dissabte, 28 de novembre del 2020

Alemania, 1- Países Bajos, 1 (Euro 2004-Primera fase)

196. Ruud van Nistelrooy (1-1)

Disponer de un gran goleador representa un factor diferencial. Los equipos pueden jugar muy bien, pero si no se tienen jugadores que metan el balón en la portería rival con cierta regularidad, las metas están más lejos de conseguirse. La selección neerlandesa dispuso de grandes atacantes durante los últimos años del siglo pasado y los primeros de éste y uno de los más destacados fue el potente zurdo Ruud van Nistelrooy.


Nacido en Oss, relativamente cerca de la frontera alemana, Van Nistelrooy se tuvo que trasladar a unos kilómetros al oeste, a s'Hertogenbosch, para empezar a jugar al fútbol en el Den Bosch. Curiosamente, lo hizo de medio centro defensivo y allí lo reconvirtieron en delantero centro tras observar sus cualidades goleadoras. Anotó 12 goles en la segunda categoría neerlandesa ya con 21 años y lo fichó el Heerenveen, de la Eredivisie. En sólo un año, este equipo pasó de pagar 360.000 euros a venderlo por 6,3 millones al PSV Eindhoven. La culpa la tuvieron los 13 goles que consiguió en la liga.

Y en el equipo de la Philips explotó con 32 goles en 34 partidos en su primera temporada, la posterior al mundial del 1998. Su progresión era constante y fue llamado para la selección. En la segunda temporada marcó 29 veces en 23 enfrentamientos. Sus características eran claras: su cuerpo le permitía luchar de tú a tú con los defensas y la capacidad de remate en todas las posiciones, sobre todo con la pierna izquierda, lo hacían muy difícil de parar. El año 2000 parecía que iría bien y jugaría la Eurocopa, pero una rotura de ligamentos de la rodilla no le permitió disputar el torneo en casa. Sería una de las muchas lesiones que tuvo en el largo de su carrera, la mayoría musculares.

Alex Ferguson, el técnico del Manchester United, se dio cuenta de que era el delantero que necesitaba, pero dudaba de sus condiciones físicas. Por ello, una vez recuperado de la lesión, los ingleses le dejaron cedido en el PSV para que se pusiera en forma. El año siguiente ya jugó en Old Trafford, donde su rendimiento fue espectacular, con 95 goles en 150 partidos durante cinco temporadas. Ganó una liga, una Copa, una Copa de la liga y una Supercopa y era querido por su afición.

En medio de esta etapa llegó su primer gran torneo de selecciones. En 2002 no pudo estar en el mundial de Japón y Corea, para el que los Países Bajos no se clasificaron, pero en 2004, con casi 28 años, llegaba la Eurocopa de Portugal y su selección tenía suficiente calidad para aspirar al título . En el partido del estreno ya dejó muestras de su capacidad rematadora con un gol espectacular.

El gol

El duelo no podía ser de más rivalidad, contra la odiada Alemania en Oporto. Él fue titular y los neerlandeses remaron a contracorriente por culpa de un gol de Thorsten Frings en la primera mitad en una acción de falta directa. El reloj iba avanzando y se acababa el tiempo para remontar, cuando llegó una acción más propia de lucha grecorromana que de fútbol.



Los alemanes se complicaron la vida a la izquierda de su defensa cuando el centrocampista Fabian Ernst perdió el balón ante el díscolo Andy van der Meyde. El jugador entonces del Inter de Milán envió un centro extraordinario hacia el área pequeña y allí Van Nistelrooy, agarrado por todas partes por el defensa Christian Wörns, remató cayendo al suelo, siendo objeto de penalti, en una especie de cuchara que sorprendió al portero Oliver Kahn. Los Países Bajos salvaban un punto.

Van Nistelrooy marcaría un gol en la derrota por 2-3 contra la República Checa y dos en el triunfo por 3-0 contra Letonia que permitió a los neerlandeses entrar en cuartos de final. Allí derrotaron a Suecia en los penaltis, tras un empate a cero. El jugador del United anotó el primer lanzamiento de la primera tanda ganada por la selección en toda la historia, después de muchas decepciones anteriores con este sistema de resolución. Los oranje, sin embargo, serían eliminados por Portugal en las semifinales por 2-1.

Dos años más tarde, después de una buena temporada, Van Nistelrooy fue fichado por el Real Madrid de la época post-galáctica con la intención de arrebatar el reinado de la liga al Barça de Ronaldinho. Y lo consiguió al ganar dos títulos seguidos, el primero tras un gol decisivo del neerlandés en Zaragoza que acompañó, casi simultáneamente, al Tamudazo del Camp Nou. El delantero había actuado en el mundial de Alemania y en 2008 también sería importante en la Eurocopa de Austria y Suiza, en la que anotó dos goles, ya casi con 32 años, pero vio como era Rusia quien lo dejaba fuera de las semifinales. Sería su última cita con la selección.

Porque las lesiones marcaron sus dos últimas temporadas en el Madrid, en el que sólo pudo disputar dieciséis partidos. A los 33 años fichó por el Hamburgo, con el que completó dos buenos ejercicios dejando el equipo hanseático a media clasificación. Pero faltaba un año inesperado y de sueño para terminar. Llegó a Málaga, a un equipo que disponía de dinero fresco para la compra de un jeque, y le ayudó a clasificarse para la Champions por primera vez. Los andaluces, la temporada siguiente, jugaron los cuartos de final de la máxima competición, pero él ya no estaba. Las rodillas habían dicho basta y se había tenido que retirar.

Van Nistelrooy encontró lugar como técnico asistente de la selección neerlandesa una vez colgadas las botas. Combinó su ocupación con una de diaria como entrenador de los juveniles del PSV Eindhoven. Si enseña a los jóvenes delanteros todas sus técnicas para conseguir goles de la nada, nos encontraremos ante una gran camada de anotadores.

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