dissabte, 17 d’octubre del 2020

Italia, 1- Rumania, 1 (Euro 2008-Primera fase)

238. Christian Panucci (1-1)

En todos los grandes equipos y selecciones hay estrellas, jugadores que marcan la diferencia en momentos determinantes de los partidos. Pero sin un conjunto detrás, un esqueleto formado por trabajadores, jugadores fiables que aguantan toda la temporada con un rendimiento notable, el éxito no es posible. Este es el papel que, en el transcurso de toda su carrera, desarrolló el lateral italiano Christian Panucci.


Nacido en Savona, pronto fue captado por el Genoa, uno de los dos equipos de la capital de la Liguria cercana a su ciudad de llegada al mundo. Panucci era un jugador fuerte físicamente, de buena envergadura, que sólo aguantó dos años en Il Grifone. El Milan de Fabio Capello se fijó en él el verano de 1993, después de una temporada en la que, además, marcó tres goles, uno de los cuales al Inter, el eterno rival milanés. Y no pudo ir mejor. La primavera siguiente, los lombardos se proclamaban campeones de Europa con él jugando de lateral izquierdo en la final contra el FC Barcelona ante las bajas de los centrales Baresi y Costacurta, que obligaron a situar Maldini al eje de la retaguardia.

Con la selección sub-21 ya había sido dos veces campeón de Europa y llegó a la absoluta tras el subcampeonato del mundo en Estados Unidos. De todas formas, diversas circunstancias, sobre todo un enfrentamiento con el seleccionador, Arrigo Sacchi, provocaron que no pudiera disputar un gran campeonato hasta el mundial del 2002, en Japón y Corea, cuando ya tenía 29 años. Eso sí, jugó cuatro grandes temporadas en el Milan hasta que siguió los pasos de Fabio Capello y fichó por el Real Madrid, en 1996. Ganó la liga y se quedó, a pesar de la salida del técnico, para volver a ser campeón de Europa, en 1998.

Salió para ir al Inter, al Chelsea y al Mónaco y firmó por la Roma en 2002, justo el verano en que jugaría el mundial. No sabía que le esperaban ocho temporadas en la capital italiana. Fue a la Eurocopa de Portugal, pero no entró en la lista de Marcello Lippi en la selección campeona del mundo en Alemania, en 2006. El seleccionador lo ignoró, quizás pensando que con 33 años ya era demasiado mayor. Pero volvió a vestirse la camiseta azzurra. El cambio de seleccionador propició la llegada de Roberto Donadoni, ex compañero en el Milan. Por ello fue convocado para la Eurocopa de 2008, cuando ya tenía 35 años.

El gol

Panucci fue titular en el adverso debut, una derrota por 3-0 contra los Países Bajos y siguió formando parte del equipo en el decisivo segundo partido contra Rumania. Había que ganar, pero un error de Zambrotta había permitido a Mutu adelantar al equipo de los Cárpatos. Los vigentes campeones del mundo, sin embargo, sólo tardaron un minuto en reaccionar.



Fue en un córner a la derecha del portero Lobont. De Rossi lo lanzó muy pasado y Chiellini remató hacia el segundo palo. Parecía que el defensa Tamas podría rechazar el esférico, pero chutó al aire. Tras él, Panucci, siempre bien situado en las acciones de estrategia, sólo tuvo que poner el pie para empatar el partido. Fue uno de los cuatro goles que marcó en 56 partidos con la selección absoluta. Italia se salvó de perder porque Buffon le detuvo después un penalti a Mutu que habría significado la eliminación.

El empate parecía poca cosa, pero lo hizo bueno una victoria por 0-2 en el último partido de la fase contra Francia. Los transalpinos entraban en cuartos de final, pero allí se cruzaron con la selección española, que les dejó fuera del torneo en la tanda de penaltis. Aquel fue el último partido de Panucci con la camiseta nacional.

Aun alargó su carrera un año más en la Roma y otro con el Parma. Se retiró con 37 años en un espléndido estado físico e inició una tarea de entrenador que le llevó al Livorno, al Ternana y a una selección, la de Albania, que había entrado en la Eurocopa 2016 pero que, con él , no pudo hacer lo mismo con el mundial de Brasil. Fue relevado tras una derrota contra Turquía en el inicio de la fase de clasificación para la Euro 2021.

Panucci es una persona afortunada en la vida. Toda esta carrera, casi toda ella, no habría sido posible de no haber sido por el azar. En 1996 fue seleccionado para ir a los Juegos de Atlanta, pero dejó la concentración por una lesión. Tenía que tomar un vuelo de la compañía TWA de Nueva York a Roma, vía París, pero perdió el equipaje y tuvo que encontrar otra conexión con un avión de Alitalia que llegaba a Milán directamente. El primero de los aparatos, el de la TWA, se estrelló en uno de los accidentes más controvertidos y más dudosamente resueltos de la historia de la aviación civil en que murieron los 230 pasajeros.

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