diumenge, 23 d’agost del 2020

Inglaterra, 0- Irlanda, 1 (Euro 88-Primera fase)

293. Ray Houghton (0-1)

El fútbol, ​​y el deporte en general, nos ofrecen tantas historias rebuscadas que seguramente no es de extrañar que dos de los goles más importantes de la historia de una selección los haya marcado alguien nacido en otra y que ha desarrollado toda la carrera en una tercera. Si a los aficionados de la República de Irlanda de cierta edad se les pregunta cuáles han sido las anotaciones más recordadas de Eire, nombre irlandés antiguo para designar el país, seguramente entre ellas hay un par del centrocampista Ray Houghton.



Pero Houghton no es irlandés. Nació en Glasgow, en Escocia y, en realidad, jugó con la selección de este país hasta la categoría sub-18. Su familia se trasladó a Londres cuando tenía diez años y él empezó a jugar en equipos de la ciudad. Primero al este de la metrópoli, en el West Ham, con el que debutó en Primera. Después en el oeste, con el Fulham y, finalmente, en el Oxford United, conjunto que entonces disputaba la máxima categoría.

Fue en esta última etapa cuando inició su carrera internacional. Y no lo hizo con el equipo escocés, que entonces tenía un gran potencial y había asistido a los cuatro últimos mundiales. Seguramente la gran competencia lo hizo echar atrás y quizás pensaba que su juego, eminentemente físico, no sería aceptado por la formación que entonces preparaba Andy Roxburgh. Así, su padre, nacido en Buncrana, en el condado de Donegal, en la isla de al lado, le dio el argumento necesario para vestirse con la camiseta verde de la República de Irlanda.

Houghton debutó con 24 años y ayudó al equipo dirigido por el ex defensa de la selección inglesa Jackie Charlton, hermano del mítico Bobby, a clasificarse para el primer grande de su historia, la Eurocopa de Alemania 1988. Sorprendentemente, superó un grupo en el que, además de Bélgica, Bulgaria y Luxemburgo, también estaba Escocia. En los partidos que los enfrentaron, Irlanda empató en casa y consiguió una gran victoria en Hampden Park, en Glasgow, con Houghton de titular y de rival en la ciudad donde había nacido. Un gol de Mark Lawrenson fue vital para la clasificación.

En 1987, además, Houghton había dado un salto adelante en su carrera. Había dejado Londres y había fichado por el Liverpool. La temporada había sido buena, con 28 partidos y 5 goles en una liga que los reds se habían llevado con facilidad. Ahora tocaba la ratificación a nivel internacional. Y si en la clasificación se había enfrentado a uno de sus países, en la fase final jugaría contra el otro.

El gol

Porque el sorteo caprichoso propició que el debut irlandés fuera contra Inglaterra en Stuttgart. Muchos de los jugadores irlandeses habían nacido o jugaban en la liga del país al que se enfrentaban, con lo que el ambiente que se vivió en el Neckarstadion fue sensacional. Y el duelo se decidió muy pronto, a los seis minutos de juego.



Fue en un balón colgado al área por Galvin por la banda izquierda que el lateral inglés Sansom se complicó lanzándolo hacia arriba. Cuando cayó, John Aldridge, delantero del Liverpool, que también había preferido defender la selección irlandesa y no la de su Inglaterra natal, ganó en el salto al central Adams. El esférico fue hacia su compañero Houghton quien, sin dejarlo caer, proyectó una vaselina también con la cabeza y superó al portero Peter Shilton. El resultado ya no cambiaría en los 84 minutos restantes.

Irlanda estuvo a punto de pasar a cuartos de final, pero lo evitó un gol de los posteriores campeones, los Países Bajos, en el tramo final del último partido de la primera fase. Pero Houghton e Irlanda iniciaron un camino que los llevó a sus mejores años. Mientras el jugador se estaría cinco temporadas en Anfield antes de fichar el Aston Villa, en 1992, Irlanda jugaría el mundial de Italia 90, en el que llegaría a los cuartos de final. No estuvo en la Eurocopa del 92, pero sí en la Copa del Mundo de Estados Unidos. Allí, en New Jersey, Houghton marcaría otro gol histórico, lo que serviría a su país para derrotar a Italia, también en el debut, por 0-1. Aquel equipo, ya muy veterano, llegó a octavos de final del torneo, el último del centrocampista en grandes campeonatos de selecciones.

La trayectoria de Houghton, que ya tenía 32 años, fue pasando por el Crystal Palace y el Reading antes de terminar en el Stevenage Borough, de quinta categoría. Después inició una carrera en los medios de comunicación, como comentarista, y también de colaborador de juegos interactivos.

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