dissabte, 27 de febrer del 2021

Rusia, 0- Portugal, 2 (Euro 2004-Primera fase)
Portugal, 2- Países Bajos, 1 (Euro 2004-Semifinales)

105. Maniche (0-1 y 2-0)

Ya se ha explicado muchas veces en esta lista que hay jugadores que destacan más por su sentido táctico que por su técnica individual, ni que ésta sea más que aceptable, ya que, si no, no llegarían a la élite. En la Portugal de principio de siglo, la que llegó a la final de la Eurocopa de 2004 y a las semifinales del mundial 2006, destacaba una pareja de medio centros que equilibraban a un conjunto virtuoso. El más posicional era Costinha y el más móvil, que solía llegar más a posiciones de ataque, era Nuno Ricardo Oliveira Ribeiro, más conocido por todos como Maniche.

Y como hemos visto ya también en muchos casos de jugadores portugueses, y queda reflejado con la camiseta con la que aparece en esta entrada, la del Oporto, Maniche fue un jugador originario de una zona del país que triunfó en la otra. De hecho, es uno de los pocos de la historia que ha vestido las camisetas de los tres grandes de Portugal. Nació en Lisboa, creció en el Benfica y estaba tan arraigado en el club de las águilas que su apodo procede de un ex jugador del equipo. Cuando era pequeño, era rubio y le dijeron que se parecía a Michael Manniche, un jugador danés que actuó en el club benfiquista, con notable éxito, durante la década de los ochenta. Adaptó la denominación al portugués, le quitó una "n" y fue conocido así durante toda su trayectoria.

Creció en el club de la capital y los 19 años, cuando todavía era considerado un extremo, fue cedido al Alverca, una entidad que servía al Benfica para foguear jugadores jóvenes. Estuvo tres años allí, entre la primera y la segunda categoría, antes no volver a Lisboa para consolidarse en el primer equipo "encarnado". A diferencia de casi todos sus compañeros de generación, él no formó parte nunca de las premiadas selecciones de base portuguesas. Su explosión llegó tarde.

El salto lo dio en 2002. Con 24 años terminó su contrato con el Benfica y fue reclutado por José Mourinho, que había llegado al Oporto. Fue un indiscutible del técnico de Setúbal desde el comienzo. Lo consolidó en una posición de medio centro pero con mucha llegada al área para explotar su gran virtud, el disparo desde larga distancia. La primera temporada fue espectacular, con títulos de liga, Copa y Copa de la UEFA con los Dragoes y la segunda, aún más, ya que los portugueses consiguieron proclamarse campeones de Europa de clubes. En el trayecto, Maniche anotó tres goles, dos particularmente importantes en los cuartos de final contra el Olympique de Lyon.

Su explosión había provocado que el nuevo seleccionador portugués, un Luiz Felipe Scolari de una escuela muy parecida a la de Mourinho, empezara a contar con él para la selección absoluta. Debutó en los amistosos de 2003, ya que Portugal no debía disputar fase de clasificación para una Eurocopa que tenía que organizar y, después de su gran año en el Oporto y de ser campeón de Europa, era un fijo para el torneo que se inició en junio de 2004.


El gol

Portugal no empezó bien el campeonato con una derrota contra Grecia en el duelo inaugural de Oporto. El segundo partido, en Lisboa, era contra Rusia y había que ganar y Maniche puso la primera piedra en pocos minutos.


Fue en una falta provocada por Simao en la banda derecha. Figo la lanzó y hubo un rechazo, pero el propio Maniche lo recuperó y se dirigió hacia el área tras pasar el balón a Deco. El jugador nacionalizado disparó desde lejos, como solía hacer, pero le quedó un disparo interceptado que volvió a pies de Maniche quien, en posición de delantero centro, se revolvió y superó al portero Ovchinnikov. Un gol de Rui Costa en la segunda parte selló el 2-0 final.

Portugal pasó a cuartos gracias a un gol de Nuno Gomes contra España y después a semifinales en un partido espectacular contra Inglaterra resuelto por penaltis cuando los 120 minutos de juego habían finalizado con empate a dos. El rival en semifinales eran los Países Bajos y el partido se desatascó con un cabezazo de Cristiano Ronaldo en el minuto 25. A los trece de la reanudación, llegó el segundo.


Fue en un contraataque luso que finalizó en córner. Cristiano lo sirvió rápidamente, como suele ser habitual el realizador de la retransmisión se entretuvo más de la cuenta emitiendo repeticiones que no llevan a nada y se comió con patatas como Maniche recibía el balón desde fuera del área y anotaba el 2 -0 con un gran disparo parabólico. Por suerte, había repeticiones, estas sí útiles, y todo el mundo pudo observar el golazo. Portugal sufrió hasta el final por culpa de un autogol de Jorge Andrade, pero llegó a la final, que perdió pocos días después de forma inesperada, nuevamente ante Grecia.

Maniche estuvo medio año más en un Oporto que había perdido a su gran valedor, José Mourinho, y en el mercado de invierno fichó por el Dinamo de Moscú por 16 millones de euros, aunque en el verano siguiente salió cedido al Chelsea, nuevamente de Mourinho. Pero esta vez fue diferente. La gran competencia que había no le dejó jugar muchos partidos, sólo once, y en 2006, el año del mundial, saldría con destino al Atlético de Madrid.

Aquel verano, disputó su primera y única Copa del Mundo, la de Alemania, en la que llegó lejos, a la cuarta posición. Volvió a marcar dos goles, uno particularmente importante, el 1-0, nuevamente contra los neerlandeses, en un duelo que fue una batalla campal en Núremberg. Scolari sí mantenía la confianza en él, a pesar de los problemas con los clubes, y fue titular en todos los partidos.

Con 28 años, parecía en un gran momento para un futbolista, pero comenzó a encadenar temporadas con un rendimiento por debajo de lo esperado. Estuvo dos en el Atlético, con unas actuaciones irregulares, y a la tercera fue cortado por el técnico Javier Aguirre y cedido al Inter, donde tampoco jugó mucho pero quedó campeón de liga, con un gol importante contra la Juventus incluido. Entonces recibió un gran golpe, cuando a pesar de haber participado en casi todos los partidos de la fase de clasificación, Scolari le dejó fuera de la Eurocopa de 2008. Ya no jugó ningún otro gran campeonato.

Maniche volvió a Madrid donde jugó otra temporada antes de una aventura bastante positiva en Alemania, en Colonia, y la retirada en su ciudad, pero no en el Benfica, que lo había descubierto, sino en el Sporting, con lo cual hacía triplete de los tres grandes equipos de Portugal. Aunque tenía un acuerdo de renovación con los Leones, Maniche decidió retirarse con 33 años, en 2011, e inició una carrera de entrenador que no duró mucho, como su trayectoria en la élite del fútbol europeo , que fue de pocos años, pero intensa y fructífera para él.

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