dilluns, 9 de novembre del 2020

Inglaterra, 0- Italia, 1 (Euro 80-Primera fase)

215. Marco Tardelli (0-1)

Muchos jugadores italianos, sobre todo los defensas y los centrocampistas, han destacado por su perseverancia y su capacidad de lucha. Han sido futbolistas que no se han dado nunca por vencidos y su lucha constante ha provocado que la selección llegara a triunfos, en el transcurso de la historia, que quizás por calidad no le habrían correspondido. Todos estos ideales, y en su caso también una notable capacidad técnica, acompañaron en la carrera de todo un campeón del mundo y también de una leyenda de la Juventus, el racial Marco Tardelli.


En la historia del fútbol hay jugadores cuya imagen va ligado ineludiblemente a un momento. La de Marco Tardelli es clara. Su celebración al anotar el segundo gol de Italia en la final del mundial de España 82, un partido que los transalpinos acabarían ganando por 3-1, es icónica. En el momento en que ve que su disparo ha entrado en la portería de Schumacher, echa a correr en dirección a tribuna con los puños apretados y con los ojos saliéndole de las órbitas, celebrando la anotación. Esta era la fuerza de un pulmón que jugó una década en la Juventus, con la que llegó a sus máximos hitos.

Nacido en la Toscana, se inició en el Pisa, pero su carrera fue recta, y no torcida como la torre que hay en la ciudad. Debutó en la Serie C (tercera categoría) con este equipo, al año siguiente estaba en Como, en Serie B, y debutó en la máxima división de la mano de la Juventus que entonces entrenaba Carlo Parola.

Tardelli era un centrocampista total, con calidad a la hora de conducir el balón y de llegar al área, pero con fuerza, dureza y capacidad para robar el balón cuando era necesario. Era elegante en algunos momentos, y duro en otros. Esta versatilidad fue siempre muy valorada por sus entrenadores. En los tres primeros años en la Juve, ganó dos de las cinco ligas que se llevaría y una Copa de la UEFA, en una vibrante final a doble partido contra el Athletic de Bilbao. En 1978 fue convocado para su primer mundial, el de Argentina, donde jugó los seis primeros partidos y catapultó a la selección hasta el cuarto puesto. No pudo disputar la final de consolación por tarjetas.

Dos años más tarde, llegaba su primera Eurocopa, que los transalpinos jugarían en casa. Y Tardelli fue tan importante, en la decepcionante imagen de los anfitriones, que anotó el único gol de su formación en la primera fase de un torneo marcado por la falta de público en los estadios a raíz de los escándalos en el fútbol del país .

El gol

El formato del torneo presentaba, por primera vez, dos grupos. El campeón de cada uno jugaría directamente la final. Italia se estrenó con un empate a cero goles contra Bélgica y afrontaba el segundo enfrentamiento en el habitual estadio de Tardelli, el Comunale de Turín, contra Inglaterra. El duelo fue muy igualado y no se desequilibró hasta once minutos antes del final.


Fue en un arranque del virtuoso medio de la Fiorentina Giancarlo Antognoni por el centro del campo. Abrió a la izquierda, donde Graziani se escapó de la marca de Phil Neal y, cuando llegaba Phil Thompson, envió un centro al corazón del área pequeña donde Marco Tardelli, con gran fuerza, se adelantó a todo el mundo y superó a Peter Shilton. Italia sumaba tres puntos en dos partidos y tenía en la mano llegar a la final. Pero en el último partido del grupo, sólo pudo empatar a cero contra España y fue Bélgica la que llegó al partido decisivo. Además, los italianos no pudieron ser terceros, al perder por penaltis contra Checoslovaquia en la consolación.

Tardelli tenía 26 años y se encontraba en su mejor momento. Ganó dos ligas más con la Juventus, aunque se le resistía la Copa de Europa, e intervino en la clasificación de los italianos para el mundial de España. Allí, como todo el equipo, fue de menos a más. La formación de Bearzot no ganó ningún partido en la primera fase, pero disputó una gran segunda fase, venciendo a Argentina por 2-1, con un gol suyo, y a Brasil, en un duelo histórico. Un triunfo contra Polonia los llevó a la final en la que llegó el famoso gol de Tardelli, el segundo contra Alemania Federal, y el título mundial.

La Copa de Europa cayó en el palmarés de Tardelli en su último partido con la Juventus, después de que Italia no se clasificara para la Eurocopa 1984. Fue un último duelo trágico, la final de Heysel contra el Liverpool, con victoria por 1-0 pero con 39 muertos y decenas de heridos. Con una Recopa y una Supercopa, conquistadas el año anterior, en su palmarés, abandonó diez años vistiendo de blanquinegro. Con 30 años fichó por el Inter, con el que no ganó nada. Fue convocado para el Mundial de México 86, pero no le dieron ningún minuto de juego. En realidad, desde el año anterior no jugaba ningún minuto.

Tardelli inició una larga carrera de entrenador con equipos menores, como el Como y el Cesena, antes de ser reclutado por la selección italiana sub-21, con la que ganó la Eurocopa 2000 con elementos como Pirlo o Gattuso en la plantilla. Desempeñó el cargo de técnico asistente de Giovanni Trapattoni en la selección irlandesa, preparó a la egipcia y antes había llegado a entrenar al Inter de Milán, con el que tampoco ganó nada. El gol de Tardelli contra los ingleses de 1980 no será tan recordado como el de dos años después en la final del mundial, pero definió su carácter.

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