diumenge, 10 de gener del 2021

Portugal, 3- Alemania, 0 (Euro 2000-Primera fase)

153. Sergio Conceiçao (1-0, 2-0 y 3-0)

Hay jugadores que han completado una carrera notable pero no han podido ir más allá porque se encontraron un muro delante, sobre todo en el terreno internacional. Son futbolistas de buen nivel que no han destacado tanto en sus selecciones porque les cerraba el paso un compañero, en su posición, que era mejor. Durante el paso del siglo XX al XXI sucedió con el equipo de Portugal, que disponía de una gran figura mundial, partiendo desde la banda derecha, como Luis Figo. Seguramente esto le restó protagonismo a un elemento tan valioso como el extremo Sergio Conceiçao.


Nacido en Coimbra y formado en la cantera del Académica, llegó relativamente tarde al Oporto, a los 22 años, después de haber pasado por otros conjuntos de inferior categoría y haber debutado en Primera con el modesto Felgueiras. Sus actuaciones provocaron que los Dragoes le contrataran en 1996 y su impacto en el equipo fue inmediato. Ganó la liga los dos años y también una Copa y llegó a los cuartos de final de la Champions. Conceiçao era un extremo de los de toda la vida, pero con mucha capacidad para llegar a posiciones interiores y con una buena relación con el gol. En su segundo año en Das Antas, por ejemplo, anotó ocho en la liga.

Desde que fichó por el Oporto fue entrando progresivamente entró en la selección. No solía ser de los titulares, pero tenía cierto protagonismo. El equipo quedó fuera del mundial de Francia, del 1998 por un solo punto no entró a la repesca, lugar que le arrebató una Ucrania que al final tampoco se clasificaría. Pero de cara al 2000, el equipo se había reforzado y él también había dado un giro a su vida. Durante el año de la Copa del Mundo había fichado por la Lazio, entonces uno de los equipos más poderosos de Italia, como demostró con la Recopa y la Supercopa de Europa de 1999 y, sobre todo, con la liga y la Copa del año siguiente. Él era una de las piezas claves de aquel esquema del sueco Sven-Göran Eriksson y fue convocado para la Eurocopa de Bélgica y los Países Bajos, su primer gran torneo internacional.


Los goles

Pero en el equipo nacional no era de los que iniciaban los partidos. El técnico, Humberto Coelho, prefería un esquema con tres medias puntas, Figo, Joao Pinto y Rui Costa, y un delantero centro, Nuno Gomes, que había quitado el sitio a Pauleta por sanción de éste en el primer partido. Conceiçao entró de suplente en las victorias contra Inglaterra y Rumania que garantizaban el primer puesto del grupo. Quizás si esto no hubiera pasado, si Costinha no hubiera marcado un gol en el último minuto en el segundo de los enfrentamientos, no habría sido titular en el tercero, contra una Alemania que se lo jugaba todo. Y quizás no habría llegado su gran día vestido de rojo.


Un gran día que comenzó en el minuto 35 de un enfrentamiento que los portugueses encararon con el equipo de teóricos suplentes. Una combinación entre el lateral Rui Jorge y Pauleta por la banda izquierda acabó con un centro envenenado por encima de Kahn. Este persiguió el esférico por el aire pero antes llegó un Sergio Conceiçao muy valiente, que se jugó el físico poniendo la cabeza e introduciendo el balón en la portería antes de recibir el golpe de rigor del irascible portero alemán . Era el inicio de un festival que se alargaría en la segunda parte.


Era el minuto 9 cuando recibió un cambio de orientación de Nuno Capucho y entró hacia el medio desde la banda derecha. Conceiçao era diestro, pero tenía un buen dominio de la pierna menos hábil. Así, cuando llegó a la frontal del área disparó. El tiro iba centrado y parecía fácil para Kahn, pero éste cometió uno de los errores que cometía de vez en cuando por exceso de confianza y se tragó el 2-0. Pero aún faltaba más.


Diecisiete minutos más tarde, con un equipo alemán medio eliminado y jugando a la desesperada, fue Sá Pinto quien entró entre los centrocampistas y los defensas rivales como quiso y descargó hacia la derecha, para que nuevamente Conceiçao cruzase el esférico sobre Kahn y completara su hat-trick más recordado. Además, la exhibición tuvo efecto, ya que el técnico cambió el esquema para meterlo en el partido de cuartos de final, ganado contra Turquía por 2-0, y prescindió de Joao Pinto en las semifinales contra Francia . Conceiçao jugó los noventa minutos contra los otomanos y el partido y la prórroga contra los galos, hasta que el gol de oro de penalti de estos dejó fuera a los portugueses, a un solo paso de la final.

Todo iba bien en su carrera, pero aquel verano la Lazio decidió colocarlo en la operación del traspaso de Hernán Crespo, proveniente del Parma y se vio obligado a hacer las maletas. Con el equipo parmesano no lo hizo mal e incluso fue finalista de la Copa de Italia, lo que le valió un traspaso a otro grande del país, el Inter, en verano de 2001, también como parte de otro intercambio de jugadores, en este caso del portero Sébastien Frey. El año siguiente jugaría su primer y único mundial el de Corea y Japón. Entró desde el inicio en los tres partidos, pero Portugal fue eliminado tras dos derrotas contra los coreanos y los Estados Unidos y un solo triunfo, ante Polonia.

Con 28 años, su carrera comenzó a descender. En el Inter cada vez jugaba menos. Después del segundo año volvió a la Lazio, intentando recuperar tiempos pasados ​​y mejores, pero las cosas no funcionaron y buscó refugio en Oporto. Huelga decir que, con esta situación, la selección ya no le llamaba. En 2003 disputaría su último partido y Scolari le dejó fuera de la lista para la Eurocopa de casa. A partir de 2004, Conceiçao ya se perdió en ligas menores. Estuvo tres años en el Standard de Lieja y dos más en el PAOK de Salónica, con aventura en los Emiratos Árabes en medio de las dos, antes de volver por tercera vez al Oporto y retirarse.

Después de los años en activo, Sergio Conceiçao inició una carrera de entrenador desde abajo, aunque tuvo la oportunidad de empezarla en el Standard. Volvió a Portugal y fue subiendo desde el Olhanense, hasta el Académica de Coimbra, donde había comenzado, pasando por el Braga y el Vitória Guimaraes y llegar en 2017 al Oporto, habiendo superado una experiencia en el Nantes francés. Ha recuperado la hegemonía de sus Dragoes en la liga portuguesa, al ganar dos de las tres últimas, y también la última Copa. Las dos carreras de Sergio Conceiçao han ido progresando con esfuerzo y paso a paso, pero con momentos brillantes, como aquellos tres goles contra los defensores del título, los alemanes, en aquella noche de Rotterdam.

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