divendres, 12 de febrer del 2021

Países Bajos, 2- República Checa, 3 (Euro 2004-Primera fase)

120. Vladimír Smicer (2-3)

Hay algunos futbolistas que, aunque han tenido una larga carrera, con títulos y participación en importantes equipos y competiciones, son recordados por hechos concretos, sobre todo por goles. Algunos han sido y son verdaderos especialistas en aparecer en momentos decisivos y anotar goles que den victorias a sus conjuntos. Saldrá dos veces en esta lista, más adelante para una anotación aún más importante que consiguió en una Eurocopa anterior. En este caso, lo hace por un éxito del 2004. Se trata del delantero checo Vladimir Smicer.

En el siguiente gol la lista se desgranará la parte inicial de su trayectoria. Fue en 1996 cuando él y toda una serie de jugadores checos aparecieron ante la opinión pública del continente consiguiendo un inesperado subcampeonato. Aquel fue un momento importante para Smicer, que pudo salir de su equipo, el Slavia de Praga, y fichar por el Lens, con el que ganó una liga. Pero cuando verdaderamente se oyó hablar de él fue cuando llegó al Liverpool, al que dio un último servicio importante y recordado en su último partido.

Smicer no pudo ir al mundial de Francia porque la República Checa no se clasificó, en 1998, pero en 1999 llegó a Anfield previo pago de 6,8 millones de euros. Se trataba de un atacante que podía ocupar una zona importante de la delantera, principalmente desplazado a un lado, pero con buena relación con el gol y con calidad para moverse de media punta. Jugó seis años en el Liverpool, donde fue bien valorado por la afición, pero nunca se convirtió en un fijo en las alineaciones titulares. El mismo papel tenía con la selección.

Fue convocado para la Eurocopa del 2000, el año después de aterrizar en la Premier. Antes, en 1997 había conseguido cinco goles en cinco partidos en una Copa Confederaciones en la que los checos fueron terceros. Eso sí, tres de los goles fueron contra la débil selección de los Emiratos Árabes y los otros dos contra la entonces poco experimentada Sudáfrica. En 2000, fue titular en los dos primeros partidos, contra los Países Bajos y Francia, pero dos derrotas dejaron al equipo fuera de combate. A continuación, consiguió dos goles en el tercer partido, ya intrascendente, contra Dinamarca.

Chequia volvió a quedarse fuera de un mundial, en este caso el del 2002. En el Liverpool, caían los títulos con cuentagotas, como una UEFA en una recordada final contra el Alavés en 2001, una Copa y dos Copas de la Liga. Pese al fracaso de no estar en Corea y Japón, la selección iba adquiriendo potencial. A los supervivientes de 1996 se les juntaba una nueva generación y entre todos aspiraban a todo cuando afrontaron la Eurocopa de 2004, en Portugal.

El equipo tuvo problemas para derrotar a la débil Letonia en el debut. Sólo lo consiguió con un gol de Marek Heinz en el tramo final. El segundo partido marcaría el futuro de la selección en el torneo. Era contra los Países Bajos. Y la cosa no empezó bien.


El gol

Porque los neerlandeses se adelantaron con dos goles al inicio, de Bouma y de Van Nistelrooy, que obligaron a hacer cambios al veterano seleccionador Karel Brückner. Retiró del campo al lateral Grygera e hizo entrar a Smicer como agitador de partidos. Y se notó. Koller redujo la distancia antes del descanso y Baros empató en la segunda parte. Estaba siendo un partidazo y se resolvió dos minutos antes del final.


Fue en un balón recuperado por Rosicky. Este lo cedió a Poborsky, que entrando por la derecha combinó con Baros. El delantero miró hacia atrás y vio la llegada de Heinz quien, desde la frontal del área, soltó un fuerte disparo. Van der Sar pudo desviarlo, pero dejó el balón muerto para que Poborsky lo volviera a recoger y diera el pase de la muerte a Smicer que, oportuno como siempre, anotó a puerta vacía. Con seis puntos en dos partidos, los checos aseguraban el primer puesto del grupo.

Smicer no jugó ni el tercer partido, contra Alemania, ni los cuartos de final, contra Dinamarca. Era la gran oportunidad de los checos para llegar lejos, pero chocaron en la semifinal contra la rocosa Grecia. Relevó a Nedved, lesionado en el minuto 40, pero esta vez no pudo encontrar el oportunismo de otros días. No llegó su gol salvador, como en 1996 en la primera fase, ni en la ronda inicial del mismo campeonato de 2004, y los helenos se clasificaron con un gol de plata del central Dellas.

El delantero todavía jugó un año más en el Liverpool que terminó de la mejor manera y con él de protagonista. Fue en la famosa final de Estambul ante el Milan, que los italianos ganaban por 3-0 al descanso. Los reds remontaron y él anotó el 3-2, con un disparo lejano, y también marcó el último penalti del Liverpool en la tanda, justo antes del error decisivo de Shevchenko. Fue lo último que hizo con el equipo. Con 32 años firmó por dos temporadas con el Girondins de Burdeos, con el que ganó una Copa de la Liga y terminó su trayectoria en el Slavia, donde la había iniciado, con dos títulos de liga más.

Después de la Eurocopa de 2004, sólo jugó nueve partidos más con la selección, a la que ayudó a clasificarse para su primer mundial como nación independiente, en 2006. Pero Smicer, con 34 años, ya no jugó aquella fase final. El hombre de los goles decisivos se quedaba sin el sueño de participar en una Copa del Mundo, pero había dejado su sello en momentos trascendentales con sus equipos y en la selección.

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