diumenge, 7 de febrer del 2021

Portugal, 2- Gales, 0 (Euro 2016-Semifinales)

125. Nani (2-0)

Que el fútbol saca de la pobreza a muchos jugadores no es ningún estereotipo. Aunque cada vez hay menos que provienen directamente de la calle y la mayoría de ellos ya se forman en las academias de los principales equipos del mundo, aun los hay que han llegado a lo máximo después de arrancar desde un estrato de la sociedad que les concedía mínimas posibilidades de triunfar en la vida. Pero esto le pasó a Luis Carlos Almeida de Cunha, más conocido, por culpa del apelativo que le puso una hermana, como Nani.


Nació en una de las colonias portuguesas de ultramar, Cabo Verde, al oeste de África. Ahora mismo, el archipiélago tiene una selección competitiva y muchos futbolistas que no han nacido allí pero tienen antecesores defienden sus colores, pero hace un par de décadas pasaba más bien al revés, que los procedentes de allí querían salir como antes mejor y jugar por Portugal. Nani es de Praia, la capital, pero pronto se trasladó a la metrópoli con sus padres, en concreto en el distrito de Amadora, uno de los más conflictivos de Lisboa.

A los cinco años, el padre abandonó a una familia no muy estructurada. De hecho, Nani tiene cinco hermanos con el padre en común y nueve con los que comparte madre. Además, cuando cumplió nueve años, vio como ella tenía que emigrar a los Países Bajos a buscar una vida mejor y dejaba a los hijos, él incluido, a cargo de su tía. Si había un camino para subir en la escala social, más complicado no lo podía tener. Pero su pasión era el fútbol. Se pasaba el día jugando y desarrolló unas habilidades que no se enseñan en ninguna escuela. Comenzó a jugar con equipo de barrio llamado Massama y allí fue captado por un cazatalentos del Sporting de Portugal. A los 14 años ya formaba parte de los leones de Alvalade.

Con 19 años, en 2005, debutó en el primer equipo. Estuvo dos temporadas, en las que ganó una Copa. En 2007, recomendado por Cristiano Ronaldo, que había ido al Manchester United cuatro años antes, aterrizó en Old Trafford dispuesto a triunfar en el equipo de Alex Ferguson. En la primera temporada fue campeón de la Champions. Él jugó 19 minutos de la final y no dudó de lanzar un penalti decisivo que, de haberlo errado, hubiera dado el trofeo al Chelsea. El siguiente fue el que falló John Terry, con resbalón incluido. Nani jugó ocho temporadas en Manchester, en el que también ganó cuatro ligas, dos Copas y un mundial de clubes, pero casi nunca se llegó a consagrar como uno de los titulares del equipo.

Paralelamente, fue participando en todos los campeonatos con la selección portuguesa. Fue cuartofinalista en la Eurocopa de 2008 y llegó a semifinales en el torneo europeo del 2012. En medio, se perdió el mundial de Sudáfrica de 2010 por culpa de una lesión en el hombro pocos días antes del torneo. Todo el mundo le reconocía siempre un gran talento, al que faltaba continuidad, parada a menudo por lesiones musculares. En 2014, tras participar en el mundial de Brasil, en el que quedó eliminado en la primera fase, pero donde obtuvo su primer gol en un gran certamen de selecciones, contra Estados Unidos, puso fin a su etapa en el United .

Con 28 años volvió al Sporting, con el que ganó una Copa. El verano siguiente fichó por el Fenerbahçe y fue tras su única temporada en el conjunto turco cuando afrontó la Eurocopa de 2016 en Francia, un torneo en el que, contrariamente a lo que le había sucedido durante toda su carrera, Fernando Santos le dio el rol de titular.


El gol

Y Nani lo aprovechó con una gran actuación. Ya marcó en el debut contra Islandia y también en el tercer partido, ante Hungría. Portugal superó la fase inicial con tres empates, pero la suerte le benefició ya que todos los favoritos del torneo fueron por el otro lado del cuadro. Fue pasando rondas a trompicones, los octavos contra Croacia con un gol de Quaresma en la prórroga y los cuartos contra Polonia por penaltis. En esta tanda, Nani marcó justo antes del error crucial de Blaszczykowski. Llegaban las semifinales, contra la sorprendente Gales. El partido fue cerrado, pero se resolvió en tres minutos. A los cinco de la reanudación, Cristiano Ronaldo avanzaba a los lusos de cabeza. Tres minutos después, el billete a la final quedaba más cerca.


La estrella del Real Madrid volvió a recibir un balón y chutó a portería. La bola no iba con mucho peligro para el portero Hennessey pero en medio de la trayectoria estaba Nani. Se estiró, alargó el pie derecho situado entre los dos centrales, Williams y Collins, y desvió la trayectoria del tiro para marcar el 2-0. Los galeses ya no inquietaron hasta el final. Cuatro días después, jugó los 120 minutos del partido y de la prórroga en el que sería su máximo éxito como futbolista, la Eurocopa, gracias a un gol de Éder. Fue el mejor trofeo porque él fue titular y capital desde el inicio.

Aprovechando la ola, a los 30 años, Nani fichó por el Valencia, pero no se encontró a gusto, en una mala campaña del equipo de Mestalla. Su carrera de clubes, desde entonces, ha estado repleta de cambios. Primero a la Lazio, después regreso al Sporting, donde ganó otra Copa y, finalmente, parece establecido en la liga de Estados Unidos, en el Orlando City, donde todo indica que agotará su carrera. Nani no vuelve a la selección desde la Copa Confederaciones del 2017 y no tiene ninguna opción de estar en la próxima Eurocopa. A punto de cumplir 35 años, sus mejores días como futbolista ya han pasado, pero han sido mucho mejores de lo que hubiera soñado cuando era un niño recién llegado de Cabo Verde, mientras jugaba en las calles de Amadora.

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