divendres, 15 de gener del 2021

España, 1- Bélgica, 2 (Euro 80-Primera fase)

148. Eric Gerets (0-1)

Los laterales han sido durante décadas los patitos feos del fútbol. Durante muchos años, los jugadores con menos técnica individual eran situados en esta posición para que no molestaran demasiado en la creación del juego y se dedicaran a seguir, con marcajes menudo individuales, a los atacantes contrarios. Pero desde hace ya bastante tiempo la figura de los laterales ha crecido tanto que ahora son los encargados de dotar de profundidad al equipo y, además, algunos tienen tanta calidad que también se sitúan en posiciones interiores para combinar con los centrocampistas o los delanteros. Uno de los precursores de la importancia de los laterales en el fútbol fue el belga Eric Gerets.


La carrera de Gerets discurrió, durante sus mejores años, en el Standard de Lieja. Llegó al club en 1971, justo después de que éste sumara su sexta liga, y en su segunda temporada ya disputó una final de Copa, perdida contra el Anderlecht, aunque no tenía ficha del primer equipo. En una selección belga de entretiempo, entre la que disputó el Mundial de México 70 y la que explotó en la década de los ochenta, Gerets debutó con el equipo nacional en 1975. Era un lateral derecho que se salía de la norma porque no sólo se dedicaba a marcar y a pasar el balón, sino que se basaba en su gran condición física para llegar a zonas de ataque. En los doce años en los que estuvo en el Standard marcó 23 goles, una buena cifra para un lateral.

Con el combinado nacional el inicio no fue muy bueno. Una derrota contra Alemania Democrática y la eliminación ante los vecinos de los Países Bajos en la previa de la Eurocopa del 76, con un 5-0 encajado en Rotterdam. La selección volvió a ser eliminada por los oranje en la clasificación para el mundial de Argentina de 1978, pero entró en la Eurocopa de 1980 dejando atrás en su grupo a Austria, Portugal y Escocia. El entrenador ya era un Guy Thys que, con su táctica de reducción de espacios heredada de Raymond Goethals, llevaría a Bélgica a otra dimensión.

Gerets era absolutamente titular, ya con 26 años, en el debut en el torneo, un empate contra Inglaterra (1-1) en Turín. El segundo partido, en San Siro, era contra España, que también había hecho tablas contra Italia en el duelo inaugural y fue vital para el futuro del equipo en el campeonato.


El gol

Los dos equipos se tantearon en los primeros minutos, pero pronto comenzaron las hostilidades. Quien ganara el partido tenía bastantes opciones de luchar por un lugar en la final, para la que sólo entraba el campeón de cada grupo, y los belgas usaron a su lateral derecho ofensivo para dar el primer paso, justo después de un gol anulado de forma controvertida al delantero vasco Satrustegui.


Fue en una salida imperial del libre Walter Meeuws, el hombre clave en la táctica del fuera de juego que implantaban los belgas. Envió al delantero Vandenbergh y éste cedió a Gerets, ya en posición ofensiva. Este volvió a Meeuws y corrió para volver a recibir el pase del líder del equipo en una posición centrada. Disparó, venció la oposición de Satrustegui, que había retrocedido para tapar su subida, y batió por el centro de la portería a un Arconada descolocado. España empató diecinueve minutos más tarde, con un cabezazo de Quini, pero Cools dio la victoria a los belgas al aprovechar un balón suelto en la segunda parte.

Bélgica consiguió, en el último partido, contra Italia, el empate que le hacía falta para acabar primera de grupo y disputar la final. El equipo estuvo a punto de lograr el título, pero un gol de Hrubesch en el tramo final del duelo contra Alemania Federal comportó su derrota por 2-1. Pero lo mejor estaba por venir. Y para Gerets, también.

El lateral tuvo un gran año 1982, en que se clasificó con el Standard para la final de la Recopa. La tuvo que jugar en el Camp Nou contra el FC Barcelona y, curiosamente, otro gol de Quini esta vez le apartó del éxito. Bélgica se clasificó para el mundial y sorprendió de entrada derrotando a Argentina en el partido inaugural, aunque después se apagó en la segunda fase con dos derrotas contra Polonia y la URSS.

En 1983, el eterno 2 del Standard dejó el equipo, ya con 29 años, y fichó por el Milan. Pero no tuvo éxito por culpa de una grave lesión que le hizo estar un año sin jugar y que le hizo perderse la Eurocopa de 1984. Aquel verano fichó por el MVV Maastricht, un modesto equipo neerlandés, y en el posterior, el de 1985, con 31 años, llegó al PSV Eindhoven, donde renació. El año siguiente fue titular en la cota máxima de los belgas en un mundial hasta entonces, la cuarta posición en México 86. Pero aún tenía que llegar el mejor año, 1988. Gerets fue titular en el PSV que alcanzó el triplete de liga, Copa y Copa de Europa. El éxito máximo a nivel de clubes le llegaba a los 33 años. Pero con su gran genética, aunque aguantó jugando hasta los 38, en 1992, dos años después de haber participado en tres partidos del mundial de Italia 90.

Una vez hubo abandonado el fútbol, Gerets inició una larguísima carrera de entrenador que le hizo ganar la liga belga con el Lierse y el Brujas, la neerlandesa con el PSV y la turca con el Galatasaray. También entrenó en Alemania (Kaiserslautern y Wolfsburgo), en Francia (Marsella), en Oriente Medio y a la selección marroquí. Fueron años en los que pudo aplicar conocimientos tácticos que no le faltaban a alguien que, desde la posición más maldita del fútbol, la de lateral derecho, aportó tanta innovación.

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