dijous, 8 d’octubre del 2020

Dinamarca, 5- Yugoslavia, 0 (Euro 84-Primera fase)

247. Frank Arnesen (1-0)

Una de las claves de la gran generación danesa de mediados de la década de los ochenta, la que explotó en la Eurocopa de 1984 y en el mundial del 1986 y que se bautizó como Dinamita Roja, fueron sus extraordinarios centrocampistas. Con la ayuda de Morten Olsen, un futbolista total que actuaba de libre y que se sumaba a la zona ancha, la fortaleza física de los nórdicos aguantaba al equipo y permitía un ritmo altísimo durante los noventa minutos. Uno de los jugadores más destacados de esta zona del campo fue Frank Arnesen.


Al igual que ocurrió con compañeros suyos, como Soren Lerby, Jens Bertelsen o Klaus Berggreen, Arnesen era un prodigio físico. Jugador de registro más ofensivo que los dos primeros de esta lista, terminaba la temporada con cifras muy altas de goles, ya que aparte del juego combinativo y de la potencia física, tenía una buena llegada al área rival. Nacido en Copenhague, jugaba al Amager, un conjunto de la ciudad, cuando fue captado con diecinueve años por el Ajax post-Cruyff. Estuvo allí cinco temporadas en las que ganó tres ligas y una Copa. En 1981 fue fichado por un Valencia que salía de la época liderada por Kempes. Estuvo a punto de fichar por el Atlético de Madrid, pero los rojiblancos prefirieron a Hugo Sánchez. La primera temporada fue floja a nivel de equipo, aunque personalmente fue de menos a más y acabó con 13 goles. En la segunda, no jugó. Se lesionó el menisco y terminó el año en blanco. El verano de 1983, ambas partes separaron sus caminos.

Paralelamente, la selección danesa iba creciendo. No había disputado ningún mundial y tan sólo unas semifinales de la Eurocopa, en 1964. Pero la fase de clasificación para la Eurocopa del 1984 fue un antes y un después. Arnesen sólo pudo intervenir en un partido de la fase de clasificación, pero fue el definitivo, la victoria por 0-2 contra Grecia que daba el pasaporte a la selección para el torneo europeo de Francia y dejaba fuera  a Inglaterra por un punto. Los daneses incluso habían vencido en Wembley, con un gol de penalti de Allan Simonsen.

En 1983, Arnesen se unió a un Andelecht que acababa de ganar la Copa de la UEFA y que la primavera siguiente perdería la final por penaltis contra el Tottenham. Había recuperado las buenas sensaciones y se disponía a afrontar su primer gran torneo. En el debut, Dinamarca cayó contra Francia por culpa de un gol afortunado de Platini. Además, había perdido a Simonsen, con una lesión que retiraría del fútbol. Era necesario superarlo todo en el segundo duelo, contra Yugoslavia.

El gol

En Lyon se disputaba un partido a vida o muerte, ya que los balcánicos también habían perdido el primer partido, contra Bélgica. Pero aquella fue la primera exhibición del equipo de Sepp Piontek. Y la inició Arnesen con una jugada afortunada. Era el minuto 8 cuando recorrió la banda, en una acción de potencia se hizo un autopase y sólo él sabe si quiso centrar o remató a portería casi sin ángulo. Tuvo la suerte de que el portero Ivkovic no se esperara que el balón tomase aquella dirección y se lo acabó introduciendo en la portería. Ahora sería gol en propia puerta, pero entonces se le dio a Arnesen.


El jugador del Anderlecht aún marcaría otro gol en ese partido, de penalti, el 3-0. Antes, Berggreen había anotado el segundo y entre Elkjaer Larsen y Lauridsen cerraron la goleada. Arnesen volvió a transformar un penalti decisivo, el momentáneo 2-2, en la remontada contra Bélgica, 3-2, en el duelo crucial de la primera fase. Dinamarca parecía lanzada, pero España se le cruzó en el camino y cayó por penaltis, también en Lyon, en las semifinales. En la tanda, Arnesen no disparó ninguno porque había sido sustituido.

El centrocampista estuvo en el Anderlecht hasta el año posterior, en el que ganó la liga. Entonces inició una gran era en el PSV Eindhoven, ya los 29 años. En 1986 también formó parte del equipo danés que disputó el mundial de México. Allí jugó los tres partidos de la primera fase, pero una estúpida expulsión contra Alemania Federal dos minutos antes del final, cuando los daneses ya ganaban por 2-0, le dejó sin disputar los octavos. No se pudo enfrentar a España y vio desde la grada los cuatro goles de Butragueño que le dejaban fuera de su último gran torneo. La selección ya no entraría en la Eurocopa del 88, ni en el mundial del 90.

Pero aquella época fue positiva porque el PSV se paseó en los Países Bajos con tres ligas y una Copa y lo remató con la Copa de Europa de 1988. A causa de una lesión, no pudo disputar la final contra el Benfica , decidida por penaltis, pero había sido una pieza clave en las eliminatorias de cuartos de final y semifinales decididas por diferencia de goles contra el Girondins y el Real Madrid. Aquel PSV es el único equipo de la historia que ha ganado la Copa de Europa sin vencer en ninguno de los últimos cinco partidos. Todo fueron empates, a cero y a uno.

Visto su estado físico, aquel verano se retiró, con 33 años. Después ha desarrollado una destacada labor de despacho, como director deportivo de entidades del continente tan destacadas como el PSV, donde descubrió a Ronaldo, el Tottenham o el Chelsea. También lo fue del Hamburgo, del Metalist Kharkiv, del PAOK Salónica, de uno de sus equipos de jugador, el Anderlecht, y del Feyenoord. El talento organizativo en el campo lo supo trasladar después a los despachos, aunque corriendo mucho menos que en los derroches físicos de su época de jugador.

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