divendres, 9 d’octubre del 2020

Países Bajos, 3- Italia, 0 (Euro 2008-Primera fase)

246. Wesley Sneijder (2-0)

Hace ya muchos años que el fútbol neerlandés no se fija en las características físicas de sus jugadores para saber si pueden triunfar o no en la élite, sobre todo en la escuela del Ajax, Desde hace décadas, esta factoría exporta al mundo cantidades industriales de talento, tanto del país como del extranjero. Uno de los mejores de las últimas décadas, aunque un punto irregular en sus prestaciones, ha sido un centrocampista que, aunque sólo medía 1,70 metros, poseía un disparo temible con las dos piernas. Era Wesley Sneijder.


Su talento fue muy precoz. Nacido en Utrecht, desde muy pequeño entusiasmaba a sus amigos  jugando por las calles de esta ciudad. A los siete años fue captado por la escuela del Ajax. Sus rectores comunicaron a los padres que lo veían muy bajo, pero que tenía tanta calidad que la aceptaban. Además, tenía fuerza de voluntad. Entonces sólo dominaba una pierna, la derecha. Con la izquierda tenía grandes carencias. Fue echándole horas y chutando el balón muchas veces contra un muro, cuando acababa los entrenamientos, que Sneijder perfeccionó una técnica de lanzamiento con los dos perfiles que se convirtió en una de sus señas de identidad como futbolista.

Fue pasando por las categorías inferiores del club y debutó en el primer equipo con 18 años, en 2002. Ya en su primera temporada consiguió cuatro goles y se estrenó en la Champions. Fue titular en un partidazo de cuartos de final de la competición, en la que el Milan, posterior campeón, estuvo a punto de ser eliminado. El 2-2 de San Siro clasificaba al Ajax, por el 0-0 de la ida, pero un gol de Tomasson, ex del gran rival, el Feyenoord, en el descuento dejó a los neerlandeses fuera de la competición.

Casi al mismo tiempo debutó con la selección, con la que jugó seis partidos entre la Eurocopa de 2004 en Portugal y el mundial de 2006 en Alemania. En el Ajax terminó su trayectoria en 2007, después de ganar una liga y dos Copas y lo fichó el Real Madrid. La primera temporada con los blancos fue muy bien, con el título de liga y 9 goles en treinta partidos. Encajó enseguida en el combinado de Bernd Schuster, donde formaban una gran tripleta de neerlandeses con Robben y Van Nistelrooy. En este contexto llegó la Eurocopa de 2008.

El gol

Los Países Bajos estaban en un grupo complicado, con Italia, Francia y Rumanía. Sólo pasaban dos. Con Marco van Basten en el banquillo, en la primera fase los naranja sublimaron el juego de contraataque. Ante los transalpinos, vigentes campeones del mundo, se avanzaron en una acción de oportunismo de Van Nistelrooy en el minuto 26 y, sólo seis después, protagonizaron una arrancada fulgurante que representó el 2-0.



Fue en un córner lanzado por Pirlo que estuvo a punto de convertirse en un autogol de Van Nistelrooy, situado en el primer palo. Van Brockhorst, el lateral izquierdo, sacó el balón de debajo de la portería y entonces se inició la contra perfecta y, seguramente, el peor repliegue defensivo de la historia de la selección italiana. El rechace lo agarró el propio Sneijder, que cedió el esférico a Van der Vaart. Este levantó la cabeza y vio a tres flechas desplegándose. Una era el propio Van Bronckhorst, que no tuvo suficiente con salvar el gol sino que inició una gran carrera y recogió el pase. Miró al segundo palo, ya en campo contrario, y envió un centro largo. Kuyt, que corría por la derecha, llegó a él y dejó el balón con la cabeza en medio para que Sneijder, la punta de lanza del contragolpe, superara al portero Buffon en una acción de ariete. Entre el gol salvado y el gol anotado, sólo 17 segundos de diferencia.

Los Países Bajos ganaron el partido por 3-0, con un tercer gol de Van Bronckhorst, precisamente. Derrotaron a Francia por 4-1 y a Rumania por 2-0 y se convertían en favoritos en el torneo. Pero se toparon con Arshavin en estado de gracia y Rusia les dejó fuera en los cuartos de final. La segunda temporada de Sneijder en el Real Madrid ya no fue tan buena. Muchas lesiones, acusaciones de baja forma y malos resultados, coincidiendo con el crecimiento del primer Barça de Guardiola, lo empujaron fuera del club en el verano de 2009. Él no sabía que estaba ante el mejor año de su carrera.

Porque fichó por el Inter y se encontró a un José Mourinho que lo catapultó como catalizador del juego del equipo que ganó el triplete. Insustituible para el técnico portugués, cuando estaba en condiciones, dirigió a los neroazzurri en la liga, en la Copa y en la Champions, en la final ganada al Bayern en Madrid. Además, durante el verano siguiente hizo un gran mundial en Sudáfrica. Sólo el gol de Iniesta en Johannesburgo evitó el año perfecto. Increíblemente, fue cuarto en la carrera por un Balón de Oro que se llevó un Messi que no había conseguido ninguno de los grandes títulos del año, no como él (Champions) o Xavi e Iniesta (el mundial).

Estuvo tres años más en el Inter, pero sin Mourinho las cosas ya no fueron igual. Como el equipo, fue cayendo víctima del ascenso al trono de la Juventus. Su físico le fallaba cada vez más. Jugó la Eurocopa del 2012, con eliminación en la primera ronda, y fichó por el Galatasaray. En Turquía, sin tanta exigencia, sobre todo física, volvió a rendir bien durante cinco temporadas, más gracias a la calidad y al disparo que a un cuerpo que ya no cuidaba tanto. Después de la segunda, además, colaboró con seis partidos jugados y un importantísimo gol contra México en los octavos de final, al tercer lugar de la selección en el mundial de Brasil. En 2017 fichó por el Niza, ya con 34 años, pero sólo jugó ocho partidos antes de iniciar un retiro dorado en Qatar.

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