dissabte, 15 d’agost del 2020

República Checa, 1- Portugal, 3 (Euro 2008-Primera fase)

301. Deco (0-1)

En las últimas décadas cada vez ha adquirido más importancia el aspecto físico en el fútbol. Muchos entrenadores lo basan casi todo en esta variable para formar sus equipos. Pero paralelamente ha ido creciendo una corriente contraria, la que explica que la creación de juego corresponde a futbolistas, habitualmente pequeños, con el centro de gravedad bajo, que aportan toda la creatividad que los equipos necesitan. Este tipo de jugador debe suplir sus carencias morfológicas con mucha inteligencia y astucia. Y estas son dos de las características que adornaban el juego de Anderson Luis de Souza, conocido por todos como Deco.



Vivió y jugó a fútbol en su Brasil natal hasta los veinte años. Del Corinthians de Sao Paulo dio el salto a Portugal. Fue el Benfica el equipo que lo llevó a Europa, pero el conjunto lisboeta lo cedió al Alverca y no le hizo nunca caso. En uno de los errores más clamorosos del fútbol de ese país en toda la historia, permitió su salida y que lo fichara el gran rival, el Oporto, que lo dejó cedido un año en el Salgueiros. Cuando se incorporó a los Dragões, en 1999, la entidad inició una de las mejores etapas en su historia, sobre todo a partir de 2002, cuando llegó José Mourinho al banquillo. En dos temporadas, desde su posición de media punta, llevó a su equipo a ganar la UEFA y la Champions consecutivamente. Era el jugador de moda.

Aquel 2004, ya nacionalizado portugués, fue uno de los puntales de la selección que estuvo a punto de ganar la Eurocopa jugada en casa. Sólo la derrota en la final contra Grecia se lo impidió. Se lo disputaban los mejores de Europa y terminó en el FC Barcelona. Se decía que no mezclaría con Ronaldinho, pero Frank Rijkaard le encontró una nueva posición en el centro del campo. Se adaptó enseguida y guió a los azulgrana hasta la Liga de Campeones de 2006 y al equipo luso a las semifinales del mundial de Alemania. Dos años después, sin embargo, la carrera de Deco en el Camp Nou había terminado. Una vida extrafutbolística no excesivamente cuidada provocaron que Pep Guardiola pidiera su salida nada más aterrizar. Aquel verano, el de 2008, había otra Eurocopa, la de Austria y Suiza. A punto de cumplir 31 años volvió a ser convocado por el seleccionador Luiz Felipe Scolari.


El gol

Deco fue titular en la primera victoria portuguesa, contra Turquía, y también en el segundo partido, contra la República Checa, en Ginebra. Y a los siete minutos consiguió marcar. Fue en una acción típica suya, arrancando desde la banda izquierda en una buena conducción. Combinó con Cristiano Ronaldo y éste hizo la pared con Nuno Gomes. Ya dentro del área, el portero Cech evitó que el entonces jugador del Manchester United pudiera marcar, pero el balón le quedó a Deco, que seguía la acción. Este ganó la batalla a Cech, que se había levantado del suelo, y anotó en una de sus especialidades, marcar haciendo rebotar la pelota en un contrario. La víctima en esta ocasión fue el lateral Marek Jankulovski. Se puede ver en la primera acción del vídeo del siguiente enlace.

https://www.dailymotion.com/video/xyxw1h


Los checos empatarían a continuación, pero un gol de Cristiano, a pase del protagonista de esta artículo, y uno de Quaresma, precisamente el jugador que el Barça envió al Oporto cuatro años antes para conseguir el fichaje de Deco, establecieron el 1-3 final. Portugal hizo descansar los titulares contra Suiza, con la clasificación ya conseguida, y jugó los cuartos de final contra Alemania. Una derrota por 2-3, con Deco actuando los noventa minutos, puso fin a la aventura. Con la selección, Deco aún iría al mundial de Sudáfrica de 2010, pero sólo jugó 62 minutos en el empate a cero entre su selección y Costa de Marfil.

Antes, en verano de 2008, había fichado por el Chelsea. Comenzó bien, pero estuvo a punto de irse al Inter de Mourinho por problemas con el técnico, Guus Hiddink. Las lesiones también le castigaron en esta temporada, la de la eliminatoria entre ingleses y azulgrana y el famoso gol de Iniesta. El año siguiente, la llegada de Carlo Ancelotti al banquillo blue lo hizo quedar en el equipo y éste consiguió el doblete de liga y Copa. En 2010 volvió a Brasil y con el Fluminense ganó el campeonato brasileño, el 22º título en total de una trayectoria impresionante de un jugador que supo adaptarse a las situaciones que le tocó vivir para triunfar.

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