dimarts, 18 de maig del 2021

Alemania, 3- Turquía, 2 (Euro 2008-Semifinales)

25. Philipp Lahm (3-2)

En la gran selección alemana del periodo entre 2006 y 2016 hubo una serie de jugadores que destacaron poderosamente, sobre todo por su rendimiento ofensivo, por su acierto goleador y por la espectacularidad de su juego. Pero hasta 2014 uno de los elementos más importantes fue un futbolista que tuvo la capacidad de conseguir, muchas veces desde una posición tan marginal como la de lateral, influir en la manera de jugar del equipo. Fue el bávaro Philipp Lahm.


Pero antes de triunfar en el Bayern y en la selección, tuvo que hacer unas prácticas fuera de las que salió muy beneficiado. Jugador bajo para ser defensa, formado en los equipos inferiores muniqueses y antiguo recogepelotas en el viejo Estadio Olímpico, debutó en la máxima categoría después de haber sido internacional en categorías de base y viviendo un episodio que luego se repetiría. En 2002 fue subcampeón europeo sub-19 en Noruega después de perder la final contra España por 1-0 con un gol conseguido por Fernando Torres. Ese mismo noviembre se estrenó en la Champions, en un duelo ante el Lens.

Jugador diestro, podía actuar de lateral por ambos lados, aprovechando su velocidad y también la inteligencia que ya demostraba, cuando actuaba en la izquierda, para ir hacia el medio y asociarse con los compañeros. Ya que Sagnol y Lizarazu eran muy titulares en el Bayern que en 2001 había ganado la Champions, el club decidió cederlo al Stuttgart, y allí creció muchísimo.

Jugó allí dos temporadas, durante las cuales el equipo estuvo casi siempre en las primeras posiciones de la liga, debutó con la selección absoluta y fue convocado para la Eurocopa del 2004. A pesar de que fue titular en la selección de Rudi Völler, actuando de lateral izquierdo en una defensa de cinco, el rendimiento alemán fue un fracaso y el equipo quedó eliminado en la primera ronda.

En 2005 regresó al Bayern y esa misma campaña ganó la primera de las ocho ligas que conquistaría con el club de su vida y la primera de las seis copas. Cerraría su carrera en el club doce años más tarde con otros trofeos como una Liga de Campeones, una Supercopa de Europa y un Mundial de clubes. Su primera Copa del Mundo fue en casa, en 2006. Además, el partido inaugural lo jugó al flamante Allianz Arena del Bayern y anotó el primer gol del torneo en una jugada muy habitual en él, cortando desde el lateral izquierdo y chutando con la derecha al palo largo. Los alemanes finalizarían terceros y él fue el único jugador que completó todos los minutos sobre el terreno de juego.

Para 2008, el seleccionador, Jürgen Klinsmann, había dejado el lugar a su ayudante, Joachim Löw. Lahm fue titular desde el primer día en la Eurocopa de Suiza y Austria. Una derrota ante Croacia llevó a la selección a cruzarse con Portugal en los cuartos de final, en un partido ganado por 3-2. El rival en las semifinales era Turquía y el duelo, en Basilea, fue espectacular.


El gol

Ügur Boral adelantó a los otomanos en la primera parte, pero los alemanes dieron la vuelta al resultado con anotaciones de Schweinsteiger y de Klose, esta cuando sólo faltaban once minutos para el final. La victoria parecía un hecho, aunque en el minuto 86 Semih Sentürk anotó un gol que conducía el partido a la prórroga. Pero éste aún no había terminado, faltaba tiempo para una última acción.


Hitzlsperger combinó con Lahm quien, poco a poco, fue trazando su diagonal favorita. Se vio beneficiado por el movimiento de Schweinsteiger quien, saliendo hacia el centro del campo, arrastró al lateral de aquella parte, Sabri Sarioglu, con el dorsal 20. El espacio fue aprovechado por Lahm, que lo atacó, recibió el pase del mismo Hitzlsperger cuando tocaba y se quedó solo ante Rüstü. El disparo al primer palo fue imparable para el portero y clasificaba a los alemanes para la final de cuatro días después. Pero Lahm y los suyos no pudieron ser campeones porque perdieron la final de Viena y, cosas de la vida, como seis años atrás en el europeo sub-19, nuevamente contra España, y nuevamente por culpa de un gol de Fernando Torres.

Los españoles, precisamente, se cruzaron en el camino de Lahm en el siguiente mundial, el de Sudáfrica. Aquel, seguramente, fue el torneo en el que la selección jugó mejor, pero fue superada por España en la penúltima ronda con un remate de cabeza de Puyol en Durban. El equipo volvió a quedar tercero. La misma suerte corrió en la Eurocopa del 2012, cuando dos goles de Balotelli apartaron los teutones de la final de Kiev.

En 2013, después de haber sido campeón de Europa de clubes con el Bayern de Heynckes, Pep Guardiola entró en la vida de Lahm. El nuevo entrenador le descubrió una nueva posición en la que podía ser más influyente, la de medio centro, desde la que movía todo el ataque muniqués. En la selección compaginó su antigua posición de lateral y ésta. Así llegó el mundial de Brasil, en 2014, donde jugó más en la defensa, pero combinando mucho con sus compañeros. Actuó en todos los partidos, incluido el histórico 1-7 contra los anfitriones y también en la final, ganada a Argentina con un gol de Mario Götze en la prórroga. Fue su último partido como internacional, con sólo treinta años, y lo último que hizo fue levantar la cuarta Copa del Mundo para los alemanes.

En las tres temporadas posteriores se dedicó sólo al Bayern, con el que le quedó la cuenta pendiente de volver a levantar la gran Copa de las orejas grandes. Se retiró ganando la liga y sólo con 33 años, una edad en la que todavía habría podido seguir jugando. Desde entonces, ha creado fundaciones y participado en campañas de lucha para mejorar la vida de los niños en todo el mundo, para batallar contra la homofobia y otras iniciativas solidarias. Fuera del terreno de juego, Lahm mantiene un espíritu de equipo que mostró vestido de corto, lo que le llevó a liderar al mejor equipo y a la mejor selección del mundo.

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