divendres, 28 d’agost del 2020

Bulgaria, 0- Dinamarca, 2 (Euro 2004-Primera fase)

288. Jon Dahl Tomasson (0-1)

Cuando se piensa en la selección danesa de fútbol, ​​la memoria se va hacia dos épocas. La primera, en la década de los ochenta, con la Dinamita Roja que entusiasmó, sobre todo, en la Eurocopa del 84 y el mundial del 86. La segunda, poco después, con el equipo que, contra todo pronóstico, se proclamó campeón continental en 1992. Después, salvo momentos puntuales, como el mundial 98, el combinado nórdico ha estado pocas veces en las últimas rondas, aunque no se puede despreciar que se clasifique a menudo para los grandes torneos, teniendo en cuenta que hablamos de un país que no llega a seis millones de habitantes luchando contra los grandes transatlánticos europeos.

Posiblemente por eso, los jugadores daneses de este siglo no reciben la misma consideración que los del final del anterior, ni que hayan logrado o grandes cifras y una carrera destacada en las mejores ligas del continente. Es el caso del delantero Jon Dahl Tomasson.



Pero Tomasson, de raíces islandesas y finlandesas, fue seguramente el talento danés más destacado de la primera década del siglo XXI. Jugador inteligente, como mejor funcionaba era acompañando a un delantero que fijara a las defensas rivales, asociándose con el centro del campo y llegando desde segunda línea para golear. I marcó muchos goles, en el transcurso de una carrera de idas y venidas a diferentes competiciones salpicada de victorias notables.

Porque después de salir de su país y de anotar mucho en una liga agradecida como la neerlandesa, en el Heerenveen, Tomasson probó suerte en la Premier, en el Newcastle. Con sólo tres goles en 23 partidos de liga decidió volver a un hábitat conocido, a los Países Bajos, pero esta vez a un club grande, el Feyenoord. En Rotterdam, aparte de ganar una UEFA en 2002, mostró su mejor juego y, tras cuatro años, lo fichó el Milan, club con el que fue campeón de Europa en 2003, a pesar de que él no actuó en las últimas rondas. Su mejor temporada en Italia fue la siguiente, con doce goles en el campeonato, justo antes de la Eurocopa de Portugal de 2004.

El gol

Tomasson ya tenía experiencia con el equipo nacional. Había debutado en un gran torneo en la anterior Eurocopa y había demostrado sus credenciales en el mundial de 2002, en que había marcado cuatro goles en la primera fase antes de que su equipo fuera eliminado en octavos por Inglaterra. En ese momento era el mejor jugador del país, actuaba en uno de los grandes del continente y quería liderar Dinamarca en un nuevo torneo. El conjunto de Morten Olsen había debutado con un meritorio empate sin goles contra Italia y ahora llegaba el partido que había que vencer, contra Bulgaria.

El duelo de Braga, ante un adversario que había sido apalizado en el debut contra Suecia por 5-0, no fue fácil y costó de romper. Hizo falta esperar al último minuto de la primera parte para que los daneses marcaran en una típica acción de entendimiento de los delanteros.



Fue en una pelota robada en defensa por otro jugador que había estado en el Milan, Thomas Helveg. La transición la condujo Gravesen, quien envió un balón largo a Jörgensen. Este trató de centrar, pero el balón tocó en un defensa. Entonces fue cuando los dos delanteros se compenetraron. Fue el punta, Ebbe Sand, quien se retrasó atrayendo a los centrales. Volvió el esférico a Gravesen y éste descubrió enseguida el espacio para la penetración de Jörgensen ante una cobertura que salía. El extremo no fue egoísta y, frente al portero Zdravkov, dio el gol hecho a Tomasson, quien había ocupado la teórica posición de Sand y ahora remataba sin oposición a puerta vacía.

Dinamarca ganó por 0-2, con un gol de Gronkjaer en la segunda parte, y pasó a cuartos gracias a un polémico empate a dos contra los vecinos suecos que los beneficiaba a ambos y que dejaba a Italia fuera del torneo. Tomasson marcó los dos goles del partido. En cuartos de final, la República Checa fue demasiado fuerte y dejó a los daneses fuera del torneo.

Tomasson estuvo un año más en el Milan antes de iniciar una aventura en Alemania con el Stuttgart, que duró un año y medio, el tiempo que estuvo en el mejor Villarreal de la historia, que terminó segundo de la liga española, aunque él contribuyó con sólo tres goles. En 2008, con 33 años, volvió al Feyenoord donde, con menos exigencia, se retiró.

Con el equipo nacional, después de 2004 pagó el hecho de que Dinamarca no entrara en los grandes certámenes hasta el mundial del 2010 donde, como ha pasado con otros grandes jugadores, él también colgó las botas del fútbol en un gran torneo. Su último partido fue una derrota contra Japón por 1-3 que apartaba a su equipo del torneo, pero él quiso dejar su sello hasta el final y marcó el último de los 52 goles conseguidos en 112 internacionalidades.

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