dijous, 14 de gener del 2021

Rumania, 0- Portugal, 1 (Euro 2000-Primera fase)

149. Costinha (0-1)

El equilibrio es vital en todos los equipos de fútbol. No se puede ser excesivamente defensivo y no tener salida al ataque, ni alocadamente ofensivo y dejar descuidada la defensa. Los jugadores que desempeñan la función de medio centro son esenciales en el trabajo de no dejar que haya demasiada distancia entre las dos partes de un equipo y de corregir errores de los compañeros. Pero ello era tan apreciado por sus técnicos el portugués Francisco José Rodrigues da Costa, conocido como Costinha.


Su carrera no fue fácil y tuvo que picar mucha piedra para llegar a lo alto. Nacido en Lisboa, de padre angoleño, llamó la atención del Mónaco cuando ya estaba a punto de cumplir 23 años y no había debutado en la máxima división de su país. Su paso por el Nacional de Madeira, cuando el equipo estaba en Segunda, despertó el interés de los espías del club del principado. Se trasladó allí en 1997, su participación, durante cuatro temporadas, fue en aumento e, incluso, en el 2000 ganó la liga. Fue la época en que debutó con la selección, aunque lo hizo esporádicamente, en un amistoso contra Eslovaquia en que salió 23 minutos en el campo.

Pero su buena temporada en Francia provocó que el técnico, Humberto Coelho, les hiciera ir a un par de amistosos antes de la Eurocopa de Bélgica y los Países Bajos de 2000. Le convenció y le hizo entrar en la lista para el torneo. El doble pivote titular era el formado por Vidigal y Paulo Bento. Con ellos, Portugal derrotó por 3-2 a Inglaterra, aunque dejó crear muchas ocasiones al rival. El segundo enfrentamiento era ante Rumanía, y Costinha volvía a iniciarlo desde el banquillo.


El gol

El partido fue muy espeso y parecía que acabaría con empate a cero. A los 88 minutos, Coelho hizo entrar a Costinha, que entonces ya tenía 26 años, en el campo en el lugar de Rui Costa, más que nada para no perder el punto ya conseguido, que no era malo teniendo en cuenta los tres que la selección ya tenía en el zurrón. Pero en un minuto cambió todo.


Portugal tuvo su última llegada en una falta lateral, por la izquierda del ataque. Todo el mundo fue hacia el área. Figo, con la técnica habitual, puso el balón pasado. El portero Stelea lo esperaba en el segundo palo. Pero no previó que alguien se le adelantaría. Fue Costinha, que entró como un tráiler e introdujo el balón con la cabeza en el fondo de la portería. Nada sería lo mismo para el jugador desde aquel gol de Arnhem, que daba los tres puntos al equipo.

Porque con la clasificación ya conseguida, Coelho dio oportunidades a los suplentes contra Alemania, y éstos hicieron un partido tan bueno que lo ganaron por 3-0 y obligaron al entrenador a repensar el once para los cuartos de final. Costinha se hizo un hueco en la titularidad, en el lugar de Vidigal. El equipo derrotó por 2-0 Turquía, pero perdió en las semifinales contra Francia por culpa de un penalti transformado por Zidane.

Costinha jugó un año más en Francia antes de debutar, en 2001, en la liga de su país con el Oporto. El técnico era Octávio Machado, pero los malos resultados supusieron su destitución y la llegada de José Mourinho, con quien cambió todo. Costinha no fue convocado para el mundial de 2002 por António Oliveira, pero una vez éste dejó el cargo, tras el fracaso en el torneo, y entró Luiz Filipe Scolari, ya no dejó el puesto de titular. Mientras tanto, ganó la UEFA con el Oporto en 2003 y la Champions de 2004. También fue convocado para la Eurocopa de su país, en la que fue titularísimo y subcampeón, al perder la final ante Grecia. Costinha no era un ejemplo de gran técnica, pero cortaba balones durante todo el partido, abarcaba mucho campo, ponía la pierna con fuerza y, a pesar de que su juego no era lucido, era extraordinariamente útil.

En 2005, tras un año en blanco sin Mourinho, y ya con treinta, dejó el Oporto y, después de un paso por el Dinamo de Moscú de una temporada, lo fichó el Atlético de Madrid. Aquel verano disputó su segundo mundial, el de Alemania, en el que volvió a arrancar de suplente, fue expulsado en un durísimo partido de octavos contra los Países Bajos en Núremberg y terminó jugando la semifinal y el partido por el tercer puesto . En 2007, fichó por el Atalanta, pero las continuas lesiones le hicieron abandonar el fútbol habiendo jugado sólo un partido con el equipo de Bérgamo.

Costinha inició una etapa de entrenador que le llevó a muchos banquillos de la máxima división portuguesa, como los del Beira Mar, el Académica, el Paços Ferreira o el Nacional, donde había jugado antes de irse a Francia. Logró el éxito al ascender a los isleños a la máxima categoría, en 2018. Su juego táctico de siempre lo hace ser bueno para dirigir equipos. Aunque comenzó tarde al máximo nivel, se retiró con 53 internacionalidades y dos goles, uno contra Inglaterra en un amistoso pero, sobre todo, el de la Eurocopa de 2000, el que le abrió definitivamente las puertas de la élite.

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