diumenge, 17 de gener del 2021

Ucrania, 0- Irlanda del Norte, 2 (Euro 2016-Primera fase)

146. Gareth McAuley (0-1)

La mayoría de futbolistas tiene trayectorias esforzadas y lejos del foco mediático. No son tantos los que llegan a las primeras divisiones de los respectivos países y aún menos los que pueden jugar partidos internacionales. A los 36 años, la carrera de un jugador va llegando al final, si no se ha terminado ya. Por eso, que tengas la oportunidad de debutar en un gran campeonato con tu país a esta edad es una alegría, y que marques un gol decisivo, aún más. Aunque el destino suele ser cruel y te lo puede quitar casi todo con sólo nueve días de diferencia. Es lo que le pasó, en una historia que veremos en dos capítulos, al central norirlandés Gareth McAuley.


McAuley tenía sólo dos años y medio cuando Irlanda del Norte llegó a la segunda fase del mundial de España 82 y seis y medio cuando disputó su último gran campeonato, el mundial de México. Allí, Colin Clarke anotó el último gol de la formación verde en un torneo importante, en una derrota contra los españoles por 2-1. Treinta años después, los norirlandeses habían conseguido clasificarse para un gran torneo, la Eurocopa de 2016 en Francia, y aquel tenía que ser el brillante punto final a la carrera internacional de McAuley.

El central jugaba en el West Bromwich Albion desde hacía cuatro años y estaba viviendo sus mejores momentos, con continuidad a una Premier League que no había disfrutado hasta los 32. Nacido en Larne, al norte de Belfast, se trasladó a la capital para jugar a fútbol en el Linfield y después de pasar por el Crusaders y el Coleraine, los principales clubes del país, y ya con 24 años, pudo salir y fichó por el Lincoln City, un conjunto del cuarto nivel inglés. En aquellos años debutó con la selección de Irlanda del Norte, un conjunto que quedaba siempre lejos de clasificarse para las grandes citas. Su motivación era defender la camiseta del país y hacerlo lo mejor posible, pero la reducida cuota de equipos que podían entrar en un mundial o una Eurocopa hacía inviable la clasificación. De hecho, su selección no estuvo nunca a menos de cinco puntos de conseguirlo.

Dos temporadas después de llegar al Lincoln fue escalando. Encadenó cinco ejercicios seguidos en el Championship, la segunda división del fútbol inglés, entre el Leicester y el Ipswich Town. Destacaba también por su potencia a la hora de cabecear las acciones a balón parado. Con este último equipo llegó a marcar cinco goles en una liga. Fue en 2011, ya con 31 años, cuando lo fichó el West Brom y, entonces, todo lo que había ido a cámara lenta hasta entonces se precipitó. Encadenó cinco temporadas seguidas en la máxima categoría inglesa jugando regularmente y siendo clave para las salvaciones, e incluso alguna buena posición, de su equipo. Además, la UEFA había decidido ampliar la Eurocopa a 24 países y eso daba más opciones en Irlanda del Norte.

La selección consiguió reunir a un buen grupo de jugadores. No había ninguno que destacara, pero a las órdenes del técnico, Michael O'Neill, formaban un buen clan y hacían valer el ambiente de Windsor Park en los partidos en casa. Encima, les tocó un grupo asequible de clasificación para la Eurocopa de 2016 y no lo desaprovecharon. Irlanda del Norte entró por la puerta grande al torneo como campeona de grupo, ante Rumanía, también clasificada, Hungría, que lo hizo en la repesca, y las eliminadas Finlandia, Islas Feroe, a quien McAuley marcó tres goles, y Grecia, totalmente hundida. A los 36 años, el central de la esforzada carrera jugaría un gran torneo.


Los goles

El debut se saldó con una derrota mínima contra Polonia (1-0), con un gol de Milik, en un partido en el que demostraron que sería complicado superar su entrega y fuerza defensiva. El segundo choque era contra Ucrania, que había caído en el estreno contra Alemania. Era el partido vital para aspirar a algo. Y a los cuatro minutos de la reanudación, llegó el gran momento de la carrera de McAuley.


Fue en una falta lateral que, como ocurre siempre con los equipos británicos, es sinónimo de peligro. La acción fue simple. Oliver Norwood colgó el balón y McAuley (1,95 metros) ganó la acción al gigantesco Khacheridi (1,98) y batió un estático Pyatov. El gol, el primero de los norirlandeses en una fase final desde el de Colin Clarke en México, fue decisivo para que Irlanda del Norte controlara el partido hasta que, en tiempo de descuento, llegó la segunda anotación, de Niall McGinn en una contra, que lo dejó todo liquidado.

Esta fue la primera parte de la intervención de McAuley en la Eurocopa. Irlanda del Norte entró en la segunda fase, a pesar de perder el tercer partido del grupo contra Alemania por 1-0, por culpa de un gol de Mario Gómez. Pero dentro de unos días se explicará en esta lista cómo fue la eliminación de los británicos del torneo, en la que el central tuvo mucho que ver.

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