dimecres, 12 de maig del 2021

Rusia, 0- España, 3 (Euro 2008-Semifinales)

31. Xavi (0-1)

Hay pocos jugadores en la historia que, con su manera de jugar, determinen como lo hace el resto del equipo. En el FC Barcelona y la selección española de final de la primera década y principio de la segunda de este siglo se sucedieron los éxitos basándose en una manera de jugar en que asociarse alrededor del balón era imprescindible. Y en ambos casos, la velocidad con la que actuaban venía determinada por uno de los mejores centrocampistas de la historia, según la FIFA. Era el egarense Xavi Hernández.


Y no lo tuvo fácil para triunfar. Los éxitos importantes le llegaron cuando ya se acercaba a la treintena. Antes, había llegado a ser discutido por su propia afición azulgrana, en unas temporadas en las que el equipo estaba en crisis y se le criticaba un cierto abuso del pase lateral, sin profundidad. Xavi, nacido en Terrassa, es un producto genuíno de la Masía, la cantera barcelonista, a la que se incorporó a los once años. En su crecimiento, sin embargo, le perjudicó un estigma, el de ser comparado con uno de sus ídolos, quien en el futuro sería su entrenador, Pep Guardiola.

Porque en los equipos de base, Xavi jugaba de medio centro defensivo, en la misma posición que el mencionado Guardiola. Pero después se vio que la posición no se correspondía del todo a sus características, aunque fue ésta la que ocupó cuando debutó con el primer equipo del Barça, con 18 años, de la mano de Louis van Gaal . Aquella temporada, su equipo ganó la liga, con un recordado gol suyo en Valladolid, justamente con la cabeza, a pesar de su baja estatura, que salvó la del técnico neerlandés antes de ser campeón. Pero 1999 sería el inicio de una larga travesía del desierto de cinco años sin que el club ganara nada.

Paralelamente, su importancia en las selecciones de base era evidente. Él marcaba el ritmo del equipo que fue campeón del mundo juvenil en 1999 en Nigeria y medalla de plata, el año siguiente, en los Juegos Olímpicos de Sydney. Ese mismo año le llegó la primera internacionalidad, aunque sus inicios fueron de convocatorias intermitentes. Fue convocado por José Antonio Camacho para el mundial del 2002, en Japón y Corea. Sólo jugó un partido de titular, el último de la primera fase, con la clasificación ya conseguida, y media hora más entre dos duelos. Fue convocado para la Eurocopa del 2004, pero el técnico, Iñaki Sáez, no le dio ningún minuto. Aquel año, sin embargo, su suerte empezó a cambiar.

En el FC Barcelona ya había habido un cambio en el ejercicio anterior, con la llegada de Frank Rijkaard al banquillo. Él fue quien decidió adelantarle la posición. Creía que tenía buena llegada al área y, además, buen último pase y por eso lo retiró del medio centro y lo situó de interior. Sería la mejor decisión que alguien tomó por él. El Barça ganó la liga fácilmente y, en la temporada siguiente, cuando todo iba bien, se lesionó gravemente la rodilla. Llegó justo a fin de año para celebrar la Liga de Campeones ganada en Saint-Denis, aunque él no pudo estar en la final. A pesar de los problemas, Luis Aragonés, el nuevo seleccionador, le llevó al mundial de Alemania. El técnico madrileño sería otro hombre vital en su carrera.

En la Copa del Mundo, España cayó en octavos de final, pero él ya se había hecho con la titularidad. Sería la prolongación del entrenador en el campo durante los siguientes ocho años, tanto de Luis, como de Del Bosque. A pesar de ello, en el Camp Nou el FC Barcelona volvió a entrar en otra crisis de dos años. Antes, Xavi ya había estado a punto de dejar el club para fichar por el Milan. Él siempre dice que fue su madre quien se lo impidió. Ahora volvía a ser cuestionado y, tras un año complicado en Barcelona, ​​llegaba con dudas a la Eurocopa del 2008, en Austria y Suiza.

