dimecres, 7 d’abril del 2021

Gales, 3- Bélgica, 1 (Euro 2016-Cuartos de final)

66. Ashley Williams (1-1)

Ya se ha comentado a menudo en esta lista que hay muchos jugadores que nacen en un país y juegan internacionalmente para otro, habitualmente el de sus ancestros. Este hecho sucede muy a menudo en las islas británicas con las diferentes nacionalidades que hay. Incluso puede ocurrir que uno de esos futbolistas que ha nacido en otra nación se convierta en un símbolo para los aficionados de la nueva selección. Es lo que sucedió con el central inglés, pero defensor de la camiseta galesa, Ashley Williams.


La carrera de este fuerte defensor nacido en Wolverhampton, en el centro de Inglaterra, no estaba encaminada hacia la élite. De hecho, después de unos inicios en el gran rival del equipo de esta ciudad, el West Bromwich Albion, su carrera transcurría entre la tercera y la cuarta divisiones cuando recibió la llamada de una selección galesa muy alejada de la nobleza europea. Aunque él es inglés, hizo uso del parentesco con los abuelos maternos galeses para debutar con la selección de este país. De hecho, su familia tiene una curiosa mezcla, ya que por parte de su padre provienen de Jamaica, de ahí el color de su piel.

Hasta entonces, tanto en el Hednesford Town como en el Stockport, había combinado su rol de futbolista con trabajos como trabajador de gasolinera o camarero que le ayudaban a llegar a final de mes. Pero en 2007 cambió todo. Fue cedido al Swansea, club galés que juega las competiciones inglesas y que entonces militaba en la tercera categoría, a los 23 años. En su primer curso, el equipo subió al segundo nivel y ya se quedó allí. Inició una trayectoria de ocho años con los cisnes (swans) al mismo tiempo que iba creciendo su participación en una selección que, poco a poco, se iba nutriendo de talento y se acercaba a la clasificación para una gran cita.

Así, después de cuatro años en el equipo, en 2011 logró el ascenso a la Premier League con el Swansea. A pesar de haber nacido en el país de al lado, los galeses ya lo veían como uno más de ellos ya que, además, jugaba con uno de sus equipos. Fueron buenos años para el club y también para la selección que, como muchas otras, vio la ampliación de la Eurocopa a 24 equipos como una buena oportunidad para entrar en ella.

Y así fue. De la mano del técnico Chris Coleman, Gales hizo una gran fase y, junto con Bélgica, se clasificó como segunda de grupo, para el torneo europeo de Francia. Williams actuó en los diez partidos. No era un central técnicamente dotado, pero sí muy fuerte y con una gran determinación, del gusto de los aficionados. El debut del equipo no pudo ser mejor, con una victoria ante Eslovaquia por 2-1, aunque después llegaría un desencanto.

Williams debía jugar contra el conjunto de su país de nacimiento, Inglaterra, y aunque Gales se adelantó, los ingleses remontaron. El empate fue conseguido por Vardy tras un desafortunado rebote en él mismo. Por suerte, un triunfo claro contra Rusia clasificaba al equipo para unos octavos de final que también resolvieron derrotando a Irlanda del Norte por 1-0, con un solitario autogol de McAuley. Los octavos serían contra un viejo conocido, una Bélgica con quien ya se habían cruzado en la fase de clasificación.


El gol

Los belgas aparecían como favoritos del torneo después de haber destrozado a Hungría por 0-4, pero venían avisados. En la ronda preliminar, sólo habían podido empatar en Bruselas ante Gales y habían caído en Cardiff por 1-0 con un gol de Gareth Bale. Pese a ello, en el partido de cuartos de final de Lille, se adelantaron con un gol de Nainggolan en el minuto 13. A la media hora, sin embargo, llegó el empate.


Fue en una acción absolutamente británica y directa. Ramsey sirvió un córner a la izquierda de Courtois y Ashley Williams, aprovechó que Jordan Lukaku no llegó al esférico y que Jason Denayer se havia despistado para rematar de arriba a abajo. Además, una de las estrellas belgas, Kevin de Bruyne, se apartó del palo que tenía que defender y por allí, justamente, entró la bola. El partido se giró como un calcetín después de esta acción de fuerza y ​​Gales acabaría ganando el partido por 3-1, con un golazo de Robson-Kanu y un remate de cabeza de Sam Vokes. Lamentablemente, sin embargo, Williams y los suyos no pudieron hacer nada contra Portugal, que los venció por 2-0 en las semifinales.

Aquel verano, ya con 32 años, dio un paso adelante en su carrera, y fichó por el Everton gracias a su gran Eurocopa. Jugó bastantes partidos, pero a un nivel decreciente y, al final del segundo año, fue cedido al Stoke City, ya en la segunda categoría, nuevamente. Gales no consiguió ir al mundial de Rusia después de una dolorosa derrota en casa contra Irlanda que evitó que jugara la repesca. En 2019, el nuevo seleccionador, Ryan Giggs, decidió no llamarlo más para el equipo nacional tras una derrota en Eslovaquia en la fase de clasificación para la Eurocopa.

Él jugó los meses pre-pandemia en Bristol, en la segunda categoría, y una vez se detuvo todo dijo que se retiraba con 35 años. Declaró que, a pesar del desencanto de la decisión de Giggs, estaba en paz consigo mismo y que había dado todo lo que podía. Seguramente era mucho más de lo que pensaba cuando era pequeño en los West Midlands y no sabía que defendería la camiseta de otro país y que, incluso, marcaría uno de los goles más importantes de su historia.

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