divendres, 23 d’abril del 2021

Alemania, 1 (6) - Inglaterra, 1 (5) (Euro 96-Semifinales)

50. Stefan Kuntz (1-1)

Cuando se pasa de los treinta años, la mayoría de jugadores perciben que el final de su carrera y que lo que les puede pasar en el futuro es complicado que supere lo que ya han vivido en el pasado. Pero en algunos casos no es así. Debutar como internacional a los 31 años y tres después convertirte en campeón de Europa siendo titular no está al alcance de todos, sino de jugadores que creen en sus posibilidades hasta el final. Este era un poco el estilo de juego del alemán Stefan Kuntz.


De hecho, Kuntz es saarlandés, de la región que ha pasado de manos alemanas a francesas durante varios conflictos bélicos y que, incluso, ha llegado a competir como estado independiente. Nacido en Neunkirchen, fue un delantero luchador, listo y muy molesto para las defensas, ya que tenía la intuición de estar siempre en el lugar correcto para llegar al gol. Además, trabajaba mucho para sus equipos.

Tras debutar en la segunda categoría con el Borussia de su ciudad natal, fue fichado por el Bochum con 21 años, en 1983, y en el mismo equipo se retiraría dieciséis temporadas más tarde. Su carrera transcurrió casi íntegramente en Alemania, pero la gran densidad de delanteros del país en una época gloriosa, con elementos como Rudi Völler, Jürgen Klinsmann o Karl-Heinz Riedle, le cerraba siempre las puertas del equipo nacional.

En 1986, cuando hubo cubierto tres campañas en el Bochum, con 22 goles en la última y siendo máximo goleador del campeonato previo al mundial de México, para el que no fue convocado, fichó por el Bayer Uerdingen. Estuvo allí tres temporadas, con 13 goles en las dos últimas, y en 1989, ya con 26 años, inició el mejor periodo de su trayectoria con el equipo en el que rendiría más, el Kaiserslautern.

En Betzenberg ganó consecutivamente la Copa de 1990 y la liga de 1991, en un equipo rocoso entrenado por Kalrheinz Feldkamp que pudo cambiar la historia del FC Barcelona en noviembre de ese año. Tenía a los azulgrana eliminados para entrar en la primera fase de grupos de la Copa de Europa pero, desde el campo, vio el gol de Bakero que los eliminaba de la competición. El Barça ganaría su primer cetro continental meses después, un torneo tan recordado por aquella anotación en el Fritz Walter Stadion como por el gol posterior de Koeman en la final.

Kuntz siguió en Kaiserslautern y en 1993 le llegó una oportunidad que ya pocos esperaban. Alemania había perdido la final de la última Eurocopa, contra Dinamarca, y el seleccionador, Berti Vogts, hizo pruebas en una gira invernal por los Estados Unidos. Hizo debutar a Kuntz contra Estados Unidos en California, en un partido que los alemanes ganaron por 0-3 y en el que él formó al lado de Klinsmann y anotó un gol. Le gustó lo que vio, y le siguió llamando.

Al año siguiente fue al mundial, pero sólo actuó cuatro minutos en la victoria contra Bélgica de octavos de final. El equipo fue eliminado por Bulgaria en el siguiente enfrentamiento en el último partido del veterano Rudi Völler y había que encontrar un acompañante para Klinsmann, ya que Riedle también dejó el equipo después del campeonato. Kuntz jugó cinco partidos de la fase de clasificación y un total de 12 en dos años, contando los amistosos, y ganó el casting para ser titular en la Eurocopa, aunque sólo había conseguido dos goles en estas citas. Su trabajo oscuro, pese a ello, era muy valorado.

En Inglaterra, fue titular desde el inicio. Sólo descansó en el partido contra Italia en el que los alemanes ya estaban clasificados y como primeros de grupo. En los cuatro primeros enfrentamientos, sin embargo, contando los cuartos contra Croacia, no pudo marcar. Llegaban las semifinales, en Wembley y ante Inglaterra, el anfitrión. A él le faltaban tres meses para cumplir 34 años.


El gol

Las cosas no pudieron empezar peor, con un gol de Alan Shearer para los locales en el minuto 3 en una acción a balón parado. Pero en unos primeros minutos muy movidos, Alemania restableció la igualdad enseguida.


Steffen Freund robó un balón mal controlado por David Platt y se inició el ataque alemán. Reuter parecía que se quedaba sin ideas pero encontró la subida al ataque de uno de los tres centrales de la disposición germana, Thomas Helmer. Este le cedió la bola a Möller, quien se giró y se la devolvió. Entonces, Helmer jugó de memoria. En una situación no habitual en él, centró raso hacia el medio sin mirar ni quién estaba allí. El balón se paseó por la zona de peligro y Kuntz, listo como siempre, fue más rápido que un despistado Stuart Pearce y fusiló a Seaman. Fue su único gol en un gran torneo, pero valió su peso en oro.

El partido fue muy aburrido, con mucho miedo por ambos lados, y hubo que llegar a la tanda de penaltis. Allí, Kuntz tuvo mucha presión, ya que le tocó el quinto y, si el fallaba, Inglaterra llegaba a la final. Pero batió a Seaman de nuevo y puso toda la presión encima del actual seleccionador inglés, Gareth Southgate, que erró. La anotación posterior de Andreas Möller clasificaba a Alemania para una final que ganaría cuatro días después ante la República Checa, con Kuntz de titular. Era campeón de Europa cuando, al llegar a los treinta años, ya nadie apostaba por él.

Stefan Kuntz ya sólo jugó dos partidos más con la selección, de clasificación para un mundial al que no llegó. A nivel de clubes, en 1995 había dejado el Kaiserslautern e inició una única aventura de un año en el extranjero, en el Besiktas turco. Pero no le acabó de convencer, aunque la entrenaba su compatriota Christoph Daum, y volvió a Alemania, donde jugó dos años en el Arminia Bielefeld y el último en Bochum, en el que se retiró un año antes de que la selección defendiera el título que él había ganado en Wembley.

Kuntz inició una trayectoria de entrenador de equipos de su zona, como el Borussia Neunkirchen, donde había empezado a jugar a fútbol, ​​el Karlsruhe, el Waldorf Mannheim y el Ahlen antes de ser contactado por la federación. Se puso a entrenar la selección sub-21 que en 2017 se proclamó campeona de Europa con un gol de Weiser contra España en Cracovia. Kuntz podrá explicar a los más jóvenes que hay que estar siempre atento y no rendirse, ni cuando parezca que está todo perdido, ya que nunca se sabe cuando te llegará la gran oportunidad, por muy tarde que parezca.

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