dissabte, 3 d’abril del 2021

Escocia, 0- Inglaterra, 2 (Euro 96-Primera fase)

70. Paul Gascoigne (0-2)

La próxima Eurocopa vivirá un apasionante Inglaterra-Escocia en Wembley. Se trata del partido entre selecciones más antiguo del mundo y también aquel del que se han disputado más partidos. El único que se ha dirimido hasta ahora en un gran torneo, Eurocopa o Mundial, se llevó a cabo, justamente en el mismo escenario, en 1996 y es recordado por todos por un gol marcado por un jugador genial, imprevisible y único, tanto dentro como fuera del campo. Fue el día del gran gol de Paul Gascoigne.



No hay espacio en todo Internet para escribir sobre Gascoigne. Su vida merecería una serie de sonrisas y lágrimas. Capaz de lo mejor y de lo peor en todas las facetas de su vida, lo cierto es que durante su etapa de jugador dejó imágenes y acciones para el recuerdo y esta fue una, cuando ya tenía 29 años, en un instante que para todos los futbolistas es de madurez, aunque esta palabra no se puede usar cuando se habla de él

Gascoigne fue incorregible desde joven. Nacido en Gateshead, justo al sur de Newcastle, sus habilidades con el balón contrastaban con su comportamiento fuera del campo. Acabó las urracas tras pruebas no superadas con el Ipswich Town, el Middlesbrough y el Southampton. Quizás su carácter les hacía echar atrás. Uno de los dirigentes del Newcastle llegó a decir de él que era "como George Best sin cerebro", en referencia al díscolo mito del Manchester United. De hecho, parecía predestinado. Se llama Paul John por la afición de su padre a los Beatles.

Su infancia no había sido fácil, con la muerte súbita de un amigo en accidente de tráfico, una enfermedad de su padre, que sufría convulsiones y él mismo, que comenzó a desarrollar obsesiones, como con las máquinas de juego. Además, tenía dificultades con el peso, con tendencia a engordar. Sin embargo, a los 15 años decidió que el fútbol sacaría de pobre a su familia y se tomó en serio, hasta el punto donde podía llegar alguien como él, su carrera.

Así, llevó al Newcastle al triunfo en la Copa juvenil del 1985, año en el que debutó en la máxima categoría, con 18. Durante la temporada siguiente, ya marcó nueve goles en el campeonato y en 1988 debutó con la selección, justo tras el fracaso de ésta en la Eurocopa de Alemania. Ese mismo verano había fichado por el Tottenham, conjunto en el que crecería exponencialmente. Aunque no disputó la mayoría de partidos de la fase de clasificación para el mundial, la gran temporada 89-90 de los Spurs le ayudó a ser convocado para el gran campeonato de su vida, el mundial de Italia, en 1990.

Allí el mundo conoció a aquel insolente de 23 años que arrastraba masas, que dirigía el juego del equipo con su dinamismo, conducción, buena técnica y llegada al área rival, aparte de divertir a la afición con sus gestos histriónicos. Gasgoigne se convirtió en un ídolo y, además, entró en el corazón de la gente cuando vio una tarjeta amarilla en las semifinales contra Alemania que no le permitía disputar la final, en caso de que su equipo se hubiera clasificado . Lloró y aquellas fueron las lágrimas de todos. Igualmente, los ingleses quedaron eliminados y se tuvieron que conformar con el cuarto puesto.

En 1991 ganó la Copa, su único título con el Tottenham y en el verano siguiente lo fichó uno de los grandes del fútbol europeo del momento, la Lazio, por 7,4 millones de euros. En Italia, no se adaptó al juego en las tres temporadas en las que estuvo, durante las cuales la prensa hablaba más de él por hechos extrafutbolísticos que por lo referente al campo. Agredió a periodistas, despreció a la hija del propietario diciéndole a éste que ella tenía los pechos grandes y fue perdiendo la forma física hasta llegar a niveles impresentables. Además, comenzó a excederse con el alcohol. No fue a la Eurocopa de 1992 y la selección quedó fuera del mundial de 1994, aunque él actuó bastante en la fase de clasificación. Una derrota en Noruega hizo que los nórdicos y los Países Bajos eliminaran al combinado de Graham Taylor.

