dimarts, 9 de febrer del 2021

Polonia, 1 (3) - Portugal, 1 (5) (Eurocopa 2016-Cuartos de final)

123. Renato Sanches (1-1)


Hace un par de días aparecía en esta lista un talentoso jugador portugués nacido en Cabo Verde y crecido en el barrio lisboeta de Amadora, Nani. Once años más tarde, en la misma zona de la capital nacía otro jugador, también de madre caboverdiana. Ambos futbolistas quedarían conectados por el título europeo de Portugal en 2016, pero también por una jugada que permitió al equipo nacional seguir vivo en el torneo en los cuartos de final. El segundo jugador es Renato Sanches.



Fue una de las más grandes apariciones de los últimos años en un gran campeonato y también el ejemplo que con los jugadores jóvenes quizás no es conveniente correr demasiado, sino que deben ir siguiendo los pasos necesarios para que crezcan. La edad exacta Sanches también es una incógnita. Su padre, de Santo Tomé y Príncipe, y su madre se separaron poco después de su nacimiento. El progenitor se fue a trabajar en Francia y no registraron al pequeño Renato hasta 2002. La fecha que pusieron fue una de 1997, pero quién sabe. Creció en el barrio de Musgueira ya los ocho años entró en el sistema de reclutamiento del Benfica, previo pago a su anterior equipo de 750 euros y 25 futbolines, aunque tenía problemas para ir a entrenar al club desde el otro lado del río Tajo, donde vivía.

En un año, pasó de ser un desconocido a ganar la Eurocopa. De hecho, fue subiendo con las selecciones inferiores, pero nadie esperaba que la temporada 2015-16, a los 18 años, jugara de titular en el primer equipo, ganara la liga, disputara partidos de Champions y se estrenara con la selección absoluta. Renato Sanches es un centrocampista de una gran capacidad física, muy dinámico, que entiende bien el juego y que dispone de buena llegada a portería rival.

Ante su gran temporada, el seleccionador, Fernando Santos, lo convocó por primera vez en marzo de 2016, en una derrota contra Bulgaria en un amistoso. Le gustó tanto que le dio dos amistosos más antes de su inclusión en la lista para la Eurocopa, de la que no había disputado ningún partido en la fase previa. No fue titular en ninguno de los cuatro primeros choques, pero cuando entraba en el campo, se notaba. Jugó veinte minutos contra Islandia, media parte ante Hungría y, sobre todo, una gran segunda parte y la prórroga de los octavos de final ante Croacia, en la que aportó mucho al equipo. Ya era una de las sensaciones del campeonato cuando Santos le dio la alternativa de titular en el duelo de cuartos de final contra Polonia, en detrimento de André Gomes.


El gol

El partido, jugado en Marsella, no comenzó muy bien para los portugueses, ya que a los dos minutos Grosicki asistió para que Lewandowski superara a Rui Patrício. Portugal remaba en contra, no como había pasado contra Croacia en los octavos de final, partido en el que había podido mantener el empate en el marcador. Pero en una acción, las cosas volvieron a su sitio.




Fue en una recuperación del central Fonte ante Lewandowski. Cedió inmediatamente a Adrien Silva y este a Renato Sanches. El joven centrocampista vio el desmarque del veterano Nani, el jugador que había crecido donde él nació. Lanzó la pared, el delantero le devolvió la pelota y, desde fuera del área, soltó un disparo fortísimo con la pierna izquierda que, tras tocar en Krychowiak, superó a Fabianski. Era todavía la primera parte, pero el resultado se mantuvo hasta el final, incluso de la prórroga. En la tanda, todos los portugueses marcaron, incluido él, que tomó la responsabilidad de hacer el segundo disparo. El error de Blaszczykowski clasificó a Portugal para las semifinales.

Ya nadie lo sacó de la titularidad y, aunque fue relevado, tanto ante Gales, como en la final contra Francia, pudo celebrar el primer título absoluto de la historia de la selección, él que sólo hacía un año que había llegado al fútbol de élite. Y aquí es cuando todo el mundo quiso correr demasiado. Recibió ofertas de todo el continente y el Bayern de Múnich lo fichó por 35 millones de euros para intentar rejuvenecer la plantilla.

En Baviera, lejos de su entorno siendo tan joven, no triunfó. Ganó la liga, pero disputó sólo 16 partidos, la mayoría de suplente, y cometió errores atribuibles a su inexperiencia. Los alemanes no querían desprenderse de una inversión tan cara y decidieron que se fogueara. En 2017 lo cedieron al Swansea, de la Premier League, donde un juego más de ida y vuelta le debía favorecer. Jugó poco, lastrado por las lesiones, y encima el equipo bajó a Championship. Todo esto provocó que Fernando Santos no lo convocara para el mundial de Rusia de 2018.

El retorno al Bayern no fue mejor. Otra liga y otra Copa fueron a parar a su palmarés, pero su protagonismo era muy bajo. Por ello, en verano de 2019, decidió dar un paso atrás y adaptar el club donde estaba a su situación actual. Dejó el transatlántico muniqués y subió al barco del Lille, un conjunto conocido como excelente plataforma de jóvenes jugadores, que no tienen tanta presión como en los grandes de Europa. Los franceses hicieron la inversión más importante de su historia y pagaron 25 millones de euros por él. En su primer año, la irregularidad y las lesiones lo volvieron a condicionar. De hecho, desde la Eurocopa de 2016 sólo había vuelto una vez más a la selección.

Pero en su segunda temporada parece que las cosas van mejor. A los 22 años, oficiales, Renato Sanches está dando ahora los pasos que quizás tenía que haber dado a los dieciocho, cuando todo el mundo lo subió al mismo pedestal del que lo hicieron caer. Es un activo de futuro importante para una Portugal que se encuentra con la necesidad de ir rejuveneciendo un grupo que le ha dado muchos éxitos. Quizás, ahora sí, sea su momento.

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