diumenge, 2 de maig del 2021

Grecia, 1- República Checa, 0 (Euro 2004-Semifinales)

41. Traianos Dellas (1-0)

El tramo final del siglo XX y el inicio del XXI estuvo presidido por el intento de las organizaciones internacionales de conseguir que las prórrogas no fueran largas, aburridas y conservadoras. Por ello se inventaron el gol de oro, que premiaba con la clasificación directa al primer equipo que marcara en el tiempo suplementario. Pero se dieron cuenta que la medida fomentaba más el conservadurismo, por el miedo a perder, y por eso lo matizaron con el gol de plata. Éste permitía completar el período en que se había marcado ese gol. Pero seguro que no pensaban en un gol de plata dorado como el que consiguió el central griego Traianos Dellas.


Como la gran mayoría de sus compañeros campeones de Europa de 2004, la carrera de Dellas, que en ese momento ya tenía 28 años, se revalorizó con aquel campeonato. En su caso, aún más teniendo en cuenta la solidez de la defensa helénica, sobre todo en las eliminatorias, en las que no permitió ningún gol de Francia, la República Checa y Portugal. Él formaba un buen tándem con Panagiotis Fyssas, del Panathinaikos y, ayudados por un entramado extraordinario montado por el técnico alemán Otto Rehhagel, ayudaron a convertir en realidad una de las sorpresas más grandes de las Eurocopas.

La carrera de Dellas no había destacado excesivamente hasta entonces, aunque había desarrollado una parte de ella en el extranjero. Como la gran figura goleadora griega de aquella Eurocopa, Charisteas, había nacido en el norte del país, en su caso en Salónica, y se había formado en el Aris antes de que, muy joven, a los veinte años y previo paso en forma de cesión al Panserraikos, fichara por el Sheffield United. Jugó allí dos temporadas, con el equipo en la segunda categoría, pero no disputó ninguna completa, ya que no se hizo con un puesto de titular fijo, y por ello volvió a casa.

En 1999 lo fichó el AEK de Atenas, con el que consiguió el título de Copa y en 2001 debutó con la selección absoluta. Dellas, un central fuerte, contundente, con un gran juego aéreo y más capacidad con el balón en los pies de lo que aparentaba, había logrado un éxito con la selección sub-21, con la que había llegado a la final de un europeo, al lado de posteriores compañeros en el equipo campeón de 2004 como Karagounis o Basinas. Cayó en ese partido por 0-1 ante España en Bucarest, con un gol de Iván Pérez, el hermano de Alfonso. Ahora, tres años después, se abría el camino de los seniors, aunque Grecia estaba lejos de llegar a las fases finales.

De hecho, en la clasificación para el mundial del 2002, en la que él no participó, quedó a diez puntos del objetivo, marcado por Inglaterra y Alemania. Tras su segunda temporada en Atenas, Dellas volvió a salir del país y fue adquirido por el Perugia italiano. Aunque jugó poco y tuvo problemas de contrato, llamó la atención de un club mayor, la Roma, que se hizo con sus servicios en 2002. Fue el mejor periodo de su carrera.

Porque paralelamente a poder jugar en uno de los conjuntos más destacados del campeonato transalpino, reciente campeón de liga, se consolidó en la selección. Rehhagel contó con él en la brillante y ascendente fase de clasificación para la Eurocopa, para la que Grecia se clasificó como primera de grupo con lo cual disputaría su primer gran campeonato en diez años. Con la Roma, no tenía el puesto asegurado, con sólo 24 partidos de liga en dos años, en un equipo que acababa de ser segundo en la liga, pero en plenitud, y con 28 años, afrontó el torneo de selecciones.

Grecia hizo una primera fase irregular, con victoria inicial contra Portugal pero con empate ante España y derrota contra Rusia que le comprometieron la clasificación. La gran sorpresa llegó en los cuartos de final, cuando se deshizo de Francia con un gol de Charisteas con la cabeza. Esta parte del cuerpo también sería esencial en unas semifinales que los griegos afrontaban como víctimas.


El gol

La República Checa había elaborado el mejor juego del torneo y se presentaba al partido de Oporto como claro favorito. Pero el conjunto de Karel Brückner, que perdió a Nedved por lesión en la primera parte, no encontró la manera de perforar el entramado defensivo griego. El duelo se fue a la prórroga con la norma del gol de plata instaurada y decisiva al final de la primera parte del tiempo suplementario.


El central Ujfalusi cedió un córner muy evitable justo en el tiempo de descuento por confiarse ante la presión de Charisteas. Los griegos, que salían de su campo, se agarraban al balón parado y por eso habían hecho entrar al campo al ex-sevillista Vassilis Tsartas, un veterano de la generación anterior con una pierna izquierda de seda. Hizo efectivo el lanzamiento de esquina, Smicer, el sustituto de Nedved, no llegó a cortar el centro desde el primer poste y Dellas, adelantándose a todos, remató desde el área pequeña y batió un estático Cech . Todo el mundo sabía que era definitivo, porque el colegiado, el italiano Pierluigi Collina, ya no permitió ni sacar del centro del campo. El defensa de Salónica situaba a los griegos en la final que, sólo tres días después, con él de titular, ganarían contra Portugal consumando uno de los resultados más sorprendentes de la historia del fútbol.

Dellas jugó una temporada más en la Roma antes de retornar al AEK. Grecia no pudo entrar en el mundial de 2006 de Alemania por dos puntos, pero él aún tuvo otra oportunidad en la Eurocopa siguiente, la de 2008. Los helenos no tuvieron tanta suerte y quedaron eliminados al perder los tres partidos de la primera fase, en la que fue titular. Jugaría cinco partidos de la fase de clasificación para el mundial de Sudáfrica, de 2010, para el que Grecia alcanzó el billete, pero él, con 34 años, ya no llegó porque dejó de contar para Rehhagel.

A nivel de clubes, ganó una Copa más con el AEK, ese mismo 2010, y se retiró al final de la campaña 2011-12, con 36 años, recordado como el mejor defensa central de la historia del país. La trayectoria a nivel de clubes de Dellas no fue extraordinaria, pero siempre será recordado como uno de los pilares del equipo campeón de 2004 y, sobre todo, por un remate de cabeza sin el que el título no habría sido posible.

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