divendres, 19 de març del 2021

Checoslovaquia, 3- Países Bajos, 1 (Euro 76-Semifinales)

85. Anton Ondrus (1-0)

La Eurocopa dispone en su nómina de campeones dos países que ya no existen. En la primera edición ganó la Unión Soviética y en la quinta, Checoslovaquia. De aquel equipo han pasado a la historia algunos jugadores como Panenka, por su gol de penalti en la final, o el portero Viktor, considerado uno de los mejores del continente entonces. Pero su guía espiritual era su capitán, un espigado libre de casi 1,90 metros que pudo disfrutar de una trayectoria mucho más reconocida si hubiera nacido al otro lado del telón de acero. Era Anton Ondrus.




De todos es conocido que, aunque se considera a la República Checa la heredera de aquel equipo de 1976, la realidad es que la mayoría de jugadores eran eslovacos. En concreto, 14 de 23. Era el caso de Ondrus, un personaje que se convirtió en leyenda en el Slovan de Bratislava, el club más galardonado de la zona. Ondrus debutó en 1970, con veinte años, justo después de que el equipo consiguiera su máximo éxito internacional, la Recopa de 1969 ante el FC Barcelona en Basilea. De hecho, los padres de Ondrus habían trasladado desde Solcany, donde había nacido Anton, a Bratislava después de que le saliera un trabajo al progenitor y el mismo jugador explica que vivían en una calle en la que estaba el estadio del Slovan a un lado y el del otro equipo de la ciudad, el Inter, en el otro. Se decidió por el primero, según él, porque seguramente estaba más cerca.

Influido por los ganadores de la Recopa, como los hermanos Capkovic o el técnico de la época, Michal Vican, Ondrus comenzó jugando de delantero pero poco a poco fue retrasando su posición. Influyó en ello quien posteriormente sería seleccionador de Checoslovaquia, Josef Venglos, de quien dice que le enseñó todo lo que aprendió de fútbol y a explotar una posición en la que se le comparó mucho con Franz Beckenbauer.

En aquella época, y hasta los años ochenta, los equipos solían tener defensas marcadores, tanto por las bandas como por el centro, que practicaban marcajes individuales al oponente. Uno de los defensas, habitualmente situado por detrás, era el libre. Este no tenía marca y, aparte de ver todo el partido de cara, tenía carta blanca para incorporarse al centro del campo y crear superioridades. La época de delantero de Ondrus le ayudaba a dominar el balón y fue clave en las victorias del Slovan en las ligas de 1974 y de 1975 ante los grandes conjuntos checos.

También actuaba en la selección desde el mismo 1974, cuando comenzó la fase de clasificación para la Eurocopa de 1976 en Yugoslavia. Los checoslovacos no eran favoritos en un grupo en el que también estaban Portugal e Inglaterra. Los ingleses ya se habían quedado fuera de las dos últimas citas, la Eurocopa de 1972 y el mundial de Alemania, en 1974, y comenzaron la fase fuertes, ganando a los checoslovacos en Wembley por 3-0. Pero cayeron en Bratislava y no fueron capaces de vencer a los portugueses en los dos partidos. Checoslovaquia terminó primera de grupo. A continuación, consiguió eliminar a la Unión Soviética, vigente subcampeona, en los cuartos de final y así se clasificó para la final a cuatro de Zagreb y Belgrado.

El gol

El primer partido sería complicado. Los Países Bajos formaban un equipo casi calcado al de la naranja mecánica que había entusiasmado dos años antes en el mundial de Alemania, con Cruyff al frente. El duelo se disputó en el estadio Maksimir de Zagreb bajo una intensa lluvia y a los 20 minutos llegó el primer gol.



Fue en una falta lateral lanzada por Panenka desde la banda izquierda. El balón sobrevoló el área y Ondrus, adelantándose a todos, conectó un extraordinario remate de cabeza que venció la oposición de Schrijvers. Era el 1-0. Curiosamente, el mismo Ondrus volvió a marcar, y en la misma portería, pero en la segunda parte y en propia puerta, con lo que el duelo se fue a la prórroga. En un tiempo suplementario muy polémico, después de que durante el partido hubiera habido un expulsado por lado, Checoslovaquia marcó dos goles más, mediante Nehoda y Vesely en los cinco minutos finales y se clasificó para la final, a pesar de las protestas de neerlandeses al colegiado galés Clive Thomas.

En la final, cuatro días más tarde, Ondrus volvió a ser titular y vio como su formación dejaba escapar una ventaja de dos goles y permitía el empate de Dieter Müller y Holzenbein. En la tanda de penaltis, Ondrus anotó el tercero y vio como el famoso lanzamiento de Panenka daba a Checoslovaquia la única Eurocopa de su historia.

Tras el torneo, muchos conjuntos alemanes, como el Bayern, el Stuttgart y el Mönchengladbach, lo quisieron fichar, pero las normas de los países del este de la época no permitían que los jugadores salieran con menos de 28 años y él tenía 26. Además, tuvo que hacer el servicio militar y tuvo que dejar el Slovan para jugar al modesto Dukla Banska Bystrica. Esto posibilitó que casi no pudiera participar en la fase de clasificación para el mundial de Argentina, en la que Escocia dejó a Checoslovaquia eliminada. Volvió y capitaneó a su equipo hacia la Eurocopa de 1980, después de dejar a Francia fuera en la ronda previa. En la fase final, jugó todos los partidos de la primera fase. Un derrota contra los alemanes, con gol de Rummenigge, los dejó sin opciones de final, pero al menos llegaron a disputar la final de consolación, ganada contra Italia por penaltis con una anotación suya en la tanda. Fue su último partido con la elástica nacional.

Ya con treinta años, pudo salir del país, pero no triunfó en el Brujas belga y se acomodó en Francia, en el modesto Thonon, en el que actuó hasta los 37 años. Una última experiencia en el Biel suizo precedió su retirada y el retorno al Slovan, al que llegó a presidir. También estuvo en comisiones de la FIFA, empujado por Beckenbauer, aquel con quien comparaban en el campo y al que ganó la final del 1976. Ondrus no será tan recordado como el kaiser o Cruyff, pero los superó en aquel torneo de Yugoslavia, en que los eslovacos como él fueron esenciales para catapultar al país unificado hacia su único triunfo, Juegos Olímpicos aparte.

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