dimecres, 5 de maig del 2021

Yugoslavia, 2- Alemania Federal, 4 (Euro 76-Semifinales)

38. Dieter Müller (2-3 y 2-4)

Las prórrogas en los grandes torneos son un territorio especial. A veces no pasa nada y son sólo una antesala de los penaltis, pero cuando algo sucede, es decisivo. En la edición de la Eurocopa de 1976 se jugaron cuatro partidos y todos ellos terminaron en el tiempo suplementario. Y el segundo de ellos sirvió para descubrir a una de las estrellas más fugaces de la selección alemana, pero que brilló con tanta fuerza en aquel torneo que ya ha aparecido dos veces en esta lista. Se trata del tanque Dieter Müller.


Hace unos días lo dejamos marcando el gol, pocos segundos después de irrumpir en el campo, que forzaba el alargamiento en un duelo en el que los alemanes perdían por 2-0 ante los anfitriones yugoslavos en Belgrado. El equipo de Helmut Schön, en plena época de renovación, aunque todavía conservaba a bastantes jugadores campeones del mundo dos años antes, había salvado una situación límite con un remate de Flohe y con un gol de cabeza de aquel delantero de 22 años que justo debutaba en ese partido y que, lejos de conformarse con lo que había hecho, aun tenía que pronunciar la última palabra.


Los goles

La prórroga avanzaba y en su primera parte no hubo goles. Los yugoslavos habían acusado el golpe de verse empatados en un partido que dominaban y los alemanes sabían que llegaría su oportunidad. Y la resolución fue repentina, sólo en tres minutos.


Nuevamente Heinz Flohe ejecutó una gran acción por la banda izquierda del ataque germano. Al llegar a la línea de fondo, centró fuerte y raso. Nadie interceptó el balón que acabó en los pies de Hölzenbein, en el otro palo. El delantero del Eintracht, con gran visión de juego, no se obcecó con chutar sino que dio el pase de la muerte y Müller, instalado y solo en medio del área, fusiló a Petrovic. Sólo faltaban cinco minutos para ir a los penaltis, pero aún faltaba la sentencia.


Con el equipo balcánico desmoralizado y descolocado, Rainer Bonhof, entonces en el Mönchengladbach y subcampeón de Europa de clubes la primavera siguiente, llegó como quiso a la frontal del área y disparó con la pierna izquierda. El balón dio en el palo y salió rebotado a los pies del imán que ese día era Dieter Müller quien, solo, anotaba el 2-4 definitivo. En sólo 38 minutos como internacional, el atacante del Colonia había conseguido tres goles. No se recuerda nada igual, ni antes, ni después, en una competición de tanto nivel.

Alemania Federal se convirtió en favorita en una final en la que Müller se ganó la titularidad y anotó uno de los goles de su equipo. Pero la historia ya es suficientemente conocida. Los germanos, que empataron el enfrentamiento contra Checoslovaquia en el último minuto con un remate de Hölzenbein no pudieron hacer buena la prórroga y cayeron con el error de Höness y el gol histórico de Panenka.

Parecía que los alemanes tendrían en Dieter Müller a un delantero para muchos años, después de la retirada de Gerd, pero no fue así. Helmut Schön sólo contó con él en diez partidos más, entre amistosos, ya que el equipo no tenía que disputar la fase de clasificación para el mundial de Argentina, al ser el vigente campeón, y este torneo, en el que fue convocado y marcó dos goles en pocos minutos en el campo. La revolución que el ayudante de Schön, Jupp Derwall, llevó a cabo de cara a la Eurocopa de 1980 y la irrupción de otros delanteros lo apartaron del equipo nacional.

La carrera de Dieter Müller a nivel de clubes se desarrolló durante cinco años más en el Colonia, con el que marcó 159 goles en 248 partidos, un gran registro. En la Bundesliga siguiente a la Eurocopa de 1976 consiguió 34 goles en 34 partidos del campeonato. Aquel 1977 logró la Copa, un torneo en el que alcanzó un registro estratosférico de 14 goles en 8 partidos. Marcó en todos ellos, incluidas las dos finales. En la primera, el Colonia empató (1-1) ante el Hertha y se tuvo que repetir, porque los penaltis aún no estaban instaurados en las normas del torneo. Dos días después, un gol suyo, a veinte minutos para el final, dio el trofeo al conjunto renano.

En la temporada siguiente, con el impulso de este título, el Colonia ganó la liga, con 24 goles de su ariete. Debutó en la Copa de Europa, en la que se quedó a un paso de la final al ser eliminado por el Nottingham Forest, posterior campeón. Él marcó en el 3-3 de la ida, pero el equipo alemán cayó en casa por 0-1 de manera sorprendente contra los ingleses. Fue su gran oportunidad de hacer doblete de títulos europeos, de clubes y selecciones, ya que una final entre el Colonia y el Malmö habría tenido claro color teutón.

Dieter Müller ya no contó para Derwall en toda la fase de clasificación para la Eurocopa de 1980, a pesar de sus grandes cifras. Al año siguiente, dejó el Colonia, con 27 años. Actuó una temporada en el Stuttgart y tres en el Girondins de Burdeos, con el que ganó la liga en 1984 y llegó a las semifinales de la Copa de Europa del año siguiente, en las que perdió por un gol contra la Juventus, nuevamente el posterior campeón. Él anotó un gol en aquella vuelta. Ya tenía 31 años. Después, estuvo un año al Grasshopper suizo antes de volver a Alemania. El Saarbrücken y el Kickers Offenbach, el conjunto de su ciudad natal, representaron el final de su trayectoria.

Pero esta brillante carrera a nivel de clubes tendría un reverso años después. Como explica en su libro "Mis dos vidas", sobre su trayectoria vital, en 1997 perdió a un hijo de sólo 16 años por culpa del cáncer y en 2012 tuvo un infarto que lo dejó en un coma temporal . Reconoce que estuvo muerto durante 31 minutos. Pero se repuso. Tuvo que cambiar los hábitos y le colocaron un marcapasos. A los 66 años, su nombre aparece cada vez que llega una Eurocopa y se cuenta su historia. Él es uno más de los Müller que han adornado la historia de la selección alemana a base de goles, seguramente el más fugaz, el de los dos partidos en Belgrado y el del torneo que se le escapó por culpa de un penalti mítico.

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