dijous, 13 de maig del 2021

Alemania, 0- Francia, 2 (Euro 2016-Semifinales)

30. Antoine Griezmann (0-1 y 0-2)

Los enfrentamientos entre Alemania y Francia en rondas avanzadas de los grandes campeonatos siempre han dado mucho juego. Desde las dos semifinales de la Copa del Mundo en los años ochenta, hasta los cuartos de final de otro mundial, el de Brasil de 2014, el conjunto teutón ha acostumbrado a salir siempre vencedor. Pero en 2016, aprovechando la condición de local en la caldera de Marsella, las cosas cambiaron. Francia entró en la final de la Eurocopa gracias a dos aciertos individuales de quien era su estrella emergente entonces, el delantero Antoine Griezmann.


Y es curioso que este cambio de papeles llegara con los dos goles de un jugador cuyo apellido es de origen alemán. De hecho, al inicio era Griesmann (la traducción literal sería "cascarrabias") y sus antepasados pro​​vienen de Münster, al oeste del país, cerca de la frontera con los Países Bajos, en el estado de Renania del Norte -Westfalia.

Griezmann, formado en la Real Sociedad y con pocas conexiones con formaciones francesas, era un jugador bastante desconocido para la afición hasta aquella Eurocopa. Pero poco a poco fue adquiriendo importancia. Marcó un gol fundamental en la victoria contra Albania en la primera fase y, sobre todo, firmó los dos de la remontada contra Irlanda en los octavos de final. También había metido uno contra Islandia en el 5-2 de los cuartos de final y era el máximo anotador del campeonato.

Se trata de un jugador que no suele tener gran participación en los partidos, pero en la selección francesa el técnico, Didier Deschamps, le había encontrado la posición perfecta. Detrás de un delantero que fijaba a las defensas como Olivier Giroud, se movía por todos lados y creaba peligro para él, o para sus compañeros. El choque contra los alemanes era una especie de revancha por la eliminación en Brasil de dos años antes, con un solitario gol del central Hümmels. Entonces, el equipo galo estaba en formación y los germanos, en su mejor momento, como demostraron ganando el campeonato. Dos años después, las cosas no estaban tan claras y la condición de local otorgaba un cierto favoritismo a los franceses.


Los goles

De todos modos, el partido fue muy cerrado. Alemania pareció que pagaba, sobre todo desde el punto de vista físico, el esfuerzo de días atrás en una agotadora prórroga ante Italia. El equipo de Joachim Löw, además, no había demostrado durante el torneo la misma forma que en el mundial y era más abordable. Lo que nadie pensaba es que se dispararía un tiro en el pie.


Fue justo antes del descanso, cuando un córner a favor de los locales iba hacia la cabeza de Évra. Entonces, surgió Schweinsteiger quien, en una acción más propia de un novato que de un veterano como él, puso el puño y tocó el balón con la mano. El colegiado italiano Rizzoli, asesorado por su asistente, indicó el claro penalti. Griezmann tomó la responsabilidad y engañó a Neuer. Sorprende hoy verle disparar penaltis con esta autoridad, teniendo en cuenta las problemas que ha tenido últimamente en estos lanzamientos, llegando su a fallar cinco entre el FC Barcelona y la selección.

El partido no estaba decidido, pero el gol dio mucha tranquilidad en Francia, que podía hacer lo que le va mejor, defender y jugar a la contra. Además, dieciocho minutos antes del final, aprovechó otro error de los alemanes para sentenciar la semifinal.


Esta vez fue en un esférico largo de Lloris que entre Giroud y Griezmann salvaron del fuera de banda. Parecía que los germanos habían robado bien y salían en transición, pero Kimmich perdió el balón en el área a pies de Pogba. Este hizo una genialidad en la izquierda. Con un golpe de cadera desplazó a Mustafi y envió un centro. Neuer sólo pudo rechazar en corto. Posteriormente, reclamó que Giroud le había obstaculizado, pero el hecho es que el rebote lo capturó Griezmann, quien puso la punta del pie izquierdo y anotó el segundo gol. Ya no pasaría nada más importante en el partido.

Francia lo tenía todo a favor para ganar el torneo en una final contra Portugal en la que, además, vio como Cristiano Ronaldo se lesionaba muy pronto. Pero no aprovechó la ocasión. Griezmann, que había perdido ya la Liga de Campeones por penaltis contra el Real Madrid, con un lanzamiento fallado por él durante el tiempo reglamentario, lo hizo ahora en la prórroga ante los lusos. Fue máximo goleador del torneo, pero no logró el título.

El delantero de Macon jugó tres temporadas más con el Atlético de Madrid, con el que ganó una Liga Europa y la Supercopa ante el gran rival ciudadano. Después del segundo año, estuvo a punto de fichar por el FC Barcelona, ​​pero rechazó la oferta y remató aquel verano, el de 2018, liderando al equipo francés en la conquista de su segundo mundial. Después de un año, en 2019, sí que fichó por el club azulgrana, donde coincidió con la decadencia de la formación y su rendimiento ha tenido más sombras que luces. Eso sí, sigue manteniendo la confianza de Deschamps y volverá a liderar a Francia en una Eurocopa, la de 2021, en la que volverá a ser favorita para intentar revivir noches como la de Marsella, donde tuvo el país a sus pies.

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