dilluns, 29 de març del 2021

España, 1- Bélgica, 2 (Euro 80-Primera fase)

75. Julien Cools (1-2)

En esta lista se ha hablado muchas veces de la gran era que la selección belga vivió durante la década de los ochenta, y también como aquellos resultados vinieron derivados de todo el trabajo que se había hecho en la anterior. En los setenta, los conjuntos belgas, hasta entonces muy lejos de la élite, fueron apareciendo en las últimas rondas, e incluso en las finales de las competiciones continentales y la selección sacó partido de ello. Uno de los jugadores que hizo este trabajo para que después se beneficiaran otros fue un centrocampista que aún llegó a tiempo de saborear el subcampeonato en la Eurocopa de 1980. Era Julien Cools.



Nacido en Retie, cerca de Amberes, Cools se formó en el Beringen, un club de a lado que pasó años en la segunda categoría hasta que consiguió ascender en 1972. Fue el año, justamente, en que Bélgica acogió la fase final de la Eurocopa, con un combinado que aún conservaba a jugadores de los que habían participado en el mundial de México de dos años atrás, liderados por Paul van Himst. Mientras los vecinos Países Bajos apostaba por el fútbol total del Ajax, en Bélgica adquirió protagonismo un tipo de juego físico, de reducción de espacios y de explotar la táctica del fuera de juego liderado por el técnico Raymond Goethals. Cools fue un tipo de jugador que se adaptó bien a una forma de jugar que requería de una gran forma física para mantener la presión durante los noventa minutos.

Al año siguiente de subir a primera con el Beringen, en 1973, ya con 26 años, Cools fichó por Brujas, el club que le llevaría al cénit. Con el equipo negriazul alcanzaría tres ligas consecutivas entre 1976 y 1978, además de una Copa y llegaría a dos finales europeas. En 1976 fue la de la UEFA y en 1978, la de la Copa de Europa. Ambas se perdieron ante el Liverpool. Pero estas metas, unidas a las Recopas conseguidas por el Anderlecht durante el final de los setenta, catapultaron al fútbol belga hacia las primeras posiciones de los más potentes de Europa.

Faltaba un éxito con la selección. Cools fue internacional desde 1974, en su primera temporada en el Brujas, y participó en la fase de clasificación para la Eurocopa de 1976, para la que Bélgica quedó eliminada al ser derrotada por los Países Bajos por 5-0 en los cuartos de final. De cara al mundial de 1978, nuevamente se encontraron de frente con los neerlandeses, posteriores subcampeones. Quedaron segundos de grupo a una importante distancia. Una derrota en casa por 0-2, con goles de Rep y Cruyff, que agotaban sus últimos años en la élite, les cerró el paso.

En 1978, el año en que el Brujas fue subcampeón de Europa y el Anderlecht ganó su segunda Recopa en tres temporadas, Cools fue elegido el mejor jugador de Bélgica, Ya tenía 31 años y veía cómo llegaba una nueva generación de talento que, esta vez sí, se clasificó para la Eurocopa de 1980. Él vio, desde el campo, como una victoria en Hampden Park contra Escocia por 1-3, con goles de los jóvenes Vanderbergh y Van der Elst, permitía el acceso a la fase final de Italia, de 1980. Él la afrontaría como su primer torneo grande, ya con 33 años, enrolado ya en un equipo más modesto, el Beerschot, y como capitán.

El grupo era muy duro, con los anfitriones, España e Inglaterra. Sólo el primero pasaba a la final y el debut fue un empate ante los británicos gracias a un gol de Ceulemans. El segundo partido era ante los españoles, en principio el rival más asequible de grupo. No perder estaba muy bien, pero había que ganar un partido para llegar a la final.

El gol

La primera parte fue igualada, con un gol del lateral Gerets para los belgas que fue equilibrado a continuación con un remate de cabeza de Quini. Las dos formaciones habían empatado en el primer partido, con lo que quien ganara tendría opciones y quien perdiera, se quedaba fuera. La jugada decisiva llegó en una acción llena de desaciertos de los españoles.




Fue en una jugada de mérito de Ceulemans, que se escapó por la banda derecha, eso sí, con muchas facilidades otorgadas por el defensa Tendillo. Centró al área y Del Bosque, posterior seleccionador campeón del mundo con España, tocó el balón como pudo. Lo hizo tan mal que cogió a contrapié al central Migueli y el esférico pasó por delante de un Arconada que tampoco estuvo muy expeditivo en la salida. Al otro lado, solo, estaba el delantero centro Vandenbergh listo para anotar, pero fue Cools quien, viniendo desde muy lejos, remató y marcó el 1-2 definitivo.

Sería un gol totalmente decisivo, ya que permitió que, por diferencia de anotaciones, Bélgica tuviera bastante con un empate sin goles contra Italia en el último partido para llegar a su primera, y hasta ahora única, final de un gran campeonato. En esta, cayó contra Alemania Federal por 2-1, con un gol de Hrubesch a última hora. El inicio de la gran era belga se solapó con el fin de su capitán, Cools, con el equipo nacional.

Él siguió jugando una temporada al Beerschot y su buen estado de forma le permitió alargar su trayectoria hasta los 39 años con equipos modestos como el Dessel y el Westerlo, con el que se retiró, en 1986, justo el año en que Bélgica fue cuarta en el mundial de México, liderada por toda aquel grupo de jóvenes a quienes él había capitaneado. El Balón de Oro belga del 78 y subcampeón de Europa de 1980 había plantado un semilla en una época complicada de la que muchos futbolistas de su país se pudieron aprovechar.

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