diumenge, 28 de març del 2021

Francia, 5- Islandia, 2 (Euro 2016-Cuartos de final)

76. Paul Pogba (2-0)

Hay jugadores que seguramente finalizan su carrera con un gran palmarés en cuanto a títulos, pero con la sensación de que podían haber llegado mucho más lejos. Es complicado prever lo que se dirá de un jugador que ahora mismo tiene 28 años y ya dispone de un mundial en su palmarés, además de otros títulos con sus equipos, pero esta puede ser la maldición que acompañe la vida futbolística del centrocampista Paul Pogba.


Las condiciones físicas y técnicas de Pogba para jugar al fútbol son indiscutibles y se salen de la media. Con un cuerpo superior a la hora de resistir el centro del campo, una gran zancada, buen juego de pies y aéreo y una gran movilidad por el terreno de juego, Pogba lo ha tenido siempre todo para triunfar. Además, ha estado en grandes clubes y ha sido casi indiscutible en la selección francesa, pero excepto en una etapa con la Juventus, su juego siempre ha despertado dudas. Posiblemente haya sido porque las expectativas eran demasiado altas, o por una tendencia a abusar del toque y de un juego poco fluido. La realidad, sin embargo, es que Pogba ha sido uno de los líderes de Francia en un cuatrienio en que fue campeona del mundo y estuvo a un gol de serlo de Europa.

Nacido en Lagny-sur-Marne, al este de París, cerca de Eurodisney, su juego a menudo ha sido más cercano a la ficción que a la realidad. Es complicado ser tan elástico y tan vistoso. Formado en Le Havre, en la Bretaña francesa, en uno de los viveros del fútbol del país, sus antepasados ​​guineanos lo dotan de una genética privilegiada a la hora de hacer deporte. Sus buenas actuaciones en edad juvenil lo llevaron a la selección y destacó en campeonatos internacionales, como la Eurocopa sub-17 de Liechtenstein del 2010. Hacía un año que ya había sido captado por el Manchester United, que le había trasladado a su academia.

Aún con Alex Ferguson en el banquillo de los red devils, debutó en el primer equipo en 2011, pero sólo jugó siete partidos en toda la temporada. Terminaba contrato y, como quedaba libre, pudo elegir su futuro. La Juventus le convenció y se lo llevó a Turín gratis con sólo 19 años. Y vivió sus mejores años. Ganó cuatro ligas, una por cada temporada en la que estuvo, llegó a una final de la Champions en 2015, se llevó dos Copas y dos Supercopas y, sobre todo, se hizo un nombre en toda Europa. Incrustado en el centro del campo, pero más desplazado hacia una banda, al final de su primera temporada en Italia fue campeón del mundo juvenil con Francia, en el torneo jugado en Turquía, y debutó con la selección absoluta en la fase de clasificación para el mundial de Brasil de 2014.

Pogba entró en la convocatoria de Didier Deschamps para el torneo. El nuevo seleccionador estaba rejuveneciendo el equipo y éste logró llegar a cuartos de final, donde cayó por un solitario gol de Hümmels contra el posterior campeón, Alemania. Él jugó los cinco partidos y marcó un gol, en los octavos de final ante Nigeria. Su progresión parecía imparable y, dos años después, en 2016, llegó a un cruce de caminos.

El Manchester United, uno de sus equipos de formación, se había dado cuenta del error de dejarle marchar. Ahora ya no estaba Ferguson, pero la entidad se encontraba en una profunda crisis deportiva e iba tras él para repatriarlo. El jugador se lo estaba pensando cuando llegó la gran cita del verano, la Eurocopa que, además, se jugaba en casa. Francia disputó una primera fase llena de dificultades, con dos triunfos agónicos contra Rumania y Albania y un empate ante Suiza. El juego no era muy bueno y también tuvo que sufrir en los octavos de final, en los que dos goles de Griezmann supusieron una remontada ante una Irlanda que se había adelantado con un penalti cometido por el mismo Pogba y tranformado por Brady. El equipo ya estaba en cuartos y el rival sería la gran sensación, la sorprendente Islandia.


El gol

Los nórdicos eran el equipo más querido del torneo y aún más después de haberse deshecho de Inglaterra en los octavos. Era complicado saber cómo saldría el partido de Saint-Denis, pero al final fue el más sencillo para los franceses, que se adelantaron a los 12 minutos con un gol de Giroud. Ocho después, llegaría casi la sentencia.


Fue en una acción sencilla, pero donde se pudo comprobar la potencia de Pogba. Corner lanzado directamente al área por Griezmann y el jugador, aun en la Juventus, saltó por encima del delantero Bodvarsson, en funciones defensivas, y remató tan fuerte con la cabeza que venció la oposición del lateral Saevarsson, situado en el palo. Veinte minutos y 2-0. El partido fue un paseo para los galos, que al descanso ya ganaban por 4-0, con dos goles más de Payet y Griezmann. Al final, el resultado fue de 5-2 y Francia llegó a las semifinales, en el que dos goles más de Griezmann le dejaron llegar a la final ante Portugal. Cuando todo parecía favorable para conseguir el título, un gol de Éder permitió a los lusos dar la sorpresa en Saint-Denis.

Pocas semanas después de aquella final, se confirmó el retorno de Pogba al United por 70 millones de euros. En las cinco temporadas que lleva en Old Trafford, su juego no se ha parecido más al de la Juventus, también condicionado por la falta de resultados del equipo, que sólo ha conseguido una Copa y una Europa League en este tiempo. Eso sí, Pogba sumó en 2018 el mundial en su palmarés, un torneo en el que volvió a demostrar su mejor fútbol, con la confianza del seleccionador, y en el que consiguió un gran gol en la final.

Esta dualidad entre el club y la selección, que podría volver a provocar la salida de Pogba del Manchester United y quizás el retorno a la Juventus, será la que tendrá que resolver en los próximos años, para saber si al final será recordado sólo como un buen jugador con enormes condiciones o explota del todo su talento y pasa a la historia como uno de los grandes.

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