divendres, 4 de desembre del 2020

Bélgica, 3- Irlanda, 0 (Euro 2016-Primera fase)

190. Romelu Lukaku (1-0 y 3-0)

La actual selección belga de fútbol, ​​número 1 del ranking mundial, ha crecido en los últimos años basándose en un importante grueso de jugadores provenientes de la migración de sus padres. En la mayoría de los casos, los futbolistas son belgas con todas las letras, porque ya nacieron en el país, pero tienen raíces no tan lejanas en países mayoritariamente africanos, del Magreb o del centro del continente. Muchos, por ejemplo, provienen de la República Democrática del Congo, anteriormente llamado Zaire y, aún antes, Congo Belga. Es el caso de un prodigio físico, el delantero Romelu Lukaku.


Porque el padre de Lukaku, Roger, fue un futbolista profesional nacido en Kinshasa y que, después de comenzar su carrera en África, fue fichado en 1990 por el FC Boom, un conjunto de las afueras de Amberes. Tres años después, justo la temporada en que abandonó el equipo y fue contratado por el Seraing, de la parte francófona del país, nació Romelu. La carrera del progenitor se desarrolló completamente en Bélgica, excepto una temporada en el Gençlerbirliği turco, por lo que tanto Romelu como su hermano Jordan, también profesional e internacional y un año menor, crecieron en Amberes.

Las condiciones físicas de Romelu Lukaku, delantero como su padre y zurdo cerrado, fueron apreciadas rápidamente. Fue captado por el Lierse y en su primera temporada anotó 121 goles en 68 partidos. Estas cifras llamaron la atención de uno de los grandes clubes del país, el Anderlecht, que lo fichó. Él siguió a su bola, con 131 goles en 92 partidos en el equipo juvenil de Bruselas. Ante este potencial, debutó muy pronto con el primer equipo. Y lo hizo en un duelo exigente, la vuelta de una eliminatoria por el título contra el Standard. Entró veinte minutos pero no pudo conseguir el gol que habría conducido a la prórroga. El equipo de Lieja se llevó el título.

Pero Romelu ya tenía el pie en el primer equipo. El año siguiente debutaría con la selección y en noviembre marcaría sus dos primeros goles, con diecisiete años, en un triunfo por 0-2 en Rusia. Medio continente ya hablaba de él como una estrella de futuro. Con el Anderlecht ganó la liga y no disputó antes una gran competición de selecciones porque Bélgica seguía en una travesía del desierto en cuanto a clasificaciones para la Eurocopa o mundiales que finalizaría pronto.

Se veía venir que Lukaku no podía seguir mucho tiempo en el Anderlecht y se fue el Chelsea, que se lo llevó por 15 millones de euros, una cifra alta para alguien tan joven, en 2011. En Londres, sin embargo, pagó un mal año del equipo en la liga, con Vilas-Boas en el banquillo primero, y con Roberto di Matteo, después. Curiosamente, el Chelsea ganó de manera inesperada la Liga de Campeones, pero el joven Romelu no intervino ni un minuto en la consecución del título. Vistos los resultados, se marchó cedido al West Bromwich Albion, donde sí se hizo notar. Marcó 17 goles y se ganó el regreso a Stamford Bridge.

Pero entonces se encontró de cara con José Mourinho. La cosa ya empezó mal, porque un penalti errado por él supuso la pérdida de la Supercopa contra el Bayern de Guardiola. Después, el técnico portugués le ignoró y en invierno lo tuvieron que ceder al Everton, que es donde experimentó el gran crecimiento. En Goodison Park, durante cuatro temporadas anotó 68 goles y se convirtió en un nombre de referencia en la liga. La cesión se convirtió en compra por 35 millones de euros y, además, intervino en un gran campeonato con la selección.

Porque ahora Bélgica ya era fuerte. Con Marc Wilmots en el banquillo, jugó el mundial de 2014 con cuatro partidos y un gol, en la prórroga de los octavos de final contra Estados Unidos. Sin embargo, el entrenador no le daba toda la confianza. De hecho, en el duelo de cuartos contra Argentina prefirió a Divock Origi como titular. Wilmots, sin embargo, siguió en el cargo hasta la Eurocopa de 2016 con la condición de hacer canviar el juego del equipo y su competitividad.

Los goles

Bélgica ya era una de las favoritas al título y seguramente pagó la presión en el debut, una derrota por 0-2 contra la rocosa Italia en la que se escucharon protestas contra el juego del equipo. Estas siguieron en la primera mitad contra Irlanda, en Burdeos. El 0-0 ponía nerviosa a la afición, pero todo cambió en tres minutos.



Bélgica encontró durante toda la segunda mitad una autopista por la banda derecha de su ataque que comenzó a explotar Kevin de Bruyne. Este avanzó con potencia en una transición y cedió a Lukaku, quien tuvo tiempo de parar la pelota, mirar y chutar colocado lejos del alcance del portero Randolph. El segundo gol llegó por la misma banda, un centro de Meunier que cabeceó Axel Witsel. Y el tercero, también, en una acción espectacular de Eden Hazard.



El entonces jugador del Chelsea se escapó por poco de la entrada al límite de Ciaran Clark en el centro del campo, avanzó con potencia y jugó muy bien el dos contra uno para descargar a Lukaku quien, solo en el área, volvió a marcar . Después, lo fue a celebrar con la afición poniéndose las manos en las orejas como queriendo pasar factura por las broncas anteriores. Bélgica pasó a octavos, donde hizo el mejor partido, derrotando a Hungría por 1-4, pero cayó en los cuartos de manera clara y sorprendente ante Gales por 3-1 en un baño de humildad para el equipo que costó el lugar a Wilmots.

En 2017, Lukaku protagonizó uno de los fichajes más caros del mercado. El Manchester United lo contrató por 84 millones de euros y allí se reencontró con un José Mourinho que esta vez sí contó con él. Su rendimiento en Old Trafford fue bueno, pero el nivel general del equipo no lo acompañó. Cerró dos campañas sin ningún título. Además, Mourinho dejó su lugar en la segunda temporada en manos de Ole Gunnar Solskjaer. En medio, participó en el mundial de Rusia. Ya como delantero titular indiscutible, sus cuatro goles ayudaron a Bélgica a terminar en tercera posición, la mejor clasificación en su historia en una Copa del Mundo. Durante el verano pasado, pensó que era bueno un cambio de aires y fichó por el Inter de Milán por 74 millones de euros. Su rendimiento en Italia ha sido espectacular. Ha marcado 34 goles en todas las competiciones y ha dejado el equipo, que no gana un título desde 2010, a un punto de la liga y con una derrota por 3-2, con un gol suyo, en la final de la Europa League contra el Sevilla. Con 27 años, y con la Eurocopa del 2021 a la vista, aún falta por ver, seguramente, lo mejor de Romelu Lukaku.

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