianos ganaron en 2006. Además, aquel verano estalló el escándalo Calciopoli, que envió a los turineses a la Serie B. Aquella fue una gran oportunidad para Chiellini. Entonces, su estatus aún no era alto, pero con la marcha de algunos puntales aprovechó los partidos en Segunda para convertirse en insustituible, Jugó 32 partidos y marcó tres goles. El equipo regresó a la Serie A y todos los miembros de aquella plantilla fueron considerados héroes por los aficionados.

Con el equipo de retorno a la élite, ya nadie lo quitó de la titularidad y también se convirtió en un fijo de la selección, con la que disputó su primer torneo internacional en 2008, una Eurocopa en la que jugó tres partidos. En todas estas temporadas ha ganado nueve ligas y cinco Copas con los juventinos, entre otros galardones. En 2011, con la llegada al banquillo de Antonio Conte y la introducción del sistema de tres centrales, Chiellini, que tampoco tenía la rapidez de antes, fue dejando la posición de lateral para convertirse en un central rápido y atento siempre a cualquier situación.

Desde el punto de vista internacional, disputó los mundiales de Sudáfrica y Brasil, ambos con eliminaciones en la primera fase y en el segundo con un episodio controvertido cuando fue mordido por Luis Suárez, en una jugada que dio la vuelta en el mundo. También llegó a la final de la Eurocopa 2012 con el equipo que entonces dirigía Cesare Prandelli. El equipo perdió contra España por 4-0 y él se lesionó en el minuto 21. Porque las lesiones recurrentes le han acompañado bastante, sobre todo en los últimos años.

En 2016, Chiellini se reencontró con Conte para afrontar una Eurocopa para la que Italia se había clasificado con gran solvencia. Con la cobertura de la Juventus, los azzurri hicieron una buena primera fase, con triunfos sobre Bélgica y Suecia y una derrota intrascendente ante Irlanda. En octavos de final esperaba España, el equipo que había echado a los italianos de los dos últimos torneos continentales.


El gol

El partido se disputó en Saint-Denis. España ya había interpretado el canto del cisne en el mundial anterior, después de haber encadenado títulos entre las Eurocopas de 2008 y 2012 y el mundial de 2010, y parecía que la etapa de Vicente del Bosque como seleccionador llegaba a su fin. Los italianos, mucho más intensos, jugaron mejor y se adelantaron pasada la media hora de juego.


Sergio Ramos cometió una falta evitable sobre un Graziano Pelle que estaba de espaldas a la portería. El lanzamiento lo hizo el brasileño nacionalidado Éder con una gran potencia. De Gea no pudo atrapar el balón, que quedó muerto. Giaccherini no llegó con claridad, obstaculizado por el portero, pero Chiellini capturó el rebote adelantándose a Piqué y marcó el primer gol del partido. Justo antes del final, Pellè metería el segundo y pondría fin al reinado europeo de los españoles. Lamentablemente, Italia quedó eliminada en la siguiente ronda por Alemania en la tanda de penaltis, en un partido en el que Chiellini fue sustituido por Simone Zaza en el último minuto de la prórroga para evitarle chutar un penalti en la tanda. Curiosamente, Zaza lo falló y los transalpinos quedaron fuera del campeonato.

Desde entonces, Chiellini, persona de fuerte carácter, que no ha dudado en criticar incluso a compañeros en público en documentales de Netflix o en su autobiografía, "Io, Giorgio", ha seguido ganado títulos, aunque vivió el gran punto negro de la eliminación de Italia en la fase de clasificación del mundial del 2018 de Rusia a manos de Suecia en el play-off. Sin embargo, y pese a tener ya 36 años y muchas lesiones musculares, es un habitual de las convocatorias de Roberto Mancini, el nuevo seleccionador, y si el físico se lo permite debe estar presente en la Eurocopa del 2021, donde volverá a poner todo su oficio a disposición de una Italia muy diferente a aquella en la que comenzó a jugar. 

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