dijous, 1 d’abril del 2021

Alemania Federal, 3- URSS, 0 (Euro 72-Final)

72. Herbert Wimmer (2-0)

La Alemania Federal de los años setenta pasó a la historia por sus logros. Tocó el cielo con la Copa del Mundo del 1974 con una formación en la que destacaban los jugadores del Bayern que, a partir de ese año, encadenaron tres Copas de Europa seguidas. Pero los bávaros luchaban contra una formación que, durante ese decenio, llegaría a ganar cinco campeonatos, una Copa y una UEFA y que competía a su altura. Era el Borussia Mönchengladbach y uno de sus elementos más icónicos fue el centrocampista Herbert Wimmer.


Su historia personal es curiosa. Nació en Alemania, pero en una zona que dejaría de serlo a los pocos meses. Vino al mundo en Eupen, ciudad que ahora es de Bélgica pero que en 1944 todavía formaba parte de los territorios ocupados por el Tercer Reich. Su formación tuvo lugar en otra ciudad fronteriza, Aquisgrán, ya en la nueva Alemania Federal. Creció en un Borussia, el de Brand, localidad cercana, pero a los 21 años se trasladó a Mönchengladbach, de donde ya no se movió en toda su trayectoria.

Fue un centrocampista que ayudó a equilibrar el juego virtuoso de sus compañeros. Con un gran recorrido, no estaba falto de técnica y de llegada a la portería rival, por lo que, durante los primeros años de su carrera se aproximaba a los diez goles por temporada, registros que luego fueron descendiendo. Fue descubierto por el mítico Hannes Weisweiler para el Gladbach y pronto se hizo un hueco en el equipo titular verdinegro. En su cuarta temporada en el club, en 1970, 'Hacki', como era conocido, ganó la liga con su equipo, éxito que repetiría la temporada siguiente.

A nivel internacional, debutó con la selección en 1968 y entró en la preselección para el Mundial de México, pero no formó parte de la plantilla de 22 jugadores que llegó a semifinales en la cita de 1970. Para el siguiente campeonato, el seleccionador, Helmut Schön, introdujo algunos cambios y el equipo los notó. Se dice que la selección que disputó la calificación y la fase final de la Eurocopa de 1972 es, seguramente, la que mejor ha jugado al fútbol y la más virtuosa del conjunto teutón hasta la de la última década.

Wimmer, que en 1972 ganó la Copa con su equipo, disputó los seis partidos de la ronda previa, entre ellos la eliminatoria de cuartos de final ante Inglaterra, con un 1-3 en Wembley que sigue siendo uno de los triunfos más recordados de la historia de la Mannschaft. Por primera vez, Alemania Federal entraba en una final a cuatro del torneo y la casualidad quiso que se celebrara en Bélgica, el estado donde ahora se encontraba Eupen, la ciudad natal de Wimmer. Fue titular en las semifinales, en Amberes, en las que Alemania tuvo que basarse en dos goles de Gerd Müller para imponerse al anfitrión, que redujo la distancia infructuosamente mediante Polleunis. La final sería en Bruselas, cuatro días más tarde, ante el primer campeón del torneo, la Unión Soviética.


El gol

Fue un recital de los alemanes, que se adelantaron con un remate de Gerd Müller, el máximo goleador del último mundial y que también lo sería de la Eurocopa, en el minuto 28. Los primeros compases de la reanudación fueron nefastos para los soviéticos, que encajaron dos goles más.


Y Wimmer metió el segundo. Beckenbauer sacó el balón jugado, combinó con Höness y este con Netzer, que liberó el balón hacia Jupp Heynckes, compañero en Mönchengladbach. Este se había retrasado y dejó un espacio en el área que aprovechó un llegador como Wimmer quien, con su capacidad física, remató de primera con la izquierda. El disparo no era ni fuerte, ni colocado, pero el portero ucraniano del Dinamo de Kiev Rudakov ayudó con una estirada poco afortunada y el balón entró. Era el 2-0 en el minuto 52 y, cinco más tarde, nuevamente Gerd Müller establecería el resultado definitivo. Alemania Federal obtenía su primera Eurocopa.

Pese al éxito, Wimmer casi desapareció del equipo en los siguientes años. Muy cercano a Netzer, la caída en desgracia de este lo terminó perjudicando y su lugar fue ocupado por otros jugadores como Bonhof o Cullmann. Entre la Eurocopa y el Mundial sólo estuvo presente en cinco amistosos y, en la Copa del Mundo, sólo entró de suplente en un duelo y fue relevado en otro, los más secundarios del torneo. Se proclamó campeón, aunque su participación fue marginal.

En los años posteriores, el Bayern ganó las Copas de Europa pero las ligas eran para el Borussia. Tres consecutivas entre 1975 y 1977, a parte de una UEFA y de la final de la máxima competición continental en la última de estas temporadas. Estos éxitos volvieron a convertir a Wimmer en un habitual de la selección, Schön lo volvió a alinear en toda la fase de clasificación para la Eurocopa de 1976 y contó con él para la fase final de Yugoslavia. Allí fue titular en las semifinales, contra los anfitriones, y en la final, ante Checoslovaquia. Fue sustituido los dos días yendo por detrás en el marcador y el equipo perdió la final por penaltis. Fue su último partido, con 31 años, con el combinado nacional.

Wimmer jugó dos temporadas más a alto nivel. En la final de la Copa de Europa de 1977 ante el Liverpool, perdida por 3-1 en Roma, se lesionó en el minuto 24. El año siguiente, volvió a ser eliminado por los reds, que remontaron con un 3- 0 un 2-1 de la ida del Gladbach y el equipo quedó segundo en la Bundesliga, a tres puntos del Colonia. Con 33 años, dejó el fútbol en un punto alto, fiel a unos colores, los de su formación, y a los de su país, con el que llegó a su punto álgido con aquel remate no muy estético, pero muy efectivo, del 1972 a Heysel.

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