Y allí despegó definitivamente su trayectoria. En un equipo con abundancia de centrocampistas, junto a Senna, Iniesta y Silva, y posteriormente Cesc, se encontró como pez en el agua. Él marcaba el ritmo de un equipo que pasó a la segunda fase con tres victorias. En los cuartos de final, resistió el cruce con la bestia negra italiana y llegó a las primeras semifinales desde la Eurocopa de 1984. El rival, en el Ernst Happel Stadion, era una Rusia que había perdido 4-1 contra los españoles en la primera fase pero que había ofrecido un recital en los cuartos ante los Países Bajos.


El gol

El partido fue de un dominio total de España bajo la fina lluvia austriaca. La selección, sin embargo, tuvo un percance en la primera parte, la lesión de su máximo goleador, David Villa. Esto provocó que Luis introdujera a Cesc en el campo y aún intensificara más el control. Al inicio de la reanudación, la lata se abrió.


Fue en una acción elaborada desde atrás que pasó por Ramos, Senna y el mismo Xavi. Este cambió el ritmo de la jugada y combinó con su gran socio de los siguientes años, Andrés Iniesta. Era tanta su complicidad, que se intercambiaban los números dependiendo de si jugaban en el Barça o con España. Xavi llevaba el 6 con el club y el 8 con la selección y al revés. Iniesta fue hacia el medio y envió un centro tenso que Xavi aprovechó para rematar en carrera y batir a Akinfeev. El gol fue muy similar a uno que marcaría años después en un 5-0 contra el Real Madrid de Mourinho.

A partir de aquí, ya no hubo color en el partido. El suplente Güiza anotó el segundo hacia la media hora de juego y David Silva remató el 0-3 definitivo. Tres días más tarde, España ganaría su segunda Eurocopa en el mismo estadio al derrotar a Alemania por 1-0. El gol fue marcado por Fernando Torres a pase del mismo Xavi. Fue elegido el mejor jugador del torneo.

En aquellos momentos, el jugador vallesano tenía 28 años y se preparaba para sus mejores temporadas. Aquel verano, Pep Guardiola llegó al FC Barcelona y fue el inicio de una época triunfal. El sextete de 2009 tuvo continuidad con dos ligas más, una Liga de Campeones y, sobre todo, el convencimiento de que aquél era uno de los mejores conjuntos de la historia, siempre al ritmo que marcaba Xavi y también Iniesta. Con la selección, las cosas no pudieron ir mejor. España se proclamó campeona del mundo en 2010 en Sudáfrica y repitió triunfo en la Eurocopa de 2012.

A partir de entonces, con 32 años, su influencia comenzó a bajar. El equipo tuvo dos años complicados, aunque en el primero ganó la liga. Además, en 2014 España fracasó en el mundial de Brasil. Él fue suplente en el duelo decisivo, contra Chile, y decidió retirarse del equipo nacional con 34 años. La temporada siguiente también sería su última en el Barça. Su físico ya no aguantaba tanto en un juego más físico, presidido por el tridente Messi-Suárez-Neymar y la velocidad que imponían al juego. Sin embargo, pudo celebrar otro triplete levantando las tres copas, la última, la Liga de Campeones en Berlín.

Entonces decidió no retirarse, pero trasladarse a vivir a Catar. Allí jugó sus últimos años con el Al Sadd mientras se formaba como entrenador en la academia Aspire. Colgó las botas en 2019 y, desde entonces, es técnico del equipo, donde ya ha ganado cinco títulos. Todo el mundo sabe que volverá al Barça, seguramente para entrenarlo, su gran sueño, y trasladar al campo las ideas que tenía como jugador, aquel centrocampista elegido en el equipo ideal de todos los tiempos por la FIFA y que marcó la manera de jugar los conjuntos que divertían más a los aficionados, sobre todo a partir de aquella Eurocopa de 2008, en que él anotó un gol decisivo para llegar a la final.

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