dimarts, 6 d’abril del 2021

URSS, 2- Italia, 0 (Euro 88-Semifinales)

67. Gennadi Litovchenko (1-0)

El fútbol ucraniano, y el deporte en general, tuvo siempre mucha importancia en los éxitos de la Unión Soviética. Tanto desde el punto de vista individual, como de equipo, muchas de las victorias de la URSS vinieron impulsadas o conseguidas por el territorio del sur de la unión. En 1988, el equipo soviético llegó a la final de la Eurocopa con doce jugadores de los 21 procedentes de aquella región, de los cuales once eran del Dinamo de Kiev. Dos de ellos habían llegado al club aquel invierno procedentes del Dnipro, entonces llamado Dniepr. Uno era el delantero Oleg Protásov, que ya hemos visto en esta lista, y lo hemos hecho porque marcó un gol el mismo día que lo consiguió el otro, el centrocampista Gennadi Litovchenko.


Aunque sólo tenía 24 años, ya era todo un veterano del equipo nacional, con el que había estado presente en el mundial de México dos años antes. Litovchenko era seguramente el más oscuro de los cuatro centrocampistas de aquel equipo, junto a talentos como Aleynikov, Zavarov y Mikhaylichenko, que terminaron jugando en la liga italiana. Él se encargaba de equilibrar al conjunto, pero tenía suficiente potencial físico como para llegar al área rival con peligro.

Litovchenko se formó en el Dniepr desde pequeño, ya que había nacido en una localidad cercana, y debutó en la antigua liga soviética cuando sólo tenía 17 años. Dos temporadas más tarde llegó su gran momento, cuando ganó la liga con el Dniepr, que consiguió muchos goles gracias a sus pases. Al año siguiente debutó con el equipo nacional, que no se había podido clasificar para la Eurocopa del 1984, momento en que fue elegido mejor jugador de la URSS. También debutó en la Copa de Europa, con dos goles importantes para superar la primera eliminatoria ante el Trabzonspor turco, aunque después el equipo quedaría eliminado por el Girondins en una tanda de penaltis amarga, ya que él fue el único que falló su tiro.

Pero no se desanimó y fue importante para entrar en el Mundial de México, con un gol suyo en Noruega que sirvió para empatar un duelo que acabaría siendo trascendental. Entonces, en la Copa del Mundo, sólo jugó un partido, el último, en la victoria contra Canadá, Tenía 22 años y su progresión seguía con un papel de protagonismo a la fase de clasificación para la Eurocopa de 1988, al que la Unión Soviética entró dejando en la cuneta una potente Alemania Democrática. El torneo se jugaría en la otra Alemania. Además, había sido un invierno importante para él, ya que junto con Protásov había dejado el Dniepr para fichar por el Dinamo de Kiev.

Litovchenko arrancó de titular en la Eurocopa en la sorprendente victoria contra los Países Bajos, pero el seleccionador, Lobanovskiy, decidió prescindir de él en el segundo partido, ante Irlanda, para reforzar el juego aéreo, El equipo sólo empató y el entrenador retornó al dibujo habitual para superar a Inglaterra en el tercer partido. Con dos victorias y un empate, la URSS pasaba como primera de grupo y se tendría que enfrentar a Italia en las semifinales.


El gol

El partido se jugó en el Neckarstadion de Stuttgart bajo una intensa lluvia. La URSS tenía delante a un rival que estaba rejuveneciendo con la vista puesta en el mundial que organizaría dos años más tarde. Al descanso se llegó con empate a cero y el partido se resolvió en tres minutos, gracias a dos goles de dos compañeros inseparables.


Fue a los dieciséis minutos de la segunda parte cuando Mikhaylichenko robó una salida con el balón de Altobelli y quiso combinar con Zavarov. Este no pudo evolucionar porque el central Ferri le tocó el balón, pero éste quedó suelto para Litovchenko, que había iniciado toda la acción anterior y que había llegado desde el centro del campo. Intentó disparar una vez, Baresi le impidió el primer remate, pero el esférico le volvió y con la pierna derecha, de puntera, envió el balón al otro palo, lejos del alcance de Zenga. Había abierto la lata que cerraría sólo tres minutos después Protàssov con un segundo gol que liquidaba el partido. En la final, Litovchenko volvió a ser titular, pero los Países Bajos se tomaron la revancha y la ganaron por 2-0.

En los años posteriores en el Dinamo, siempre estuvo en la zona alta de la clasificación y la etapa se acabó ganando la liga y la Copa de 1990. Durante el verano anterior, había participando en el mundial de Italia, con eliminación a la primera fase. Fueron sus últimos compromisos con la URSS antes de que esta implosionara. En enero de 1991 pudo salir del país para ir al Olympiakos griego, con el que inició una trayectoria de cinco años que le llevó también al Admira austríaco, al AEL Limassol chipriota y un último tramo en casa, en una Ucrania ya independiente, con el Chernomorets de Odessa. Tuvo tiempo para debutar con su nueva selección, sólo en tres partidos, uno de ellos de clasificación para la Eurocopa de 1996. Cuatro años antes, ya no había contado para el combinado de la Comunidad de Estados Independientes que había participado en el torneo continental de Suecia.

Cuando se retiró, en 1996, con 32 años, Litovchenko inició una carrera de entrenador que tuvo que detener el 2001 por culpa de una enfermedad de la piel de la que fue tratado. Volvió entrenando a niños y luego como ayudante de formaciones como el Dinamo de Moscú, con el que llegó de nuevo a la máxima categoría en 2017. Casado con una ex campeona de gimnasia rítmica, tuvo tres hijas, dos de las cuales llegaron a jugar al tenis de manera profesional. Ya con 57 años, no será nunca uno de los jugadores más recordados de la historia del fútbol en la antigua URSS, pero siempre le quedará que un gol suyo abrió el camino hacia toda una final de la Eurocopa.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada