diumenge, 29 de novembre del 2020

Francia, 1- España, 1 (Euro 96-Primera fase)

195. José Luis Pérez Caminero (1-1)

La cantera del Real Madrid hace muchas décadas que es prolífica y que genera una gran cantidad de jugadores que llegan a actuar en primer nivel. El problema es que el primer equipo blanco no tiene suficiente capacidad para absorber a todos y la inmensa mayoría tienen que marcharse antes de hacer realidad su sueño. En algunos casos, algunos de sus productos sirven para convertirse en ídolos de los eternos rivales. Es lo que ocurrió con José Luis Pérez Caminero.



Porque el jugador, nacido en la capital pero crecido en Leganés, se formó en las categorías inferiores del Real Madrid. Llegó hasta el filial, donde actuó dos temporadas en Segunda División de la mano del posterior seleccionador Vicente del Bosque. Caminero podía alternar las posiciones de centrocampista, en el que jugaba en el filial, y central, donde se estableció en algunos partidos de la temporada 90-91 con el Valladolid, a las órdenes del colombiano Pacho Maturana. La voluntad de este de sacar el balón jugado desde atrás le hicieron probar esta demarcación. Caminero jugó cuatro años en Pucela, entre 1989 y 1993. La última temporada lo hizo en Segunda División, tras el descenso del año anterior. Los blanquivioletas ascendieron en Palamós y él recibió aquel verano la oferta del Atlético de Madrid.

Su progresión fue meteórica. Ese mismo septiembre le llamó Javier Clemente para ir a la selección y él respondió con dos goles en sus dos primeros partidos oficiales, dos victorias ante Albania por 1-5, en un duelo en el que el técnico vasco introdujo a cuatro centrales, preludio de lo que vendría después, e Irlanda. A nivel de club, las dos primeras temporadas con el Atlético fueron malas, con el equipo más cerca del descenso que de las posiciones europeas. Él, en cambio, se hizo un nombre en el apartado internacional al disputar el mundial de Estados Unidos, marcar tres goles y convertirse en el mejor jugador de la selección en el torneo.

En la temporada 1995-96, todo cambió en el Calderón. En la primera temporada de liga de tres puntos y con un campeonato de 22 equipos, la llegada de Radomir Antic al banquillo obró un milagro en un Atlético que ganó la liga y la Copa del Rey. Caminero jugó su mejor temporada, siendo titular indiscutible como centrocampista de fuerza y ​​llegada al área y acciones espectaculares. Después de este éxito, era evidente que sería convocado por Clemente para la Eurocopa de 1996, cuando él ya tenía 28 años.

El gol

España debutó con un empate poco esperanzador contra Bulgaria, en un mal partido en el que salvó un punto gracias a Alfonso. El segundo duelo tenía que ser el más importante del grupo, en Leeds, contra Francia. Pasó a la historia porque el seleccionador volvió a alinear a cuatro centrales natos (Abelardo, López, Alkorta y Hierro), aparte de dos laterales (Otero y Sergi). El partido parecía controlado pero Djorkaeff adelantó a los galos a los tres minutos de iniciada la segunda parte. Clemente tuvo que introducir en el campo a delanteros como Manjarín y Kiko, primero, y Julio Salinas, después, y cinco minutos antes del final llegó el gol.




Fue en una jugada de Kiko, compañero de Caminero en el Atlético, por la parte izquierda. Centró y Deschamps rechazó el balón de manera nada contundente hacia la banda. Lo recogió Manjarín, abierto a la derecha y centró atrás. Caminero, explotando su llegada al área, remató en semifallo, pero fue justamente el bote lo que evitó la oposición del central Alain Roche y lo que hizo que el balón superara a Bernard Lama. Segundo partido y segundo empate para España.

Pero Caminero pagó los platos rotos del mal juego y no disputó ni un solo minuto en el triunfo agónico contra Rumanía, con un gol de Amor, que clasificó a España para los cuartos de final. En Wembley, en la eliminatoria, tampoco fue titular contra Inglaterra. Entró en el descanso y, a pesar de que el equipo dispuso de muchas ocasiones, hizo falta ir a los penaltis que, por una vez en la historia, sonrieron a los ingleses. Caminero no sabía que aquel sería su último partido como internacional.

Porque a la vuelta, al inicio de la fase de clasificación para el mundial 98, Clemente le convocó para jugar contra Chequia después de no estar recuperado de una lesión y la situación creó una polémica con Antic en el Atlético de Madrid. No entró en la siguiente lista, contra Eslovaquia, y de repente desapareció de las convocatorias del técnico vasco. Aunque no pudo repetir el éxito de la campaña anterior, Caminero jugó un buen año en Europa, donde los colchoneros llegaron a cuartos de final. Aguantó un año más en el club y volvió a Valladolid a punto de cumplir 31 años.

En el club castellano aun jugó cinco temporadas más antes de retirarse con el mal sabor de boca de hacerlo con otro descenso a Segunda. Tras colgar las botas, se ha significado por su labor de director deportivo de los dos equipos de su vida, el Valladolid y el Atlético. También estuvo implicado en una trama de blanqueo de capitales por la que fue inculpado, aunque evitó la cárcel a cambio de un acuerdo. Después fichó como director deportivo del Málaga, de donde fue destituido por el polémico jeque Al Thani. Caminero fue un ejemplo de cómo las canteras de los grandes clubes, en este caso la del Madrid, sirven de fuente de recursos para muchos otros equipos e incluso de la selección en compromisos de primer orden.

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