dimarts, 28 de juliol del 2020

Escocia, 1- Suiza, 0 (Euro 96-Primera fase)

319. Ally McCoist (1-0)

Hay jugadores cuya fama no es tan conocida internacionalmente pero que son auténticas leyendas en sus equipos o sus países. Son futbolistas que han dedicado casi toda su trayectoria a un club y han disputado competiciones internacionales, pero el hecho de que estas formaciones no llegaran a finales continentales o las selecciones a últimas rondas de los grandes torneos provocan que su dimensión no sea suficientemente valorada. Es el caso del escocés Ally McCoist.



Estamos hablando del quinto máximo goleador histórico de la liga de su país, un campeonato que ahora no es de los mejores del continente pero que durante décadas ha tenido potencial, sobre todo durante el siglo pasado. McCoist es una institución del Glasgow Rangers, equipo al que hizo nueve veces campeón de liga. Además, fue el máximo goleador, empatado con cuatro jugadores más, de la Copa de Europa de 1988 y, una vez finalizada su trayectoria como futbolista, fue técnico del equipo de Ibrox Park, tanto como ayudante de Walter Smith en la máxima categoría como responsable principal cuando el club fue descendido a cuarta por irregularidades financieras.

McCoist, surgido de la cantera del St. Johnstone y con dos temporadas en el Sunderland inglés antes de pasarse quince con los protestantes de Glasgow, también hizo carrera en los medios de comunicación y es tanto de los Rangers que cuando tuvo que hacer de capitán del eterno rival, del Celtic, la película a Shot of Glory, coprotagonizada por Robert Duvall, llevaba una camiseta azul de su equipo debajo de la blanca y verde que debía vestir para recrear su personaje.

Con la selección, había conseguido la clasificación, con un papel determinante, para las fases finales del Mundial de Italia 90 y para la Eurocopa de Suecia 92. En ambos certámenes, los escoceses habían caído en la primera fase y él no había anotado ningún gol. Su papel en la clasificación para la Eurocopa del 96, en Inglaterra, no fue tan importante, pero entró en la lista de Craig Brown para el torneo, al que llegaba a punto de cumplir 34 años.

El gol

En el primer partido, contra los Países Bajos, no fue titular y el empate a cero goles, positivo, motivó al seleccionador a mantener la misma estructura para jugar en Wembley contra Inglaterra. En el segundo duelo, McCoist entró al campo con derrota momentánea por 0-1 por culpa de un gol de Shearer. No pudo anotar y el 0-2 de Gasgoigne sentenció el partido. Escocia necesitaba ganar el tercer partido, contra Suiza, y remontar cuatro anotaciones en la diferencia de goles para llegar a cuartos de final. Y casi consigue su objetivo. McCoist salió en el equipo titular y la cosa fue bien.




Fue en el minuto 36 cuando se retrasó para tocar con la cabeza un saque de banda. Cedió el balón a McAllister, que se giró y le devolvió el esférico para que su compañero pudiera encarar el área. No hizo falta entrar porque, sin pensarlo, soltó un potente disparo que superó espectacularmente al portero Pascolo.

Escocia estuvo a punto de hacer realidad el milagro. Le faltó un gol. De hecho, estuvo unos minutos clasificada, cuando Inglaterra derrotaba por 4-0 a los Países Bajos en Wembley. Un gol de Kluivert y el hecho de que los escoceses no marcaran otro en Villa Park dio el billete a los neerlandeses simplemente por haber marcado más goles durante el torneo. De hecho, el de McCoist fue el primero, y el único, de su equipo en todo el campeonato. Tampoco se entendió que fuera sustituido en el minuto 85 cuando lo que necesitaba su formación era un gol, su especialidad. Sea como sea, este fue el último partido de la leyenda de los Rangers en un gran torneo. Estuvo dos temporadas más en el equipo antes de fichar por Kilmarnock y retirarse cuando estaba a punto de cumplir 39 años.

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