dimarts, 6 d’octubre del 2020

Países Bajos, 4- Francia, 1 (Euro 2008-Primera fase)

249. Dirk Kuyt (1-0)

Hay jugadores que durante toda su carrera actúan en una sola posición. Suelen ser centrales, centrocampistas de distribución o delanteros centros, las posiciones que, excepto los porteros, parecen las más específicas en un equipo. Por eso, que un ariete se pueda reciclar, cuando ya está establecido en la élite, a una demarcación como la de extremo o centrocampista de banda, con la carga de trabajo, sobre todo defensivo, que ello supone demuestra su capacidad de adaptación y también de sacrificio para el equipo, ya que deja de marcar muchos goles por temporada en beneficio del grupo. Es lo que sucedió en 2008 con el neerlandés Dirk Kuyt.



Nacido en Katwijk, una población de playa cercana a La Haya, se formó en el Quick Boys, un equipo de categorías inferiores del país y el Utrecht lo fichó con dieciocho años. Era un típico delantero centro tanque, de buenas condiciones físicas y gran remate, pero también con buenos movimientos de caída a la banda, nada estático. En su última temporada llamó la atención del Feyenoord, ya que había anotado veinte goles en la liga y el equipo fue campeón de Copa, y fue fichado por uno de los grandes del fútbol del país. En Rotterdam se salió durante tres temporadas, sobre todo en la segunda, en la que anotó 29 goles. Fue elegido mejor jugador de su país en 2006 y ello le valió el traspaso al Liverpool.

Con la selección también había debutado en 2004 y ya había disputado una gran competición, el mundial de Alemania de 2006, con alguna titularidad incluida. La amplia nómina de delanteros de los Países Bajos en ese momento le significaban mucha competencia y lo mismo le pasó en su equipo. Kuyt hizo un buen primer año en Anfield, con doce goles en la liga y uno de ellos en la final de la Champions, perdida contra el Milan en Atenas. Pero la presencia de Fernando Torres como delantero centro le podía restar minutos. Entonces, Rafa Benítez, confiando en su versatilidad, cuando ya tenía casi 28 años, le retrasó su posición y le abrió otro mundo. Su capacidad de sacrificio provocó que se adaptara a jugar a la banda y, pocos meses después, fue convocado para la Eurocopa por Marco van Basten.

El gol

Y es donde empezó a jugar en una selección con un 4-2-3-1 en el que tres medias puntas (él mismo, Sneijder y Van der Vaart) escoltaban a Van Nistelrooy. El equipo naranja deslumbró ganando a Italia por 3-0 en el primer partido y el segundo fue contra Francia, en Berna. El 4-1 final fue engañoso y el partido también fue agridulce para Kuyt. Comenzó muy bien porque abrió el marcador a los diez minutos en una acción que recordó sus tiempos, no tan lejanos, de delantero centro.



La acción fue totalmente simple. Un córner favorable a los Países Bajos fue lanzado a pierna cambiada por Van der Vaart. Los franceses cometieron el error de destinar un delantero, y por tanto no muy bueno defensivamente, como Florent Malouda para marcar a Kuyt. Este no tuvo problemas para superarlo físicamente y, desde muy cerca, fusilar con la cabeza al portero Coupet. El partido tuvo dos caras para él ya que los franceses jugaron mucho mejor y merecieron empatar. Van Basten realizó cambios tras el descanso y él fue uno de los perjudicados para que entraran Robben y Van Persie. El resultado fueron contragolpes que ensancharon el resultado ficticiamente.

Kuyt no fue titular en el tercer partido, en el que el técnico hizo descansar a jugadores, pero sí en los cuartos contra Rusia. Fue relevado al descanso por Van Persie y ya no actuó más, porque su selección quedó eliminada. De vuelta, en su nueva posición estuvo cuatro años en Liverpool, donde llegó a ser muy apreciado y querido por su entrega. Lamentablemente, sólo ganó una Copa de la Liga. En medio, fue fijo en la selección neerlandesa que llegó a la final del mundial de Sudáfrica. Estuvo muy a punto de ser campeón del mundo en un torneo en el que anotó un gol, en el debut contra Dinamarca. Dos años después, a punto de cumplir 32, ya fue suplente durante dos ratos en el fracaso naranja de la Eurocopa 2012, con eliminación en la primera fase.

Aquel verano, Kuyt rascó su último contrato en el extranjero, en el Fenerbahçe, donde amplió el palmarés con una liga, una Copa y una Supercopa y sin tantos vínculos tácticos como con el Liverpool. En 2014 aún tuvo una última alegría internacional. No jugó al inicio, pero fue importante para Louis van Gaal en una selección veterana que fue tercera en el mundial de Brasil, el canto del cisne de toda una generación. Durante el verano posterior, Kuyt comenzó a deshacer el camino. Volvió al Feyenoord, donde volvió a sentirse delantero centro durante dos años. En el primero de ellos anotó 19 goles y ganó la Copa. En el segundo, marcó menos pero el equipo se proclamó campeón de liga después de dieciocho años. Se podía haber quedado a disputar la Champions, pero con 36 años decidió que era momento de volver a casa, a Katwijk, y ponerse la camiseta blanquiazul del Quick Boys, aunque sólo fuera por algunos partidos, para decir adiós a su pasión.

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