dissabte, 6 de març del 2021

Italia, 1- Yugoslavia, 1 (Euro 68-Final-Primer partido)

98. Dragan Dzajic (0-1)

Yugoslavia disfrutó de selecciones muy interesantes durante los años en que existió. Era una habitual de los grandes torneos internacionales, aunque en las Copas del Mundo nunca llegó más allá de unas semifinales, en el lejano Uruguay 30 y en Chile 62. En las Eurocopas sí destacó, sobre todo en la década de los sesenta, en dos de las tres primeras ediciones. En la inicial, perdió la final y en la tercera, también, y en ambos casos estuvo a punto de llevar el trofeo a sus vitrinas. En 1968 fue como visitante, y el hombre que estuvo a doce minutos de convertirse en leyenda fue el extremo Dragan Dzajic.


En esta lista, dentro de unos cuantos días, aparecerá con el gol con el que clasificó a los yugoslavos para la final del torneo disputado en Italia. Por tanto, ahora haremos un repaso de su trayectoria hasta el final de su carrera que, por obligación, debe empezar el día del gol. Yugoslavia había vencido a Inglaterra en las semifinales con un solitario gol de Dzajic. Los ingleses eran los dominadores del año. El Manchester United había sido campeón de Europa hacía unas semanas y George Best y Bobby Charlton serían primero y segundo en la clasificación del Balón de Oro. Pero el este de Europa daba buenos jugadores, y Dzajic amargó la vida a los británicos en Florencia. Sólo tres días después, Italia sería el rival de la final de Roma.


El gol

90.000 espectadores llenaban el Estadio Olímpico y deseaban un título para su equipo, que no ganaba nada desde el lejano mundial de 1938, antes de la Segunda Guerra Mundial. Los italianos llegaban al campeonato dirigidos por un Ferruccio Valcareggi que había relevado al humillado Edmondo Fabbri, que hacía sólo dos años había quedado eliminado del mundial de 1966 en Inglaterra ante la desconocida Corea del Norte. Los italianos habían llegado a la final con mucha suerte, y nunca mejor dicho. Habían empatado su semifinal a cero contra la URSS y fue una moneda al aire, ya que entonces no había penaltis, la que les había hecho entrar, de manera sospechosa, en la lucha por el título. Eran favoritos. Pero a los 36 minutos, el estadio enmudeció.


El jugador de la Vojvodina Dobrivoje Trivic entró por la banda derecha y centró al área. Allí, la defensa transalpina se distrajo y Dzajic, más listo, puso la punta del pie izquierdo y batió al portero Zoff. Yugoslavia estaba más cerca del campeonato, y en la segunda parte, a pesar del asedio local, el gol del empate no llegaba. Aparte, Yugoslavia pudo marcar el segundo en dos salidas a la contra en las que los delanteros balcánicos no supieron marcar a puerta vacía. A doce minutos para el final, sin embargo, Italia igualó con una falta anotada por Domenghini. Se fue a una prórroga sin goles y, como no podía haber ni penaltis, ni sorteo, se tuvo que jugar un choque de desempate. Dos días más tarde, Italia ganaría por 2-0. La Yugoslavia de Dzajic había perdido su gran oportunidad.

El extremo sólo tenía 22 años en aquel torneo, pero hacía cuatro que jugaba en la máxima división yugoslava y se estuvo en su equipo, el Estrella Roja, hasta el 1975 por la normativa que impedía a los jugadores marcharse del país hasta después los 28 años. Aquella temporada había hecho doblete y siete después se marchó habiendo ganado cinco ligas y cuatro Copas.

Fue un habitual de la selección, que no se clasificó ni para el mundial de México 70, ni para la fase final de la Eurocopa 72, pero sí para la Copa del Mundo del 1974 en Alemania Federal. Yugoslavia llegó a la segunda ronda. Él disputó cinco de los seis partidos de titular, con un gol contra Zaire y tres asistencias más. Concluyó su primera etapa en el Estrella Roja con 150 goles en 364 partidos, una gran cifra para un jugador que no era delantero centro. En 1975 pudo salir de su país y fichó por el Bastia corso.

Estuvo dos temporadas en la isla y dio un gran rendimiento en el equipo, que quedó sexto y tercero, respectivamente, en la liga francesa. Él marcó 21 goles en la segunda de estas temporadas. En medio, en 1976, formó parte de la selección yugoslava que actuaba de anfitriona en la Eurocopa. Marcó el segundo gol de su equipo en la semifinal contra Alemania Federal, que situaba el 2-0 en el marcador. Pero los germanos remontaron (2-4) y enviaron a los anfitriones a disputar el partido por el tercer puesto contra los Países Bajos. Él marcó el 2-2 que llevó el partido a la prórroga, pero volvieron a perder por 2-3. Sólo jugaría tres partidos internacionales más hasta su retirada, después de 23 anotaciones en 85 partidos.

Pese a sus dos grandes años en el Bastia, sólo con 31 años. Dzajic decidió volver al Estrella Roja, pero sólo jugó tres partidos más porque la entidad le ofreció un cargo como director técnico que aceptó. En su primer año, el equipo perdió la final de la Copa de la UEFA. Durante los siguientes, se dedicó a formar un conjunto que fue creciendo durante la década de los ochenta y que finalizó siendo campeón de Europa en 1991. Tuvo un gran poder en el traspaso de jugadores del país y, ya con Yugoslavia desmembrada, se convirtió en presidente de la Estrella Roja.

En los años posteriores, estuvo implicado en casos de irregularidades en venta de jugadores, como con Nemanja Vidic, el central que terminó en el Manchester United. Dzajic se libró de todos los cargos y volvió a ser presidente de la entidad en 2012. En una votación sobre los mejores jugadores de la historia de la Eurocopa realizada en 2016, él entró en la lista de nominados. No fue elegido en el equipo ideal, pero demuestra la ascendencia que como jugador, y también posteriormente como directivo, tuvo el hombre que estuvo a un paso de convertir a Yugoslavia en campeona de Europa en terreno adverso aquella noche de junio de 1968.

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