dimecres, 3 de febrer del 2021

Francia, 2- Portugal, 1 (Euro 2000-Semifinal)

129. Thierry Henry (1-1)

El pasado 27 de agosto aparecía en esta lista el primer gol de uno de los mejores jugadores franceses de este principio de siglo. Entonces se explicó la primera anotación del delantero en la Eurocopa del 2000, en Bélgica y los Países Bajos. Pero llegaron más y uno de ellos fue decisivo en el camino hacia el título definitivo para su selección. Se trata de Thierry Henry.


En ese momento, Henry todavía no era la estrella en que se convertiría. A los 23 años, ya era campeón del mundo, pero no había tenido el protagonismo deseado en ese título y su experiencia a nivel de clubes, en la Juventus, tampoco había sido buena. Nacido en las afueras de París, de ascendencia antillana, de Guadalupe su padre y de Martinica su madre, Henry había vivido en el suburbio de Les Ulis, donde le habían descubierto un gran potencial. En uno de los torneos de jóvenes fue captado por un técnico que había enviado el Mónaco a seguir futuras estrellas y el club del principado le reclutó con 15 años.

En aquellos momentos, destacaba por su gran zancada a la hora de correr y se le atribuían condiciones de extremo por la rapidez y agilidad de sus movimientos, muy elegantes. Con 17 años recién cumplidos debutó en la liga y contribuyó a que el Mónaco ganara la liga en 1997. Deslumbró en la Champions del 1998, en la que el equipo quedó eliminado por la Juventus en las semifinales y aquel verano entró en la lista de Aimé Jacquet para el mundial. En la Copa del Mundo debutó con tres goles en los dos primeros partidos, pero entonces fue alternando titularidad y suplencia y le quedó la espina de no jugar ningún minuto de la final, ganada en Brasil por 3-0.

Ese mismo verano lo fichó la Juventus, pero nunca se adaptó al cerrado juego italiano, en el que no encontraba espacios para explotar su talento, a pesar de formar pareja con su amigo David Trézéguet. Por ello, en el verano de 1999 Arsène Wenger le llevó al Arsenal. Fue un descubrimiento. En Highbury adaptó su posición a todo el frente de ataque, aunque partía desde la banda izquierda para llevar a cabo su jugada favorita, llegar al área y chutar al otro palo. Lo hizo tan bien que fue convocado por Roger Lemerre, sustituto de Jacquet, para la Eurocopa.

De hecho, fueron los buenos meses con el Arsenal los que provocaron que fuera, ya que casi no había disputado ningún partido de la fase de clasificación mientras era jugador de la Juventus. Pero con un año de experiencia en Inglaterra ya volvía a ser el del Mónaco e inició de titular la Eurocopa. Marcó en el partido contra Dinamarca y en el segundo, una victoria ante la República Checa por 2-1. Descansó contra los Países Bajos y también jugó de titular en los cuartos ganados contra España por 2-1. Las semifinales eran en Bruselas ante Portugal. Y las cosas no empezaron bien.


El gol

Nuno Gomes adelantó a los lusos a los veinte minutos y los portugueses ponían en peligro la portería de Barthez. Pero a los seis minutos de la reanudación llegó el empate.


Fue Nicolas Anelka, que el año anterior había abandonado el Arsenal y aquel 2000 había sido campeón de Europa con el Real Madrid, quien cayó hacia la banda y centró atrás. Henry había ocupado su espacio, recogió el pase y remató cruzado lejos del alcance del portero Vítor Baía. Francia ya no tenía que remar en contra, pero no pudo sentenciar su pase a la final hasta la prórroga, cuando un penalti por manos de Abel Xavier en el minuto 117 permitió a Zidane anotar el gol de oro. En la final, contra Italia, tocó volver a remontar el gol de Delvecchio. Henry jugó los 103 minutos que duró el partido y vio el empate agónico de Wiltord y otro gol de oro, el de Trézéguet.

Desde aquella Eurocopa, la carrera de Henry en el Arsenal lo proyectó hasta el estrellado. Aunque con la selección no ganaría ningún otro torneo y sólo se acercaría con el subcampeonato del mundo de 2006 en Alemania, con el Arsenal se convirtió en uno de los mejores delanteros del mundo. Alcanzó dos ligas, la segunda con el equipo imbatido, y tres Copas y jugó una final de la Champions, perdida contra el FC Barcelona el mismo 2006.

Aquel verano, los azulgrana lo quisieron fichar, pero tuvo que esperar un año para llegar al Camp Nou. La primera temporada fue difícil, pero en la segunda formó parte del gran primer equipo de Guardiola que ganó el sextete. Él saldó su deuda con la Champions. En 2010, afectado por muchas lesiones y con 33 años, dejó el fútbol de élite y jugó con el New York Red Bulls durante cuatro campañas, interrumpidas durante un mes para ayudar a su Arsenal, en 2012.

Entonces inició una carrera de entrenador que arrancó siendo el asistente de la selección belga que fue tercera en el mundial de Rusia 2018, con Robert Martínez. Fichó por Mónaco, inmerso en una gran crisis, pero los resultados no fueron buenos y ahora prepara a los Montreal Impact, de la MLS. Henry pretende transmitir a sus equipos la calidad que tenía él jugando, pero esto es complicado. Y eso que él tuvo que dar un paso atrás para arrancar una gran carrera, un paso que seguramente confirmó en aquella Eurocopa del 2000.

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