dimecres, 10 de març del 2021

Croacia, 0- Portugal, 1 (Euro 2.016-Octavos de final)

94. Ricardo Quaresma (0-1)

Portugal ha tenido una relación de amor-odio con los grandes torneos internacionales absolutos. Primero, directamente, casi no se clasificaba nunca, pero cunado lo hacía solía llegar lejos. Después, comenzó a ser un habitual de las fases finales, pero siempre pasaba algo que no le permitía llegar al éxito total, como se demostró con la final perdida de la Eurocopa 2004 o las semifinales del mundial de 2006 o el torneo europeo de 2012. Pero cuatro años más tarde, seguramente cuando menos favorita era, todo cambió. Y seguramente lo empezó a hacer a raíz de un gol marcado por el extremo Ricardo Quaresma.



Quaresma llegó a la Eurocopa hace cinco años en plena regresión de una carrera que había comenzado con los mejores presagios. En una sociedad que se pasa la vida buscando sucesores de las grandes estrellas, él fue catalogado desde muy pronto como una mezcla entre Figo y Cristiano Ronaldo. Crecido en la academia del Sporting, como ellos dos, debutó con dieciocho años en la máxima categoría y en su primer año hizo doblete de liga y Copa, un hecho no tan habitual en el club blanquiverde .

Durante el verano siguiente, el FC Barcelona de la nueva etapa de Joan Laporta como presidente decidió contratarlo con veinte años. Hacía tres que había perdido precisamente a Figo, que se había ido al Real Madrid, y se pensó que Quaresma podría cumplir la misión de abrir el campo y jugar con extremos, como se ha hecho durante muchas temporadas en el Camp Nou . Pero la inmadurez le pesó y también fue víctima de un irregular inicio de curso de los azulgrana. Doce meses después volvía a Portugal, pero esta vez al Oporto como parte del traspaso de Deco a los azulgrana.

Las cuatro temporadas que pasó en Dragao no fueron tan deslumbrantes como la que había vivido el Oporto de Mourinho en 2003 y 2004, pero ganó tres ligas, una Copa y una Intercontinental. Había debutado en la selección absoluta el verano de su traspaso al Barça, pero en este momento se consolidó y fue llamado para participar en la Eurocopa de 2008. En Suiza, su participación fue testimonial y, aunque que marcó un gol, contra la República Checa, sólo actuó en dos partidos.

Después del verano lo fichó el Inter de Milán, pero sus actuaciones en San Siro fueron decepcionantes. Incluso ganó un premio al peor fichaje del año en Italia y en invierno fue cedido al Chelsea, donde actuó sólo cuatro ratos a las órdenes de Luiz Felipe Scolari. Volvió a Milán y fue parte de la plantilla del triplete, con liga, Copa y Champions, pero con un papel residual a las órdenes de Mourinho. Entonces dio un paso atrás y fue a la liga turca, al Besiktas.

Allí, a un nivel inferior, sí jugó mucho más durante dos temporadas, pero le costó no ser llamado casi nunca por el seleccionador, primero Queiroz y después Paulo Bento, y perderse el mundial de 2010 y la Eurocopa de 2012. Seguramente por eso decidió volver al Oporto, pero tampoco le sirvió para disputar la Copa del Mundo de 2014. Pero el cambio de seleccionador y la entrada de Fernando Santos fue positiva para él. Ya tenía 31 años, pero el nuevo técnico lo empezó a convocar a menudo y, aunque no fuera titular en muchos partidos, ejercía de revulsivo.

El verano anterior a la Eurocopa volvió al Besiktas, donde ganó la liga jugando en ella un buen fútbol, ​​y entró en la lista para el campeonato de Francia de 2016. Portugal tuvo un inicio complicado, con tres empates contra Islandia, Austria y Hungría que comprometieron su clasificación para octavos. Entró como tercero de grupo y el cruce era contra una Croacia muy talentosa que aspiraba a llegar a la final. Quaresma había sido una vez titular y dos suplente, con una asistencia ante los húngaros, en los partidos anteriores, y volvió a partir desde el banquillo en el duelo jugado en Lens.

El gol

El partido fue de un dominio croata que a los portugueses ya les iba bien. Santos, técnico con fama de hacer defender bien a sus equipos, quería que el rival perdiera la paciencia y pillarlo a la contra con los rápidos puntas, Cristiano Ronaldo y Nani. Cuando le pareció que tenía el partido bastante maduro, a tres minutos para el final de los noventa, introdujo un cambio ofensivo, Quaresma en el lugar del centrocampista Joao Mário. Tardó en suceder, pero le dio resultado.




Sólo faltaban tres minutos para el final de la prórroga cuando el emergente y joven centrocampista Renato Sanches salió de su campo con muchos metros por delante. Pasó al balón a la izquierda, a Nani, quien vio a Cristiano en el otro lado del área. Le mandó un gran pase y el delantero del Real Madrid disparó para batir a Subasic. Este respondió con una gran parada, pero el tercer hombre que acompañaba la jugada, Quaresma, estaba en el lugar oportuno para empujar con la cabeza el esférico a la red. El cambio de Santos y la presencia de tres atacantes había dado resultado. Portugal no era favorita, pero eliminaba a Croacia en circunstancias poco favorables. A partir de ahí, los lusos ya se lo creyeron todo.

Quaresma también marcó el penalti decisivo en los cuartos de final, acabados con una tanda contra Polonia, y jugó unos minutos de la semifinal con Gales y casi todo el partido contra Francia, el de la final ganada en Saint-Denis, el del cambio de mentalidad en su país. En 2018 jugó su último partido con la selección en el mundial de Rusia. El éxito internacional le llegó muy tarde para encarrilar de nuevo su carrera, pero aquel gol contra Croacia será recordado por los portugueses tanto, seguramente, como el que dio el título pocos días después.

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