dilluns, 28 de desembre del 2020

República Checa, 2- Italia, 1 (Euro 96-Primera fase)

166. Radek Bejbl (2-1)

Los equipos de fútbol disponen de estrellas, de especialistas en ciertas posiciones y de una tercera categoría de jugadores, los que tienen un juego no tan vistoso. No tienen porque ser jugadores duros, que hagan muchas faltas, pero sí que sepan situarse cuando el resto están descolocados para dar equilibrio al grupo, que roben muchos balones y que puedan cubrir deficiencias. Normalmente, son futbolistas fuertes físicamente y actúan delante de la defensa. Algunos, incluso, disponen de buena llegada al área contraria. Estas eran las características del centrocampista checo Radek Bejbl.


Tenía 23 años cuando afrontó la Eurocopa de 1996 y era uno más de los desconocidos y jóvenes talentos de la selección que fue finalista del torneo. Nacido en Nymburk, pocos kilómetros al este de Praga, Bejbl se formó en la cantera del Slavia y llegó a ser internacional absoluto por la extinta Checoslovaquia en dos ocasiones antes de que el país se partiera en dos, en 1993. pero no contaba mucho para el seleccionador, Dusan Uhrin, en la fase de clasificación, de la que no disputó ningún partido. De todos modos, una buena temporada en su equipo, con ocho goles anotados en una liga ganada por el conjunto rojiblanco, y su participación en el extraordinario papel en la Copa de la UEFA, en la que el Slavia llegó en las semifinales, le hicieron entrar en la lista definitiva para el torneo de selecciones.

Bejbl ya fue titular en el partido contra Alemania, el del debut en el torneo. No fue muy bien, con derrota por 2-0, pero su trabajo debió gustar a Uhrin, que le mantuvo para el segundo enfrentamiento, contra Italia. Una derrota dejaba a la República Checa fuera de su primer gran torneo como nuevo país.


El gol

El partido comenzó muy bien, con un gol de Nedved a los cuatro minutos de juego. Pero Enrico Chiesa empataba a los dieciocho y todo volvía a empezar. Fue justo después de la media hora de enfrentamiento cuando Radek Bejbl se presentó a los que aún no lo conocían.



Los checos jugaban en aquel campeonato con un solo punta, Pavel Kuka, pero no era estático. Caía mucho a las bandas y esto provocaba que los centrales rivales no supieran a quien seguir, ya que en el área no quedaba nadie. Era territorio propicio para que llegaran los jugadores de segunda línea. Había pasado en el primer gol, y pasó en el segundo. Kuka se movió hacia la derecha, envió un centro al punto de penalti y Bejbl, llegando desde muy lejos, puso el interior del pie tal como venía el balón y superó al portero Peruzzi. Italia ya no se recuperaría del golpe y los checos ganarían el partido por 2-1.

El centrocampista del Slavia disputó todos los minutos del campeonato menos en las semifinales, en las que estaba sancionado por dos tarjetas amarillas. En el siguiente partido, empate a tres agónico contra Rusia y acceso a cuartos; en esta ronda, triunfo contra Portugal con un gol de Poborsky; en semifinales, sin él, victoria por penaltis; y en la final, los checos se adelantaron con un penalti transformado por Berger, pero tuvieron que ceder con los dos goles de Bierhoff, el segundo, de oro.

La Eurocopa sirvió a Bejbl para empezar a ser conocido y lo fichó otro equipo rojiblanco, un Atlético de Madrid que había conseguido el doblete de liga-Copa en la temporada anterior. Con los colchoneros pudo disputar la Champions esa misma temporada. Se mantuvo en el Calderón cuatro cursos de rendimiento constante pero en los que sólo marcó dos goles, ambos en el primer año. La aventura terminó muy mal, con el descenso del año 2000. Él, además, se perdió por lesión la final de Copa en la que su equipo caería contra el Espanyol en Mestalla.

Durante aquellos años había seguido asistiendo a los partidos de la selección, con la que fue tercero en la Copa Confederaciones de 1997. No se clasificó para el mundial de Francia. De hecho, terminó su carrera sin disputar ninguna Copa del Mundo. Pero en aquel nefasto año 2000 como mínimo entró en la lista para la Eurocopa. Allí disputó los tres partidos de la primera fase, el primero, entrando desde el banquillo y los otros dos, de titular, pero sustituido en la segunda parte, con dos derrotas, un triunfo contra Dinamarca y la eliminación a las primeras de cambio . Sólo sería ocho veces más internacional, hasta el final de la fase de clasificación para la Copa del Mundo del 2002, en que Chequia perdió el play-off clasificatorio contra Bélgica. Bejbl ya no jugó aquella eliminatoria.

Había decidido cambiar de aires en 2000, visto que el Atlético estaba en Segunda, y fichó por el Lens francés. Estuvo dos años. En el primero jugó bastante y ​​el equipo se salvó por poco del descenso. En el segundo, no contó para el técnico, Joel Müller, y sólo actuó cuatro minutos en todo el año en un equipo que quedó segundo en la liga y entró en la Champions. Volvió al Slavia con 30 años, buscando recuperar el tiempo perdido y posiblemente su lugar en la selección, pero ya no estaba en los planes del seleccionador, Karel Brückner, y no fue de los elegidos en la lista para el torneo de 2004 en Portugal, en el que los checos mostraron el mejor fútbol. En 2005 inició una última etapa en el extranjero, en la vecina Viena, con el Rapid, y cerró su trayectoria en el Slovan Liberec, en 2008, doce años después de aquella Eurocopa que le hizo ganarse un nombre en el continente.

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