En 1995 decidió volver a las Islas, pero no a Inglaterra, sino al Glasgow Rangers, en Escocia. Allí, sin tanta presión, pudo volver a ser él. Además, tenía una gran motivación, ya que Inglaterra organizaría la Eurocopa de 1996. Se puso en forma y recibió la confianza de Terry Venables, que lo convocó para la cita. Volvía al primer nivel internacional ya con 29 años, seis después de su explosión en el mundial.

Inglaterra sufrió en el primer partido, en el que sólo pudo empatar ante Suiza. Gascoigne fue titular y relevado por David Platt a poco para el final. El segundo partido era contra los escoceses, que habían igualado ante los Países Bajos en el debut. Quien ganara, tendría la clasificación segura para cuartos. Y el duelo fue muy emocionante.


El gol

Inglaterra se adelantó al inicio de la segunda parte, cuando Shearer remató con la cabeza un centro de Gary Neville. La diferencia era muy corta y podía pasar de todo. Y de todo pasó en poco más de dos minutos, los que fueron del posible empate escocés al golazo de Gascoigne.


Tony Adams, el central, estuvo poco acertado al cometer un claro penalti sobre el delantero Gordon Durie a doce minutos para el final del enfrentamiento. Dos días antes, los neerlandeses habían derrotado a los suizos y, si Escocia empataba, podía dejar a Inglaterra en una mala posición de cara a la última jornada ante los oranje. El capitán escocés, McAllister, disparó fuerte, pero demasiado centrado y Seaman desvió con el codo. El central Colin Hendry cometió falta en el córner posterior, pero no sabía aún lo que le esperaba. Porque el portero inglés sirvió rápidamente la falta y, tras una dejada de Sheringham y un pase de Anderton, Gasgoigne recogió el esférico, hizo un sombrero monumental a Hendry, que había recuperado la posición, esperó que el balón cayera y fusiló al portero Goram. El 0-2 sería definitivo y Gascoigne, que celebró el gol como un loco, volvía a estar en la boca de todos.

En el resto del torneo, volvió a demostrar sus mejores cualidades. Ante los Países Bajos dio un recital y en las tandas de penaltis contra España y Alemania asumió la responsabilidad de patear los que le tocaban. Lamentablemente, en este último partido, el error del actual seleccionador inglés, Gareth Southgate, costó la eliminación de los británicos. Fue la última oportunidad de Gascoigne de ganar algo con el equipo nacional.

Aguantó dos temporadas más en los Rangers, donde se enfrentó a la afición católica del Celtic por gestos ofensivos y llegó a ser amenazado de muerte, y en 1998 recibió un fuerte golpe. El seleccionador, Glenn Hoddle, influido por algunas imágenes de los tabloides en que se veía a Gascoigne comiendo inapropiadamente y bebido a altas horas de la madrugada, le dejó fuera del mundial de Francia en una concentración en la Manga del Mar Menor. Conocida la noticia, Gazza, como es conocido, hizo ver que iba a jugar al golf, pero volvió, entró en la habitación de Hoddle y la destrozó. Ni que decir tiene que no volvió más al equipo nacional.

El año anterior había fichado por el Middlesbrough, con el que fue subcampeón de la Copa de la Liga, y aun fue jugando como pudo en el Everton, el Burnley, ya en Segunda, y en un equipo amateur, el Boston United, previo paso efímero por la liga china, antes de retirarse con 38 años. Y entonces comenzó el calvario de verdad. Sin el fútbol, ​​los fantasmas regresaron a la cabeza de Gascoigne. Tuvo que ser ingresar en psiquiátricos por problemas mentales, fue arrestado múltiples veces por accidentes conduciendo bebido y ha aparecido en los periódicos en condiciones inexplicables, muy desmejorado físicamente. Incluso fue acusado de agresión sexual. Gascoigne sólo tiene 53 años, pero no se prevé un buen final para él. Una lástima para un niño grande que, en algunos momentos de su carrera, como con aquel gol contra los escoceses en Wembley, demostró que tenía un don para jugar al fútbol pero que no lo supo aprovechar como debía.

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