dimarts, 2 de març del 2021

Hungría, 0- Bélgica, 4 (Euro 2016-Octavos de final)

102- Eden Hazard (0-3)

La selección belga se ha situado en los últimos años en el primer lugar del ranking de la FIFA, y ahora es favorita para ganar cualquier competición que juegue, gracias a lo mismo que le pasó en los años ochenta del siglo pasado, a reunir a una camada de jugadores de primer orden europeo. Entonces actuaban casi todos los potentes equipos locales y ahora nutren a los principales clubes europeos. Uno de los jugadores que, aunque ahora se encuentre en horas bajas, ha colaborado más al despegue de su equipo nacional ha sido, sin duda, un virtuoso del balón, el media punta Eden Hazard.



Porque en un equipo de gran calidad como el belga, siempre hace falta alguien desequilibrante y, en forma, el mayor de los hermanos Hazard (también es internacional su hermano Thorgan que juega en el Borussia Dortmund), lo es. Partiendo habitualmente desde la banda izquierda, aunque también ha acostumbrado a situarse detrás de un delantero, la calidad del belga es evidente, sobre todo cuando inicia la típica jugaba de irse hacia el centro y disparar.

Y no es extraña la afición de los Hazard por el fútbol, ​​ya que sus dos padres jugaban. Nacieron en La Louvière, en la zona valona del sur del país y, a pesar de que a los ocho años la familia se trasladó a Tubize, más cerca de Bruselas y más lejos de Francia, no fue obstáculo para que fuera captado por los técnicos del Lille, club situado muy cerca de la frontera y que desde hace décadas trabaja extraordinariamente con la base. Desde pequeño, se veía que Eden tenía un don extraordinario para jugar al fútbol y "Les Dogues", nombre con el que es conocido el Lille, le ofrecía el ecosistema perfecto, muy cerca de casa, pero formando parte ya de una estructura profesional.

A dos meses de cumplir 17 años debutó en la Ligue 1, con una derrota en Nancy, pero su crecimiento fue exponencial. Un año después se estrenó con con la selección absoluta, después de una buena carrera de base en la que llegó con Bélgica a unas semifinales europeas en las que perdió por penales contra España. Hazard ya jugó 30 partidos y marcó 4 goles en su segunda temporada en la élite. El Lille estuvo a punto de entrar en la Champions y su nombre cada vez era más conocido. El gran salto lo hizo la temporada 2010-11, en la que ganó el doblete de liga y Copa en un equipo entrenado por Rudi Garcia. Y sólo tenía 20 años. Se veía claro que no duraría mucho en Francia.

Y así fue. Debutó en la Champions al año siguiente, completó una temporada descomunal con veinte goles y todos los partidos jugados y fue traspasado al Chelsea por 35 millones de euros. Allí dio un salto de calidad aún mayor. Porque en sus siete temporadas en Stamford Bridge ganó dos ligas, una Copa, una Copa de la Liga y dos Europa League, aparte de convertirse en el mejor jugador del equipo y uno de los mejores de Europa en una combinación no muy vista de fantasía, velocidad y precisión.

Su explosión coincidió, además, con la de la selección. Los belgas se despertaron de dos décadas de no contar para nada en el panorama internacional en 2014, con la clasificación para el mundial de Brasil, su primera gran competición desde 2002. Llegaron a cuartos de final, donde fueron eliminados por Argentina, pero dejaron la sensación de que podían haber hecho más. La táctica de Marc Wilmots, el seleccionador, fue muy censurada pero aun fue mantenido en el cargo con la condición de hacer mejorar el juego del equipo.

Y lo consiguió poco a poco. Bélgica entró en la Eurocopa de Francia de 2016, la primera para la que se clasificaba el país desde la de 1984, ya que en la de 2000 eran anfitriones. Hazard había marcado cinco goles en la fase previa y el equipo se plantó a las puertas del torneo siendo uno de los candidatos a todo. Sin embargo, el campeonato comenzó con dudas y una derrota por 0-2 contra Italia. Los belgas reaccionaron, ganando por 3-0 a Irlanda y por 1-0 a Suecia en los otros dos partidos y entraban en octavos de final. Además, lo hacían por la parte benigna del cuadro, con un buen camino para intentar llegar a la final. El primer rival sería la sorprendente Hungría.


El gol

Los magiares, otro antiguo gigante dormido durante décadas, habían sorprendido en la primera ronda siendo primeros de su grupo y querían poner las cosas complicadas en Toulouse. Bélgica inició bien el partido con un gol del central Alderweireld a los diez minutos. Pero estos avanzaban y, a pesar del dominio, no llegaba la sentencia. Los belgas tuvieron que esperar a dos grandes acciones de su crack para conseguirla. En el minuto 78, tras un córner, se hizo un autopase y el centro de la muerte para dar el gol masticado a Batshuayi. Dos minutos más tarde, completó su gran actuación.



Hungría perdió el balón en su ataque, lo recuperó el rival y Carrasco inició una contra que pasó por De Bruyne, que se encargó de trasladar el esférico con rapidez a Hazard, Este tuvo vía libre para elaborar su jugada favorita, recorte hacia dentro y disparo seco, raso y cruzado fuera del alcance del portero Király. Otro gol de Carrasco, este en el último minuto, cerró el 0-4 y la clasificación brillante de Bélgica para los cuartos de final. Lamentablemente, en el siguiente partido del equipo no fue tan efectivo y, a pesar de adelantarse con un gol de Nainggolan, fue sorprendentemente eliminado por Gales por 3-1. Fue una decepción que costó el cargo a Wilmots, relevado por el español Roberto Martínez.

Faltaba la gran actuación internacional de Hazard y los belgas y ésta llegó en el mundial de 2018. La estrella del equipo consiguió tres goles y, sobre todo, condujo a su equipo hacia la tercera posición, la mejor de la historia, después de partidos para el recuerdo como haber eliminado Brasil en cuartos de final o los dos triunfos contra Inglaterra, el segundo en el duelo de consolación con gol suyo incluido. Su último año con el Chelsea también fue brillante y, entonces, decidió cambiar de aires y fichar por el Real Madrid por una desorbitada cantidad de 115 millones de euros.

Pero de blanco las cosas no le han ido bien. Durante toda su carrera, Hazard ha tenido que cuidarse mucho y no relajarse para no caer en recurrentes lesiones musculares. Se habla que su ética de trabajo debe estar muy controlada para poder rendir y en Madrid las cosas no le salieron bien desde el inicio. A pesar de ganar la liga el pasado verano, su participación, hasta ahora, ha sido residual y hay que estar pendientes de cómo llegará a la Eurocopa y si podrá ser el mismo que había sido en los últimos grandes torneos internacionales. Si logra tener salud, el espectáculo, teniendo en cuenta su calidad y la de sus compañeros, está asegurado.

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