diumenge, 16 d’agost del 2020

Francia, 2- Rumania, 1 (Euro 2016-Primera fase)

300. Olivier Giroud (1-0)

La importancia de algunos jugadores a veces va más allá de la cifra de goles o de asistencias que consiguen. Algunos hacen un trabajo oscuro de la que se benefician otros, y también el equipo, para ganar partidos y lograr títulos. El trabajo de ciertos delanteros, que se pelean con los centrales de otros equipos y abren espacios para los compañeros, puede ser muy ingrata y de ello, en los últimos años, en la selección francesa, sabe mucho Olivier Giroud.


El atacante, que el mes que viene cumplirà ya 34 años, completó una estadística curiosa en el pasado mundial de Rusia. Su selección, Francia, quedó campeona del mundo y él actuó en los siete partidos, seis de ellos de titular, sin disparar ninguna vez a la portería rival. Eso sí, su trabajo fue vital para que sus compañeros de ataque, Griezmann y Mbappé, se convirtieran en decisivos en términos de anotación.

El recorrido de Giroud con la selección comenzó a los 25 años, la temporada 2011-12, en la que comenzó a ser conocido por todas partes. Fue aquella en la que impulsó al modesto Montpellier al título de liga en Francia. El equipo de René Girard sorprendió a todos, sobre todo al PSG, y le arrebató el título con 21 goles del atacante, que sólo dos temporadas atrás jugaba en Tours, en Segunda División. Giroud jugó la Eurocopa de 2012 y luego se fue al Arsenal, donde estuvo seis temporadas.

En la selección era sustituto de Karim Benzema, jugador más talentoso que él. Pero los problemas que el delantero del Real Madrid tuvo con la justicia tras el mundial de 2014, y por los que fue apartado del equipo nacional, provocaron que se creara un espacio que Giroud aprovechó muy bien. Así, en 2016, comenzó la Eurocopa de casa desde la titularidad.

El gol

Francia iniciaba el torneo en Saint-Denis contra Rumanía en un partido que tenía que ganar con facilidad. Pero los rumanos plantaron cara de verdad y los anfitriones necesitaron un gol polémico para adelantarse. Fue en un centro muy alto desde la banda derecha de Payet. Giroud saltó con el portero Tatarusanu para rematar y pareció que lo hacía limpiamente para marcar el 1-0. El colegiado, el húngaro Viktor Kassai, concedió gol.



Pero en una de las repeticiones posteriores se vio claramente cómo, en el salto, Giroud toca con el codo el brazo derecho del portero, con lo cual le impide llegar al balón, y puede rematar a portería. El gol, por lo tanto, debería haber sido anulado. Pero entonces aún no había VAR.



Rumania empató casi a continuación con un penalti transformado por Stancu y Francia tuvo que esperar al último minuto cuando Payet resolvió el partido con un golazo. El equipo galo entró sin problemas a octavos de final, Giroud anotó un doblete en cuartos para eliminar a Islandia por 5-2 y el equipo llegó a la final, que perdió, ante su público, contra Portugal.

El seleccionador, Didier Deschamps, continuó confiando en él. En enero de 2018 fue traspasado al Chelsea e inició el mundial como suplente de Dembélé, pero entró en el campo y ya no salió. Hizo una tarea impagable para sus compañeros y se proclamó campeón del mundo. A pesar de su veteranía, ha seguido siendo un fijo en la fase de clasificación para la Eurocopa del 2021, con diez partidos jugados y seis goles en seis partidos diferentes. Llegará al campeonato con un año más, pero parece complicado que, si no hay ninguna lesión, Deschamps lo afronte sin alguien que para él es tan valioso.

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