diumenge, 25 d’octubre del 2020

Turquía, 3- República Checa, 2 (Euro 2008-Primera fase)

230. Jaroslav Plasil (0-2)

Disputar más de cien partidos con la selección nacional del propio país, 103 concretamente, no es fácil y no han sido tantos los jugadores que lo han conseguido, aunque la proliferación de partidos internacionales provoca que cada vez haya más. Disputar cuatro Eurocopas y un Mundial, casi siempre de titular, y contar para todos los entrenadores que se ha tenido está en las manos de futbolistas que, en caso de que no sean estrellas, es porque son muy profesionales y siempre cumplen con lo se les pide. Fue el caso del centrocampista checo Jaroslav Plasil.



Destacaba por ser un auténtico pulmón en el centro del campo, con capacidad para llegar al área, aunque no pasó de más de cuatro goles en una liga. Él era más bien el que luchaba, el que robaba balones y también, por qué no, el que construía y trabajaba en la intendencia siempre apreciada por los técnicos. Nacido en Opočno, al noreste del país, entre la frontera polaca y la ciudad de Hradec Kralove, creció en este equipo pero muy pronto, a los dieciocho años, fue fichado por el Mónaco. Le cedieron un año al Créteil, de Segunda, y su regreso al principado fue por la puerta grande.

Porque en la temporada 2003-04 intervino en casi todos los partidos del equipo monesgasco en la Liga de Campeones, incluido el 8-3 contra el Deportivo, en el que marcó un gol, y la eliminación del Real Madrid. En la final, no contó para el técnico, Didier Deschamps, que lo mantuvo en el banquillo, desde donde vio la derrota por 0-3 contra el Oporto.

Con el equipo nacional fue convocado el mismo año para la Eurocopa de Portugal sin haber disputado antes ningún partido con la absoluta. Sólo jugó setenta minutos, en la victoria contra Alemania en la primera fase por 1-2. Era muy complicado entrar en el centro del campo del equipo que hizo el mejor juego del campeonato.

A la vuelta, se consolidó en el Mónaco, donde jugaba al ser convocado para su único mundial, en 2006 en Alemania. Actuó en los tres partidos, pero el equipo fue eliminado en la primera fase. En el verano siguiente dejaría su zona de confort y buscaría crecer en la liga española, en las filas de Osasuna. En el club navarro es muy apreciado, aunque sólo estuvo allí dos años. El equipo evitó el descenso por un punto en el primero y él fue convocado para su segunda Eurocopa, la de Suiza y Austria.

El gol

Las cosas comenzaron bien, con un triunfo en el partido inaugural del campeonato contra los suizos, aunque le siguió una derrota ante Portugal por 1-3 en un partido en el que los checos merecieron muchísima mejor suerte. El duelo decisivo era contra Turquía, que llegaba en la misma situación. Además, el empate favorecía a los otomanos por diferencia de goles. Fue el ejemplo de cómo se puede escapar una clasificación cuando ya parece hecha, aunque el partido, para Plasil, también será recordado por haber marcado su único gol en un torneo internacional.


Los centroeuropeos se habían adelantado en la primera parte con un remate de cabeza del gigante Jan Koller y, en el minuto 18 de la reanudación, parecieron sentenciarlo todo. Fue en un gran centro por la derecha de Libor Sionko. Los centrales turcos, preocupados de Koller, fueron a cerrarlo y dejaron libre el segundo palo. Allí, Plasil ganó la espalda a Sabri Sarioglu, que había entrado en el descanso y desatendía sus obligaciones defensivas, se lanzó con el pie izquierdo, el dominante, por delante y batió al portero Volkan.

Pero el partido terminó en tragedia para los checos por culpa de quien habitualmente no fallaba nunca. El portero, Petr Cech, habría podido hacer algo más en el 1-2 de Arda Turan y definitivamente mucho más en el 2-2, en el que dejó caer al suelo un centro que tenía en las manos y posibilitó el empate de Nihat. El 3-2 del mismo delantero ya fue el remate final para el equipo, que quedaba eliminado cuando quince minutos antes parecía que lo tenía todo resuelto

Plasil jugó una temporada más en Osasuna y, con 27 años, volvió a Francia donde inició diez campañas seguidas, hasta el final de su carrera, en el Girondins de Burdeos, que le fichaba después de haber sido campeón de liga. Llegó a cuartos de final de la Champions, en la que fue eliminado por el Olympique de Lyon. Sólo hubo una interrupción en esta década, en la temporada 2013-14, cuando jugó en la liga italiana, en el Catania, con el que perdió la categoría.

Su tercera Eurocopa llegó en 2012, con acceso a cuartos de final y eliminación a manos de Portugal por culpa de un gol en el tramo final de Cristiano Ronaldo, y la última, en 2016, en Francia. Nuevamente los turcos, con una victoria por 0-2, le cerraron el paso a la fase de eliminatorias. Volvió a ser titular, como siempre en los últimos diez años con el equipo nacional. Esta vez no pudo marcar, como había conseguido ocho años atrás en Ginebra, con aquel remate que no sirvió de nada.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada