dijous, 24 de desembre del 2020

 Suecia, 1- España, 2 (Euro 2008-Primera fase)

170. David Villa (1-2)

La selección española fue la total dominadora del fútbol mundial entre los años 2008 y 2012. Ganó dos Eurocopas y una Copa del Mundo en este periodo de tiempo gracias a un juego combinativo y de sometimiento total del adversario, que disponía de muy poca posesión de balón y, por tanto, de pocas posibilidades de hacerle daño. A veces, el juego del equipo era demasiado barroco y le costaba reflejar en goles todo su caudal de fútbol. De hecho, ganó la Copa del Mundo imponiéndose por 1-0 en todas las eliminatorias. Es curioso disponiendo de quien fue el máximo goleador de dos de los tres torneos, los que pudo jugar. Era el asturiano David Villa.


El Guaje, denominación asturiana para hablar de los chicos jóvenes, fue descartado por la cantera del Real Oviedo y, tras unas temporadas jugando al Langreo, fue captado por las categorías inferiores del eterno rival, el Sporting de Gijón. Jugador de baja estatura, pero rápido, intuitivo y letal en las desmarques y la resolución ante los porteros, el talento de Villa le hizo debutar con el equipo costero en la última jornada de la temporada 2000-01, media hora contra el Córdoba, en Segunda División. En las dos temporadas siguientes anotó 38 goles en la categoría de plata y fue fichado por el Zaragoza. Por lo tanto, no pudo actuar nunca con el equipo sportinguista a Primera.

En la Romareda, Villa dio un salto de calidad importante. Durante dos temporadas anotó 32 goles en la liga y en la segunda fue convocado por primera vez con la selección absoluta. Fue media parte en una goleada por 5-0 contra San Marino. Sería la primera de sus 98 internacionalidades absolutas, con 59 goles conseguidos, mejor marca de la historia del equipo español. Con el Zaragoza ganó una Copa, con gol suyo en la final contra el Real Madrid, ganada por 2-3, y una Supercopa y en 2005 fichó por el Valencia.

Aunque en Mestalla sólo ganó una Copa del Rey en cinco años, marcó 130 goles y se convirtió en un ídolo de la afición. Paralelamente, su papel en la selección había ido creciendo. Jugó el mundial de 2006 en Alemania, en el que anotó tres goles y, en 2008, había ganado el pulso con el madridista Raúl por ser el 7 titular del equipo. Justo después de su triunfo en la Copa, que disimulaba una mala temporada a nivel de grupo en Valencia, llegó la Eurocopa del 2008, en Austria y Suiza.

Y no pudo empezar de mejor manera. España ganó por 4-1 a Innsbruck con tres goles suyos y otro de Cesc Fàbregas. El segundo enfrentamiento era contra Suecia en el mismo estadio y una victoria daba la clasificación virtual para los cuartos de final.


El gol

El partido fue muy cerrado. España se adelantó con un gol de Torres en la primera parte, pero los nórdicos igualaron con un remate de Zlatan Ibrahimovic. A punto de entrar en el tiempo de descuento, llegó, de la nada, la jugada decisiva.


Fue en una recuperación española en defensa. El lateral Capdevila salvó que el esférico saliera del campo por la línea de banda y, sin esperarlo, le salió un genial pase en profundidad por encima de Nilsson, que chocó con Torres, y de Mellberg. Villa se adelantó al otro central, Hansson, tocó el balón en un autopase y consiguió quedarse solo frente al portero Isaksson, al que superó de un tiro cruzado. Era el gol de la victoria, y su última anotación en una Eurocopa.

Esto fue así porque Villa descansó en el tercer partido, contra Grecia, y se lesionó en la primera parte de la semifinal contra Rusia, con lo que no pudo disputar la final que España ganaría ante Alemania por 1-0. En la siguiente Eurocopa, la del 2012, no podría participar por una fractura de tibia que lo dejó fuera del torneo.

Tras el éxito de la Eurocopa, Villa jugó dos buenos años con el Valencia y, en 2010, se proclamó campeón del mundo en Sudáfrica, con cinco goles suyos en el campeonato. Esta vez sí que jugó la final, aunque la gloria del gol decisivo se la llevó Iniesta. Ese mismo verano, con 28 años, fichó por el FC Barcelona, ​​donde a las órdenes de Guardiola tuvo que partir desde la banda izquierda para dejar espacio a Messi. En su primer año ganó la liga y la Champions, con gol suyo en la final de Wembley contra el Manchester United (3-1).

Los dos siguientes años en Barcelona terminaron con una liga, una Copa, un mundial de clubes y una Supercopa europea, como títulos más importantes, pero entre uno y otro sufrió la lesión que lastró y que no le dejó ir a la Eurocopa. El verano de 2013, dejó el FC Barcelona, ​​después de haber disputado la Copa Confederaciones con España, con subcampeonato y tres goles anotados, y fichó por el Atlético de Madrid, con el que ganó la liga en su único año en la capital española. Aquel verano volvía a tocar mundial, esta vez en Brasil. Y ya nada fue igual. Villa ya era suplente y sólo jugó el partido intrascendente contra Australia, en el que marcó su último gol en una Copa del Mundo. Es el único español que lo ha conseguido en tres torneos consecutivos.

Fue entonces, con 32 años, cuando decidió probar otras ligas. Lo hizo bien en Estados Unidos, con el New York City. Tanto, que se ganó una última internacionalidad, en un duelo contra Italia en 2017, a las órdenes de Julen Lopetegui. Después de tres años, jugó una última temporada con el Vissel Kobe japonés, junto a Andrés Iniesta, donde consiguió un título, la Copa del Emperador. Ya retirado, se dedica a hacer crecer su escuela de fútbol y también se ha embarcado en la creación de una nueva franquicia de fútbol en Estados Unidos.

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