divendres, 12 de març del 2021

Portugal, 2 (6) - Inglaterra, 2 (5) (Euro 2004-Cuartos de final)

92. Ricardo (6-5, en los penaltis)

En esta lista de 366 nombres, algunos repetidos y algunas entradas con más de un gol, no hay porteros. En la historia de la Eurocopa, ninguno de ellos ha anotado ningún gol de jugada en ninguna fase final. Sus nombres aparecen siempre superados por el acierto de un atacante. Hoy hacemos una excepción porque, en los grandes torneos, los porteros tienen una oportunidad buena de marcar en las tandas de penaltis, siempre que sus técnicos confíen en ellos o se terminen los futbolistas de campo. El único portero que aparecerá en toda la lista clasificó a su país para las semifinales de una Eurocopa en 2004 y, además, lo hizo en casa. Fue Ricardo Alexandre Martins Soares Pereira, conocido como Ricardo.


Nacido en Montijo, una ciudad situada en frente de Lisboa, al otro lado del estuario del Tajo, como Paulo Futre, una estrella del fútbol portugués de la anterior generación, la convocatoria de Ricardo para ir a la Eurocopa estuvo rodeada de polémica. Ese mismo año, el Oporto había ganado la Liga de Campeones con el veterano Vitor Baia como indiscutible en la portería. Pero el seleccionador, Luiz Felipe Scolari, decidió dejarlo fuera de la convocatoria para el torneo de casa. Años después, aún no se sabe mucho el motivo, aunque seguramente el técnico brasileño prefería a Ricardo y no quería tener una de las estrellas del país en el banquillo y sin jugar, con la repercusión que podría tener para el ambiente del grupo.

Lo cierto es que Ricardo no era un desconocido. Ya tenía 28 años y una sólida trayectoria que había comenzado, desde el punto de vista profesional, en el Boavista, el segundo equipo de Oporto. En la segunda entidad de la capital del norte del país ganó una Copa y, sobre todo, la liga 2000-01, la primera, y hasta ahora la única, de la historia de la entidad. A las órdenes de Jaime Pacheco, en el conjunto ajedrezado destacaban el centrocampista Petit y el media punta boliviano Erwin Platini Sánchez.

Aquella misma temporada había debutado con la selección y se había convertido en el sustituto de Vitor Baia mientras éste se recuperaba de una lesión de rodilla. Actuó en los doce partidos del Boavista en la Champions 2001-02, en la que consiguió llegar a la segunda fase de grupos, y fue el suplente en un mundial de Corea y Japón de 2002 de mal recuerdo para los lusos, que fueron eliminados en la primera ronda.

En verano de 2003, con 27 años, Ricardo cambió de aires y fichó por el Sporting de Portugal, al lado de casa, en Lisboa. Scolari ya había apostado por él como portero titular de la selección en detrimento de un Baia que iba acumulando éxitos con el Oporto pero que no había vuelto al equipo nacional desde 2002. De hecho, ya no volvió más. Portugal era la anfitriona de un torneo en el que tenía grandes esperanzas y debutaría, precisamente, en el estadio del portero rival, Dragao, contra Grecia.

Las cosas no arrancaron bien, ya que los locales cayeron por 1-2 contra los helenos en el duelo inaugural. Hubo críticas a todo el mundo y también para Ricardo, que encajó un gol en frío de Karagounis en un disparo lejano. Por suerte, el grupo de Scolari lo arregló con una victoria contra Rusia y con una agónica ante España que, además, situaba al equipo como primero de grupo. El rival en cuartos sería Inglaterra.


El gol

El duelo fue espectacular. Se adelantó Owen para los visitantes, pero Hélder Postiga y Rui Costa, este ya en la prórroga, parecía que permitirían la clasificación portuguesa. Fue antes del acierto de Frank Lampard, que llevó la eliminatoria en la tanda de penaltis. Esta tuvo a Ricardo como gran protagonista.


Tras los cinco primeros lanzamientos de ambos equipos, el resultado era de empate a cuatro por los errores de David Beckham y Rui Costa, dos de los jugadores más talentosos, que dieron la culpa de su disparo desviado a la irregularidad del terreno en el punto de penalti. Cuando comenzó la segunda ronda de tiros, Ashley Cole y Hélder Postiga, este de Panenka, anotaron los suyos. Era el turno de Darius Vassell y también el de Ricardo. El portero consiguió la única parada de toda la tanda y, encima, tomó la responsabilidad de chutar el siguiente. Lo hizo fuerte y colocado, batió a David James y situó a su país entre los cuatro mejores.

El torneo no terminó bien para Portugal, ya que a pesar de que ganó a los Países Bajos por 2-1 en las semifinales, cayó de manera casi trágica contra Grecia en la final. Ricardo se mantuvo en la titularidad de la selección durante dos campeonatos más, con el cuarto lugar en el mundial de 2006 en Alemania, en el que volvió a ser decisivo en una tanda, en cuartos de final, contra los ingleses, que erraron tres tiros, y con la caída en la misma fase de cuartos en la Eurocopa de 2008. Con 32 años, decía adiós a la selección.

A nivel de clubes, después de 2004, siguió tres años más en el Sporting, con quien fue finalista de la UEFA, perdida también en casa, contra el CSKA de Moscú, y ganó una Copa. Con 31 años decidió salir al extranjero. Jugó bastante en dos temporadas en el Betis, con descenso en la segunda, y muy poco en Leicester, en segunda categoría. Ya con 36 años se despidió del fútbol con dos cursos en el Olhanense, también con descenso en el segundo, y unos meses de semiamateurismo antes de colgar los guantes. Ricardo seguramente no tenía el nivel de Baia, pero aportaba una gran sobriedad al equipo, lo que valoraron sus entrenadores y también la afición, que le hizo vivir su punto álgido de popularidad después de transformar aquel penalti de 2004 .

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