dissabte, 8 d’agost del 2020

España, 0- Noruega, 1 (Euro 2000-Primera fase)

308. Steffen Iversen (0-1)

La selección noruega de fútbol vivió una época dorada durante los años noventa. Gracias a la exportación de sus jugadores, básicamente a la Premier League, la selección pudo juntar una buena cantidad de futbolistas con talento y experiencia que explotaban al máximo su físico y también un juego que, en la mayoría de los casos, se basaba en las acciones directas al área. Noruega, ausente de las grandes citas durante décadas, jugó los mundiales de 1994 y 1998 y debutó en una Eurocopa en 2000, en Bélgica y los Países Bajos. Uno de sus jugadores más destacados entonces era el delantero Steffen Iversen.



Fue una de las apariciones del Rosenborg, el campeón de liga, de aquella década. Debutó en la Liga de Campeones con dieciocho años y ya tenía una experiencia de doce partidos con el equipo de Trondheim en la máxima competición europea cuando lo fichó el Tottenham. Su tipología de jugador era perfecta para las islas. Podía arrancar desde la banda, pero solía terminar en el centro. Era potente físicamente, con capacidad para el remate, pero también muy móvil, por lo que era a menudo indetectable para los defensas. Fue evolucionando y en la temporada 1999-2000, la de antes de la Eurocopa, disputó 36 partidos con los Spurs con la nada despreciable marca de catorce goles. Era el momento indicado para afrontar su primer gran torneo, al que Noruega había accedido tras arrasar en un grupo con Eslovenia y Grecia como máximos rivales.

El gol

El debut fue en Rotterdam contra España, un conjunto muy ofensivo, que había entusiasmado en la fase de clasificación. Pero Noruega, basada en el habitual juego rocoso, no quería ir de víctima. De hecho, en aquel partido alineó a los delanteros Flo y Solskjaer junto a Iversen, tres jugadores con mucha capacidad realizadora. El duelo fue cerrado, con mucha presión de los nórdicos, y se decidió en una acción desafortunada del portero español. José Francisco Molina había acabado de bajar a Segunda con el Atlético de Madrid. Había ganado la partida a Santi Cañizares por la titularidad gracias a su mejor juego con los pies y a saber actuar alejado del área, un rasgo básico en las ideas del seleccionador, José Antonio Camacho. Pero precisamente una salida suya fue determinante. En el siguiente video se puede ver el gol en el minuto 1.15.



Fue en una jugada más vieja que el fútbol. Balonazo arriba, hacia el área, del portero Myhre. Molina pide la pelota y por eso el central Paco se desentiende de la acción. Pero no lo hace Iversen, que va a luchar en el salto con el arquero rival. Molina calcula mal, Iversen le gana la lucha limpiamente y toca el balón para introducirlo en el fondo de la portería. España ya no reaccionará y Noruega ganará por 0-1. Molina ya no jugaría más en el campeonato, ni regresaría a la selección. Sin embargo, los nórdicos no fueron capaces de marcar otro gol en la primera fase. Perdieron por 0-1 contra Yugoslavia y empataron a cero contra Eslovenia. Quedaron fuera de los cuartos de final precisamente por un gol español contra los yugoslavos en el último minuto y por diferencia de goles con respecto a los balcánicos.

Iversen jugó tres años más en el Tottenham en una época en que se apartó bastante del arquetipo del jugador noruego, disciplinado y recto. Fue noticia más de una vez por escándalos en clubs nocturnos e incluso fue apartado de la selección unos años más tarde por el máximo responsable, Age Hareide, por llegar tarde a una reunión prepartido. Se había dormido. Sobre todo ello, de Iversen se ha escrito una biografía en Noruega, "Steffen, nacido para el fútbol", de Anders Molster Galaasen, bastante jugosa, y no precisamente por sus habilidades futbolísticas.

El jugador escandinavo dejó el Tottenham en 2004, estuvo un año en los Wolves, con quien bajó a Segunda y volvió a casa para actuar en los dos grandes rivales del fútbol de su país, tres años en el Valerenga y cinco en el Rosenborg, con actitudes bastante ofensivas, en algunos momentos, contra la afición del equipo rival dependiendo de qué camiseta vestía. Con 34 años vivió un canto del cisne británico en el Crystal Palace, en la segunda categoría, antes de retornar al punto de partida, en Trondheim, donde puso punto final a una carrera bastante exprimida, a los 37 años.

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