diumenge, 24 de gener del 2021

España, 4- Italia, 0 (Euro 2012-Final)

139. Juan Mata (4-0)

Hay futbolistas que trascienden más allá de lo que significa su participación en un partido de fútbol. A pesar de tener un palmarés excepcional, algunos miran más allá, en lo que sucederá cuando se retiren, y ponen en marcha programas o proyectos destinados a hacer mejor la sociedad. Es lo que ha hecho en los últimos años el atacante asturiano Juan Mata.



Aunque es nacido en Burgos, donde jugaba su padre, desde los tres años se crió en Oviedo y, tras comenzar con equipos pequeños, el club de la capital del principado lo captó con sólo doce años. Mata ha sido siempre un jugador bajo, pero rápido, tanto de acciones, como de cabeza. Seguramente por eso su evolución natural ha sido pasar del extremo que era en un principio a ser un jugador que dominaba los diferentes perfiles atacantes hasta terminar como, casi, organizador del juego.

En verano de 2003, con quince años, fue captado por el Real Madrid y llegó a jugar hasta el filial, en Segunda División, componiendo una prolífica dupla con Negredo. Pero entonces le llegó una oferta del Valencia y con diecinueve años la aceptó. El club de Mestalla pagó 1,1 millones de euros por él y, aunque al inicio no contó para el entrenador, Quique Sánchez Flores, la destitución de éste y la llegada de Ronald Koeman le abrió las puertas de la titularidad, que ya no dejaría. Aquel año fue campeón de Copa, una competición que le catapultó con dos goles al FC Barcelona en las semifinales y uno al Getafe en la final. Koeman dejó su lugar a Unai Emery y él ya estaba establecido en el primer equipo.

Su trayectoria con las selecciones de base ya había sido más que notable. Campeón de Europa sub-19, también fue convocado para el mundial juvenil de Canadá de 2007 y en 2008, después de que España ganara la Eurocopa, ya empezó a contar para Vicente del Bosque en la clasificación para el mundial de Sudáfrica. En los cuatro primeros partidos oficiales anotó tres goles y se hizo un lugar en el equipo. Así, disputó la Copa del Mundo de 2010 que los españoles ganaron. Él sólo intervino veinte minutos en un partido contra Honduras, pero el título está en su palmarés igualmente.

En 2011 le sucedieron muchas cosas. Fue campeón de Europa sub-21 y, además, el Valencia lo traspasó al Chelsea por 26 millones de euros. Parecía complicado pensar que su juego, cada vez más cerebral, podría cuajar en Inglaterra pero se convirtió pronto en el ídolo de una afición que pasó una mala temporada cerrada sorprendentemente con la Liga de Campeones, ganada en Múnich contra el Bayern . Él asistió a Drogba en el gol del empate a uno y, aunque erró su lanzamiento en la tanda, sumó el título a un palmarés cada vez más lustroso.

El verano fue movido para él. Primero de todo, convocatoria para ir a la Eurocopa. Y allí jugó un papel similar al del mundial


El gol

Porque tampoco salió al campo en ninguno de los cinco primeros partidos. Asistió desde el banquillo al avance del equipo español hasta la final y también a los 85 primeros minutos del duel decisivo, en que España ganaba por 3-0 a una Italia que se había quedado con un jugador menos sobre el campo . Cinco minutos antes del final recibió el premio del seleccionador. Le tocó sustituir a Andrés Iniesta, el mejor jugador del campeonato, y desde que entró en el campo pasó todo eso que se ve en este vídeo.


Con un equipo español ya de fiesta encima del Estadio Olímpico de Kiev, Cesc Fábregas buscó en profundidad a un Fernando Torres que acababa de marcar el tercer gol cuatro minutos antes. Este se quedó solo ante Buffon, pero no remató. Con el retrovisor vio la posición de Mata que, en casi su primer toque, anotó el 4-0 definitivo. La Eurocopa también caía el zurrón en un 2012 para el recuerdo en el que también había ganado la Copa con el Chelsea. Y sólo tenía 24 años.

Unas semanas después jugaría los Juegos Olímpicos de Londres, con un resultado no tan positivo. La vuelta al Chelsea fue buena, con una gran temporada a nivel personal que finalizaría con la Europa League. Pero el inicio de la 13-14 representó un choque. José Mourinho, el nuevo entrenador de los blues, no contó casi nada con él, eso que venía de hacer una buena Copa Confederaciones con España, con cuatro partidos jugados, un gol y el subcampeonato. En invierno dejó el club y lo fichó otro grande de Inglaterra, aunque en decadencia, como el Manchester United por 38 millones de euros. Pudo ser protagonista y salvó la participación en el mundial de Brasil, aunque siguiendo el patrón de los campeonatos anteriores su presencia volvió a ser escasa. Fueron 34 minutos en el intrascendente triunfo contra Australia. Como Ucrania, los aprovechó para marcar un gol. Sólo jugaría siete partidos más con la selección y ya no fue convocado para la siguiente Eurocopa, aunque jugó un amistoso posteriormente.

En el United, en el que ya cumple la octava temporaa, hay ganado una liga, una Copa, una Copa de la Liga y otra Europa League, aunque le falta la liga inglesa para completar su gran palmarés. Lo que ha diferenciado Mata en los últimos años, sin embargo, han sido sus actividades fuera del campo. Creó Common Goal, una plataforma a la que invitó a sumarse la mayor cantidad de futbolistas y entrenadores posibles. El objetivo es que dedicaran el 1% de sus contratos, ya fueran suculentos o más modestos, a fines sociales. Últimamente también hay una línea destinada a combatir el coronavirus, pero hay de otros tipos, para beneficiar a los más desfavorecidos. Con inquietudes culturales y sociales, y muy reconocido y apreciado por los compañeros de profesión Mata ha acumulado grandes títulos en su trayectoria, pero seguramente conseguir captar la atención de su mundo hacia este proyecto es su mejor victoria.

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