dijous, 31 de desembre del 2020

Suiza, 1- Turquía, 2 (Euro 2008-Primera fase)

163. Arda Turan (1-2)

Hay jugadores dotados de un gran talento para jugar a fútbol, ​​ya sea para defender, para marcar goles o para mover al equipo. Algunos, incluso son capaces de entusiasmar a los aficionados con acciones de fantasía que se encuentran al alcance de muy pocos. Pero de estos, los que tienen una facilidad innata para practicar este deporte, existe un grupo que necesita disponer de un marcaje férreo por parte de los entrenadores para evitar que los venza la tendencia natural de dejarse llevar y no cuidarse suficientemente. Cuando esto no ocurre, los días de gloria se acaban. Es lo que sucedió con el turco Arda Turan.


Formado en la cantera del Galatasaray, es un media punta con capacidad asociativa,  posibilidades de deshacerse de los contrarios con un buen regate, ver el espacio para dar el último pase y también con una buena relación con el gol. Después de un año cedido, se estableció en el primer equipo del conjunto de Estambul y debutó en una selección que en el último medio siglo sólo había disputado dos Eurocopas y un Mundial, curiosamente con buen resultado en dos de estos tres torneos. En 2008, con 21 años, ganó la liga con su club y ya estaba consolidado en la selección de Fatih Terim, en la que había debutado dos años antes. Turquía se clasificó para la Eurocopa de Suiza y Austria con un punto de ventaja sobre Noruega gracias a un triunfo final contra Bosnia y Arda Turan ya era una de sus estrellas emergentes.

Sin embargo, el veterano seleccionador no contó con él para el debut, que vio en el banquillo en toda su integridad. La derrota ante Portugal (2-0) provocó cambios y uno fue su entrada en el segundo enfrentamiento, ante Suiza, uno de los anfitriones. El partido, disputado bajo una intensa lluvia en Basilea, no comenzó demasiado bien, con un gol de Hakan Yakin para los helvéticos en la primera parte. En la reanudación, empató Semih Sentürk. Los suizos lo fallaron todo y más y, en el último minuto, el gran golpe.


Los turcos iniciaron un contraataque, ya en tiempo de descuento, que terminó con un cambio de orientación hacia el lado izquierdo. Arda recogió el balón, fue hacia el centro, marchándose de dos rivales, y cuando estuvo bien posicionado chutó fuerte. El balón dio en el central Müller y venció la posición del portero Benaglio. Suiza quedaba eliminada, ya que también había perdido el primer partido, y Turquía entraba en la lucha. Una lucha que siguió en el siguiente partido, en el que los otomanos remontaron un 0-2 contra la República Checa, con otro gol de Arda Turan, el primero, y dos de Nihat en los minutos finales que dejaban a los checos fuera de combate. En los cuartos de final, siempre con Arda de titular, otra batalla agónica, con empate contra Croacia en el último minuto de la prórroga y triunfo en los penaltis. en los que él transformó el suyo. Pero el jugador del Galatasaray no pudo jugar las semifinales contra Alemania por acumulación de tarjetas y Turquía las perdió por 3-2. Sin embargo, habían hecho un gran torneo.

Arda jugó tres años más en el Galatasaray, sin ningún título, cuando en 2011 fichó por un Atlético de Madrid que iba a la deriva. Pero a media temporada llegó Diego Simeone al banquillo y todo cambió. El argentino dio al turco la responsabilidad de conducir su ataque y llegaron los mejores años de su carrera, con una disciplina hasta ahora desconocida para él. Impresionante fue su temporada 2013-14, en la que ganó la liga y estuvo a punto de hacerlo con la Champions. Durante este periodo no pudo disputar ningún gran torneo con la selección, eliminada en todas las previas, pero él se convirtió en un jugador cotizado y el año siguiente, con 27, fichó por el FC Barcelona por 34 millones de euros.

Tuvo que estar medio año sin jugar, por la sanción de la UEFA contra el club, y cuando volvió mostró destellos de su calidad, pero en cuentagotas. En el Camp Nou, la exigencia, sobre todo física, no fue la misma que en el Calderón y su rendimiento fue bajando a las órdenes de Luis Enrique. Cuando este se marchó y dejó su lugar a Valverde, en 2017, Arda ya no contaba para los azulgrana, que lo cedieron al Istanbul Başakşehir. Antes, en 2016, había disputado una Eurocopa de Francia de agrio recuerdo para él, ya que fue el centro de las iras de la afición turca por las derrotas ante Croacia y España en los dos primeros partidos.

Ya en Barcelona y, sobre todo cuando se marchó, había comenzado el declive. Problemas con los árbitros, primero, mala vida, después, y un incidente con una estrella del pop, Berkay Sahin, con quien se peleó. Le rompió la nariz y, cuando fue al hospital a pedir disculpas, apareció con una pistola y disparó al suelo. Fue condenado a dos años y ocho meses de prisión, que no cumplirá si no reincide en los próximos años. La ayuda del presidente del país, Recep Tayyip Erdogan, testigo de su segunda boda, en 2018, debió de irle bien. Pero él, con 33 años ya es un exjugador, ni que no haya oficializado su retirada.

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