diumenge, 31 de gener del 2021

España, 2- Hungría, 1 (Euro 64-Semifinal)

132. Ferenc Bene (1-1)

Cuando se habla de Hungría relacionada con la historia del fútbol todo el mundo recuerda al equipo de la primera mitad de los años cincuenta, el Aranycsápat (equipo dorado), la formación de los magiares mágicos, del falso nueve Hidegkuti o de figuras como Puskás, Kocsis y Czibor, entre otros. Fue la formación que dominó el mundo hasta que perdió la final del mundial de 1954 contra Alemania Federal. Pero después de ese momento, la selección magiar aunque estuvo durante varios lustros frecuentando los grandes torneos antes de entrar en una larguísima travesía del desierto. Uno de los elementos importantes del país, sobre todo durante las décadas de los sesenta y setenta, fue el delantero Ferenc Bene.


Goleador de instinto, fiel durante diecisiete años al Ujpest Dosza, el mejor curso de la carrera de Bene le llegó muy pronto. Aún no había cumplido veinte, pero ya había disputado tres temporadas en Primera, con 23 goles en una de ellas, y había debutado con la selección, con la que había intervenido en seis ocasiones. No pudo ir al mundial de Chile, en 1962, pero sí participó en tres partidos, y anotó tres goles, uno de ellos importante contra Francia, en la fase de clasificación para la Eurocopa de 1964, que celebraría la fase final en España.

Nacido en el oeste del país, junto al lago Balaton, cerca de la frontera con las actuales Eslovenia y Croacia, fue captado por el Ujpest en 1961 y estaría allí hasta 1978, período en que ganaría ocho ligas y tres Copas, aunque tardarían en llegar, hasta que el equipo morado no puso fin al dominio del Vasas y del Ferencváros. En 1964 para él había dos citas importantes. Fue seleccionado para disputar, en otoño, los Juegos Olímpicos de Tokio. Antes, sin embargo, faltaba el torneo europeo. Hungría asistía por segunda edición seguida, después de caer contra la URSS en las semifinales de la primera. Ahora le tocaba jugar contra el equipo anfitrión, España, en el estadio Santiago Bernabéu. Y los magiares vendieron cara su piel. Los húngaros habían llegado a cuartos de final en el último mundial, campeonato en el que habían vencido a Inglaterra, y no serían un adversario fácil.


El gol

Los españoles, empujados por el público, aunque no llenaba el estadio, se adelantaron a los 35 minutos gracias a un remate de cabeza de Pereda. Pero no pudieron sentenciar porque Hungría jugaba bien, comandada por el gran Florian Albert, mejor jugador europeo posteriormente, en 1967, y por el delantero del Ferencváros Fenyvesi, lo mismo que anotó un gol en 1971 que daría el único torneo europeo, la Copa de Ferias, a un conjunto de su país. El partido se acercaba al final y, cinco minutos antes de que el árbitro lo indicara, todo cambió.


A pesar de los comentarios del vídeo, que explican la jugada al revés, fue Albert quien disparó desde la derecha del ataque. Iribar no pudo bloquear el esférico y Bene mostró todo su instinto adelantándose a los defensas españoles y llevando el partido a la prórroga. Hungría no pudo llegar a la final porque Amancio anotó el 2-1 definitivo en el tercer minuto de la segunda mitad del tiempo suplementario. Los magiares jugaron el partido por el tercer puesto contra Dinamarca y el ganaron por 3-1, con otro gol del delantero del Ujpest.

Pero el motivo por el que Bene entró en la historia aquel 1964 fue por los Juegos Olímpicos. Alcanzó una marca difícilmente igualable de 12 goles en el torneo olímpico, conseguidos en cinco partidos. De hecho, marcó en cuatro. Consiguió los seis goles que su equipo marcó contra Marruecos, sólo uno en el 6-5 ante Yugoslavia, descansó en cuanto a anotación en los cuartos de final ante Rumania, anotó cuatro en el 6-0 de las semifinales ante de Egipto y consiguió el segundo de su equipo en el 2-1 de la final ganada contra Checoslovaquia. Se convertía, así, sin haber llegado a los 20 años, en campeón olímpico.

La carrera de Bene fue larga. Dos años más tarde jugó su primer mundial y alcanzó otra marca. Anotó en los cuatro partidos que jugó, un gol cada uno de ellos. En la primera fase marcó en tres partidos que terminaron 3-1, una derrota contra Portugal y las victorias ante la Brasil de Pelé, aunque el crack no jugó aquel partido por lesión, y Bulgaria. Hungría cayó en los cuartos de final, nuevamente, contra la URSS por 2-1 y él fue el autor del gol de su equipo.

Fue dos veces futbolista húngaro del año, en 1964, ya relatado, y en 1969. En algunas temporadas, como en la 70-71, llegó a conseguir 34 goles. El año siguiente, ya con 27 años, jugó su segunda Eurocopa tras una eliminatoria previa de tres partidos contra Rumania. Volvió a perder una semifinal contra la URSS, esta vez por 1-0. Fue relevado a la hora de juego y su compañero Zambo erró un penalti que habría conducido a la prórroga. En 1978, cuando ya hacía tres que no jugaba con la selección, dejó el Ujpest con 33 años. Había marcado 303 goles en 417 partidos. El régimen comunista lo dejó salir al extranjero después de un año con un equipo de segunda fila y jugó una temporada con el Sepsi finlandés, antes de volver a casa.

Su gran estado físico le permitió jugar hasta los 41 años y esto contrastó con su final. En 2006, cuando sólo tenía 61, sufrió una caída que se complicó de tal manera que los tratamientos que le aplicaron no resultaron exitosos y le causó la muerte. Precoz en triunfar y precoz en irse, así fue la vida de Bene, un delantero de los otros magiares, de la generación posterior a la que ha pasado a la historia.

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