dimarts, 11 de maig del 2021

Portugal, 2- Gales, 0 (Euro 2016-Semifinales)

32. Cristiano Ronaldo (1-0)

A veces se dice que una gran figura internacional no completa su carrera hasta que no gana un título con la selección de su país. Esta interpretación requiere matices. Ha habido grandes jugadores que era bastante complicado que lo consiguieran por la debilidad de sus equipos nacionales, tales como George Weah con Liberia, George Best con Irlanda del Norte o Ryan Giggs con la Gales en la que jugó. Además, sería muy simple valorar la carrera de un jugador sólo por un torneo de tres o cuatro semanas. De todas formas, una de las grandes figuras del fútbol mundial de los últimos años se pudo quitar esta espina en 2016 y lograr un título que hacía doce años que perseguía con Portugal. Es Cristiano Ronaldo.


Como se ha explicado en reiteradas ocasiones en esta lista, los intentos de ganar una Eurocopa o un Mundial por parte de la Portugal del genio de Madeira habían sido constantes. En 2004 había perdido la final del torneo en casa contra Grecia, en 2006 había llegado a las semifinales del mundial de Alemania y en 2012 había perdido por penaltis en la misma fase de la Eurocopa de Polonia y Ucrania. En 2016, sin embargo, Portugal no aparecía en el grupo de grandes favoritas, a pesar de disponer del mejor jugador del continente y, ese año, también del mundo, en una gran forma.

El cuatrienio entre las dos Eurocopas había ofrecido dos partes para Cristiano. Hasta 2014, había sufrido con el Real Madrid, tras la marcha de José Mourinho del banquillo. Aquel año, sin embargo, el Madrid ganó la décima Copa de Europa contra el Atlético, con gol suyo en la final, y aunque durante la temporada siguiente las cosas no fueron tan bien, la llegada de Zinedine Zidane al banquillo provocó que el conjunto madridista volviera a reinar en el Viejo Continente después de vencer al mismo rival en una final resuelta por penaltis en Milán.

Portugal, por su parte, había fracasado en el mundial de 2014 en Brasil. Eliminado en primera ronda, la derrota había costado el puesto al técnico Paulo Bento y la federación había recurrido a Fernando Santos, que había hecho un gran trabajo en Grecia en los años anteriores. La fase de clasificación fue apacible. En un grupo en el que sólo Dinamarca podía hacer frente y con una Serbia que claudicó desde el primer momento víctima de polémicas políticas con Albania, los portugueses entraron en el Euro como primeros y sin sufrir. En la fase final, las cosas ya fueron diferentes.

Porque la primera fase terminó con tres empates y con un partido, el tercero contra Hungría, en el que los magiares se pusieron dos veces delante. Dos goles de Cristiano salvaron los muebles y, además, dejaron a la selección en el lado del cuadro más abierto, sin los grandes rivales continentales y con bastantes opciones de acceder a la final. De todos modos, hubo una dosis de fortuna para eliminar a Croacia a la prórroga de los octavos, con un gol de Quaresma, y ​​a Polonia, por penaltis, en los cuartos. El rival en semifinales era una Gales modesta, pero crecida.


El gol

Era un duelo entre Cristiano y su compañero de equipo en el Real Madrid Gareth Bale, que había superado su récord de traspaso más caro de la historia. La relación entre ambos fue siempre cordial, aunque seguramente bastante distante, y los dos países afrontaban una oportunidad única para llegar a una final europea. El partido fue muy disputado y abierto a la primera parte, pero se resolvió en tres minutos en la reanudación.


Ya ha quedado expuesta también en este ranking la extraordinaria capacidad de Cristiano en el juego aéreo. En 2004, ya marcó un gol en las semifinales contra los Países Bajos a la salida de un córner. Y contra los galeses lo repitió. Portugal lanzó el saque de esquina en corto, Guerreiro envió un buen centro que mejoró el delantero, que se elevó de manera espectacular por encima del salto del defensa Chester y, con una gran violencia, casi como si hubiera rematado con el pie, fusiló al portero Hennessey. Tres minutos después, Nani anotaría el segundo gol, que llevaba a Portugal a una final que ganaría cuatro días después con el gol en la prórroga de Éder, en un partido en el que la gran estrella se lesionó en la primera parte, pero en la que pudo levantar el trofeo.

Las siguientes temporadas fueron brillantes para Cristiano, con un doblete de liga española y Liga de Campeones en 2017 y el torneo europeo en 2018, con Balón de Oro en el primero de los dos años. Existió el tropiezo del mundial de Rusia, en el que Portugal cayó en los octavos de final ante Uruguay, aunque él había iniciado el campeonato marcando tres goles contra España. Aquel verano, cambió el Real Madrid por la Juventus, conjunto donde ha ganado dos ligas consecutivas. A los 36 años, definitivamente reconvertido a la posición de delantero centro, no tiene tanta influencia en el juego, pero es un rematador insaciable, un criminal del área con un físico privilegiado, una estrella que intentará revalidar en la próxima Eurocopa, seguramente mejor acompañado, aquellos días de gloria del verano de 2016.

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